FERNANDO SANMARTÍN: 5 POEMAS
[Fernando Sanmartín publica en Isla de Siltolá uno de sus poemarios tan sutiles: poemarios de instantes, de viajes, de recuerdos, de memorias de amor, un libro de secuencias y de lugares y de locales: ‘El llanto de los boxeadores’. Me envía algunos poemas, y aquí están, cinco, de cuidada factura. Poemas de aroma narrativo que tienen algo de relámpago de percepción, de fulgor fugaz.]
LEO en un avión a Dostoyevski.
Colabora en el New York Times.
Lo leo como si fuera una despedida
y sé que pronto
le darán el premio Pulitzer,
algo que no podía imaginar
cuando iban a fusilarlo.
Pero todo es un acertijo.
Igual que cada uno
de nosotros.
BENEDICTO XVI tiene miedo.
Ha leído
por la noche,
dentro del Vaticano,
a Edgar Allan Poe.
Tiene miedo
y espera que amanezca pronto.
Pero el deseo
es un quirófano sin luz,
la antesala de la distancia,
las cenizas.
UNA vez
creí perderlo todo.
Desde entonces
escribo
desafiándome.
Lo irreal son mis cifras.
TE LLAMÉ una noche
desde Berlín,
junto al hotel Kempinski,
con la espalda apoyada
en los carteles
de una banda de rock,
mientras un juez,
Garzón,
leía a Neruda
en los islotes
para disminuir,
como tú,
las distancias.
POR LA TARDE
ha escrito
un texto
sobre Óscar Domínguez,
ese pintor canario
que se quitó
la vida en París.
Por la noche
se ha buscado
en los asientos
traseros de un coche,
dejándose acariciar
bajo su falda.
Se obstina en conocerse
o en alejar los presagios.
Aún no sabe.
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