HA MUERTO ENRIQUE ASÍN CORMAN, BIÓGRAFO DE FLORENTINO BALLESTEROS
[Esta noche, a los 64 años de edad, moría el escritor, dibujante y apasionado de los toros Enrique Asín. Hace un par de años, publiqué en ‘Heraldo de Aragón’, este retrato de Enrique Asín Cormán, biógrafo de Florentino Ballesteros y dueño de un espléndido Museo Taurino.]
ENRIQUE ASÍN CORMÁN HA FALLECIDO
Enrique Asín Cormán era como un caballero de antaño: elegante, señorial, un enamorado de la belleza, del romanticismo y del arte. Halló en la tauromaquia un universo ideal de incitaciones. De niño, su abuelo Jesús Cormán, ‘el Cojo’, lo llevaba al Coso de la Misericordia y le hablaba de la ‘Edad de Oro’ del toreo aragonés, cuando Herrerín y Ballesteros provocaban suspiros de emoción y alguna reyerta a bastonazos en los aledaños de la plaza. Poco después, de estudiante en Madrid, se hizo asiduo del Museo Romántico y era un merodeador insomne de las Ventas, que olía a almizcle y a vaharada espesa de humo. Volvió a casa con el gusanillo de los toros en la cabeza y en la sangre, y a ese mundo le dedicó muchos esfuerzos. Fue adquiriendo una colección de fotos, trajes, carteles, cuadros, dibujos, estampas, maquetas, espadas, periódicos y revistas, y creó el Museo Taurino en Blas Ubide 12+1. Su local era un foco de encuentro y de tertulias donde los aficionados y amigos de Enrique parloteaban, comían y bebían a sus anchas. Su mujer María Jesús era familiar del litógrafo Portabella y así consiguió carteles y pruebas de impresión. Un día, a Enrique la vida empezó a darle latigazos terribles: se murieron su mujer y su propia hermana, se arruinó, y peleó contra la fatalidad. Intentó que su amada colección se quedase aquí, en vano, y para resistir tuvo que vender algunas piezas espléndidas. En 2009, una parte de ese patrimonio se expuso en el Palacio de Sástago. Gusten o no los toros, ahí pudo verse un impresionante legado cultural de casi tres siglos. Enrique, que tiene algo de diletante trágico, ni pudo asistir a la inauguración: sufrió un accidente en una cadera y desde el hospital soñó que contaba a los asistentes el cuento de los toros. Una loca pasión por la fiesta: esa orgía del amago, del vértigo y la muerte.
4 comentarios
SALVADOR SOLAN -
Salvador Solan.
PECE -
Triste situación la de comprobar que aquellas pasiones (y posesiones) que forman a uno durante su vida, se convierten en objeto de mercadeo tras su muerte.
mayusta -
Paco Pons -