'VERSIÓN ORIGINAL' Y PATRICIO JULVE VIAJAN EL SÁBADO AL MATARRAÑA
ESTE SÁBADO, A LAS 12.30, ESTARÉ
EN LIBRERÍA SERRET DE VALDERROBRES
[Este sábado día 14 de abril, a las doce y media, en la librería de Octavio Serret de Valderrobres firmaré ejemplares de mis últimos libros: ‘El testamento de amor de Patricio Julve’ (Xordica), en su tercera aparición, con portada ahora de Luis Grañena, residente en Valderrobres, y ‘Versión original’ (Isla de Siltolá. Colección Inklings), la primera antología poética, en verso y prosa, donde hay muchos textos dedicados a Teruel, y en concreto al Matarraña: al río Matarraña, a la pintora Gema Noguera, a los artistas Laia Vaquer y Hugo Roglan, etc. El libro se abre con este texto.
EL ESCRITOR IMPOSIBLE
Lo que más le gustaba en el mundo era escribir. O quizá oír el gemido del viento, sentir ese latigazo del aire y escribir luego. Las palabras eran como seres vivos, como lagartijas o como salamandras negras que brotaban de su pluma. Para él escribir era como pintar o fundar un mundo intacto, y a medida que inundaba el papel percibía una fuerza interior, una certidumbre de fuego. Al terminar, una vez que había invocado gentes, paisajes y pájaros, matices de la vida, el texto se volvía contra él: le producía espanto. Y al final el miedo se tornaba remordimiento. Decía que ya nunca podría salir a la calle o hablar con los paisanos, que llevaba años sin poder conciliar el sueño, que era incapaz de abandonarse al placer o a la pereza. ¿Qué iban a pensar de sus escritos, cómo iba a justificar los adjetivos, la ironía, la sed de más sílabas o la violencia de su pensamiento? Un día declaró que se sentía culpable de impotencia: las palabras nunca alcanzarán a cifrar la perfección que sueño, la belleza que pretendo, la realidad que me inventa, dijo. Desde entonces ya no vive: se ha quedado inmóvil y mudo ante su ventana, ajeno al río de tinta y de salamandras negras que le ha invadido la casa. Se ha quedado inmóvil y mudo mientras el látigo del viento le platea las sienes. Una mañana cualquiera, lo sabe, aparecerá convertido en un monstruo o en uno de esos seres imposibles que tanto ha soñado.
*Mi foto es de Vicente Almazán y está tomada en el balneario de Jaraba. La portada de 'El testamento...' es de Luis Grañena, que reside y trabaja en Valderrobres, cerca del cauce del río Matarraña.
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