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Antón Castro

CARA Y CRUZ DEL GARRAPINILLOS

CARA Y CRUZ DEL GARRAPINILLOS

Jorge y Diego jugaron dos partidos apasionantes el fin de semana. Jorge, con el Garrapinillos juvenil, se midió al Movera en su campo estupendo, que tiene un aire casi de Arcadia dichosa, muy soleado sí y a la vez protegido por una exigua arboleda. El Garrapinillos había perdido a Víctor por lesión, su medio centro defensivo, uno de los jugadores más batalladores y fuertes, y tenía al central Diego Arturo entre algodones. El joven colombiano se resintió con el primer balón: faltó determinación, faltó entendimiento, sobró lentitud en el despeje, y de inmediato el Movera marcó el primer tanto. De inmediato, el Garrapinillos pasó a dominar el juego, merced al buen juego de Jaime y al despliegue de Jorge, que acabaría jugando un partido espléndido, sobre todo en las labores de creación, de pases medidos y de buenos lanzamientos tanto a Adrián como a Oscar. Este, tras un buen lanzamiento de Jorge, empató. Y así quedó la primera parte. Mandó más el Garrapinillos, pareció superior, pero no acertó pese a disfrutar de ocasiones claras. En la segunda parte, el Movera marcó en dos ataques y se puso por delante: 3-1. En dos nuevas jugadas del Garrapinillos, volvieron a empatar los visitantes. Marcó un nuevo gol, y fallaron los rojillos varias veces. Al final, Jorge hubo de retirarse lesionado, y apenas se generaron más ocasiones. Jorge está de nuevo lesionado, con el malestar –y el huevo- en su muslo izquierdo, el que le impidió jugar media temporada. Pese a todo, hizo uno de los partidos más completos: creó juego, disparó desde lejos, algo menos que en otras tarde, desbordó una y otra vez, y sirvió excelentes balones. Dos de ellos de gol. Y tuvo una doble ocasión con el 4-3; su disparo cruzado lo rechazó el portero y volvió a repeler un segundo disparo.

 

Su hermano Diego jugó por segunda semana consecutiva en su puesto: de medio centro con el joven y veterano Jorge Blasco, ‘Petit’. El Garrapinillos se medía al Cella y formó así, con su sistema habitual de 1.5.3 y 2. Sergio; Francho, Juanda, Lacabe, Camino, Ito; Teté, Diego, Petit; Oscar y Adrián Pérez. Luego entrarían Vallestín, Bolo, José y Eloy. El Cella y el Garrapinillos se encuentran por la cola, intentan zafarse del descenso. Los separaban apenas dos puntos, a favor de los locales. Los domingos en San Lorenzo tienen el sabor de la vieja épica del fútbol modesto con los espectadores enfrentados, con los gritos incesantes. El Garrapinillos marcó en la primera mitad, Óscar, de nuevo (pese a su lesión en el talón de Aquiles), y luego, en la reanudación, golazo con la izquierda de Adrián Pérez. En la primera parte, el Garrapinillos mereció más, Diego jugó muy bien, como todo el equipo; y en la segunda parte, tras el segundo tanto, el juego se embarulló y el balón pasó a las botas del Cella. Se pasaron algunos apuros, pero una vez la seguridad de Sergio (un portero excepcional), el trabajo y el sentido del cruce de Lacave y el sacrificio de Diego brillaron especialmente dentro de un equipo sólido, donde hubo una magnífica respuesta global e individual.

El Garrapinillos está a un punto del Monzalbarba, con quien se juega la salvación, y lo esperan el Ebro, el Zaragoza y el Santa Anastasia. Son tres finales. Tres choques a cara de perro. Al final, en el bar, el entrenador Ismael me dijo: “¿Cuántos kilómetros habrá hecho hoy Diego?”

*En la foto, salto hacia atrás de Diego. Cerca de él, Teté.

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eduardo -

Me encanta la crónica deportiva