PEPE CERDÁ ESCRIBE DE 'ENCADENA'
CUATRO ARTISTAS 'ENCADENA'
Por Pepe CERDÁ
Hoy martes 28 se celebra en la calle de la Cadena de Zaragoza una jornada de inauguraciones simultáneas. La invitación del evento es la reproducida arriba y están todos lo que lo lean invitados.
Puede que a los lectores menores de treinta y tantos les sorprenda, pero hubo un tiempo y un país en el que no existían ni plóteres, ni ordenadores, ni vinilos, ni pedeas. Aquel tiempo fue hace cuatro días y aquel país era este. Este país en el que los de mi generación hemos visto como se pasaba del burro al turbo, de la escasez a la dieta y del tiralíneas y la plumilla a los programas de dibujo.
En aquel tiempo cualquier imagen que se quisiese reproducir en otro soporte que no fuese papel se había de hacer “a mano”. Era lógico pues que existiesen el número necesario de profesionales capaces de pintar “a mano” y eficazmente cualquier tipo de imagen que se les solicitase. En cualquier ciudad como Zaragoza existían varias decenas de profesionales capaces de hacerlo.
En aquel tiempo los autobuses y tranvías salían un día con el espacio para la publicidad pintado en blanco. Eran necesarios dos días, mejor dicho, dos noches, para lijar, fondear y volver a rotular la publicidad siguiente. En aquel tiempo cuadrillas de pintores rotulistas y dibujantes peregrinaban de feria en feria de muestras para hacer y decorar los stands. En aquel tiempo los cines adornaban con enormes murales los estrenos de las películas. En aquel tiempo a la salida del cine del domingo salía también la hoja deportiva:....”ha salido la hoja, ha salido la hoja, la hoja depooooortiva”, cantaban multitud de chavales que blandían tacos de cuartillas naranjas impresas con los resultados de los partidos de fútbol cuando el domingo agonizaba.
Yo era niño entonces y mi padre era uno de aquellos que se ganaba la vida haciendo lo que fuese necesario con un lápiz, una plumilla, un tiralíneas, un pincel, una brocha o con cualquier otra herramienta del oficio.
Antes de nacer yo mi padre había sido de todo un poco. Que yo recuerde ahora mismo había sido: impresor, camionero, taxista, dibujante humorístico, dibujante publicitario, rotulista, pintor de cuadros y murales, empresario (con una empresa de impresiones serigráficas) y algunas cosas más.
Mi padre, Don José Cerdá Udina, habrá realizado decenas de miles de originales, entre dibujos, ilustraciones, chistes, murales, cuadros, decoraciones de aparatos de feria, etc.
La inmensa mayoría de estos originales han sido de su invención y ,a día de hoy, apenas conserva algún centenar. En aquel tiempo los originales no se devolvían en las imprentas, se pintaba encima de los pintado para ahorrar en soportes y en los traslados de taller se quedaban la mayoría de los trabajos en el anterior.
Los que guardaban como tesoros sus trabajos eran otro tipo de pintores, los que se consideraban a sí mismos artistas, pero esos, generalmente, no solían mantener a sus familias ni consideraban una obligación tener ingresos para alimentar a su prole. Su compromiso era con la humanidad entera y su obra lo más importante, pero esta es otra historia y otros pintores.
Mi padre también tenía, cómo es natural, su vena artística, que situó por debajo de la obligación de mantener a su familia, y, aún así, realizó miles de cuadros.
Expuso en la sala del Casino Mercantil en 1973 y ganó algunos premios. En Torremolinos, dónde paso algunos años al final de los sesenta, realizó decenas de pinturas murales y centenares de cuadros.
Mi padre no ha dejado de pintar ni un solo día de su vida, aún lo sigue haciendo.
Estas exposiciones, la de la galería Aroya y la de Estudio Novo quieren mostrar un pequeñísima parte del quehacer de José Cerdá Udina tanto como pintor, como dibujante publicitario, diseñador y proyectista.
Estas exposiciones quieren ser, también, un homenaje a los centenares de profesionales que llenaron de imágenes nuestras calles, periódicos, autobuses y tranvías y que han sido invisibles a los cronistas artísticos.
Pepe Cerdá
3 comentarios
ESTEBAN TRIGO -
Lo recuerdo como a un gran amigo y un genio con los pinceles.
Silvia Udina -
larraz -