FALLECE EN CHILE PILAR DONOSO
[Pilar Donoso, hija de María Pilar Serrano e hijastra de José Donoso, acaba de suicidarse en Chile. Hoy le dedica un estupendo artículo en ‘El País’ el crítico literario argentino J. Ernesto Ayala Dip. Hace algún tiempo yo publiqué esta nota sobre ‘Correr un tupido velo’ en Heraldo de Aragón. Lo recupero hoy. Como recordaréis algunos, hace poco le dedicábamos en ‘Borradores’ un monográfico a la creación cultural del Matarraña.]
Calaceite, el paraíso hostil de Donoso
Donoso, en el mar de viñas
y olivares de Calaceite
Los años “duros y solitarios’
de Donoso en Calaceite
Pilar, la hija del escritor, publicar ‘Correr el tupido velo’ (Alfaguara) que reconstruye la vida y la obra del autor de ‘Casa de campo’
La figura del escritor chileno José Donoso (1924-1996) está asociada a Calaceite, “un pueblo de dos mil habitantes (…) que es uno de los más bellos y no prostituidos de España”, tal como él lo definió. Allí, a principios de los años 70, aquel escritor errabundo adquirió una casa vieja por 600 dólares y logró disponer de un viejo sueño: plantó un jardín en lo que había sido un patio empedrado que le evocaban el mundo de su niñez y de su adolescencia. En Calaceite ensanchó el universo de su narrativa y trabajó intensamente en el gran edificio de voces y personajes de libros como ‘Casa de campo’ y ‘El obsceno pájaro de la noche’. Pilar Donoso, hija adoptiva del escritor y de su esposa María Pilar, lo cuenta en un libro fascinante, que acaba de presentarse en Madrid: ‘Correr el tupido velo’ (Alfaguara), suspenso en tres pilares: sus propios recuerdos, los diarios inéditos del escritor, redactados entre 1959 y 1994, y los diarios de su madre. José Donoso -en este volumen de rabioso amor y de recuperación del padre y del escritor- resulta un personaje complejo y contradictorio, con una gran capacidad para la fabulación: egoísta, solitario y magnánimo a la vez, gran lector, una criatura poblada de fantasmas, obsesionado por la escritura, por la familia, por la enfermedad y por su presunta, y secreta, homosexualidad.
Pilar Donoso dedica un capítulo completo a la estancia en el pueblo turolense: ‘Calaceite, 1971-1974’. Define así la vivienda: “Era una casa bella, toda de piedra, con un living grande que tenía como originalidad dos chimeneas y el cielo de bovedilla catalana; troncos a la vista, cada medio metro, entre tronco y tronco, una pequeña bóveda de yeso y las paredes de piedra descubierta. En el tercer piso estaba la ‘solana’, granero típico de las casas de la región, con una vista incomparable hacia la sierra de los campos de olivos”. En ese lugar escribía José Donoso, mientras su hija asistía a la escuela y su mujer se aburría mortalmente, y traducía ‘La letra escarlata’ de Nathaniel Hawthorne.
Cuando llegaron a Calaceite, los Donoso se instalaron en la fonda Alcalá hasta que concluyeron las obras; iban a Barcelona a ver a los García Márquez y a los Vargas Llosa, pero también a Cortázar y a Carlos Fuentes. Cuando aparecían, Gabo gritaba: “¡Ya llegaron los primos de provincia!”. De vez en cuando, los hijos de García Márquez y de Vargas Llosa pasaban algunos fines de semana en el pueblo: los niños jugaban y soñaban y se contaban cuentos mientras los padres hablaban de literatura y de Latinoamérica. Calaceite también es definido así por Pilar Donoso: “pueblo de piedra, teja y campanario. Una isla entre un mar de viñas y olivares”.
Tras el primer año de estancia, la madre se desesperaba en aquellas soledades y empezó a complicarse la relación con el escritor. Pilar Donoso dice que se sentía “frustrada y recluida” y que solía escaparse a la ermita de San Hipólito “a llorar para desahogarse y para huir del encierro de la casa”. María Pilar Donoso también redactó unos interesantes diarios, donde revela: “Hace tiempo, años, que no tenemos relaciones sexuales, desde que el sexólogo que veíamos le dijo a Pepe que me dejara la iniciativa a mí. Pepe dice (…) que espera poder volver a tener una vida sexual conmigo, pero que por ahora es una parte de su ser que está dormida”. La hija afirma: “[Mi madre] necesita sentirse un ser valioso, objeto de amor y se vuelca cada vez más hacia los animales y el alcohol”. El recuerdo de aquellos años de Donoso tampoco es alentador: “Sin embargo, debo decir, con cierta amargura, fueron años muy solitarios y muy duros, ya que mi núcleo familiar era demasiado distinto a los del pueblo y era inútil ensayar posturas de campesinos”. Pilar Donoso le corrige: “Pienso en esta visión que mi padre da sobre Calaceite y la encuentro parcial, distorsionada (…) Fue una de las épocas más fructíferas para su creación literaria, produjo más novelas que nunca. Para mí, Calaceite es el único lugar que reconozco como propio desde una vida de trashumancia, siguiendo el peregrinaje de mi padre en busca de la tierra prometida, Chile”. En Calaceite recibió la noticia de la muerte de Pablo Neruda.
La casa de Calaceite pasó a ser el refugio español de los Donoso, pero cuando se casó la autora de ‘Correr el tupido velo’, “mi padre decidió venderla para regalarme el dinero. Hoy la habita Jane Alexander, que la ha mantenido como estaba desde el día que la dejamos por última vez”.
CORTE
El cura joven, Buñuel y el desmayo
José Donoso llegó a Calaceite, atraído por las constantes preguntas sobre vocablos ‘chilenos’ que le hacía su traductor Didier Coste, que residía en el pueblo. Una de las amistades más importantes de ese tiempo, además de los autores del ‘Boom latinoamericano’ y de escritores catalanes, fue la de Luis Buñuel, que iba a verlo con sus hermanas Conchita o Margarita, con su hermano Leonardo o con su sobrino Pedro Christian García Buñuel. “Caminaba junto a mi padre por el pueblo y al atardecer se sentaban frente a la chimenea y de adentraban absortos en largas conversaciones”. La primera vez que fue al pueblo, Buñuel preguntó a Donoso por el cura, y éste le dijo, con picardía: “Una lata: joven, moderno, viste ternos claros y hasta camisas deportivas; va a la plaza a conversar por las tardes, al bar con sus amigos… Una verdadera lata”. Los Donoso también iban a la quinta familiar de los Buñuel en Calanda y asistieron a la ceremonia de la Semana Santa. Dice Pilar Donoso: “Mi padre, agobiado con ese ruido ensordecedor, empezó a inquietarse al punto que se desmayó. Su cara estaba desfigurada, con espuma que salía por su boca, en una especie de ataque epiléptico que aterró a todos”. Buñuel intentó llevar al cine ‘El lugar sin límites’ y luego ‘El obsceno pájaro de la noche’. No lo logró, pero “como siempre como amigo en su vida”.
FICHA:
Correr el tupido velo. Pilar Donoso. Alfaguara. Madrid, 2010. 444 páginas.
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