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Antón Castro

ÁNGEL PETISME: CUATRO CANCIONES

Ángel Petisme acaba de publicar el libro ‘Del corazón a los labios. Canciones’ (Hiperión) donde se recogen los poemas que convirtió en canción y que formaron parte de sus distintos álbumes: desde ‘La habitación salvaje’ a ‘Turistas en el paraíso’, ‘El Singapur’, ‘Cierzo’ o ‘Metaphora’, entre otros muchos. El último tema es un homenaje a Félix Romeo Pescador (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011).

 

 

 

TRAE CONTIGO LA LLUVIA

 

El girasol se secaba

como un vientre sin caricias

y el cuco de los relojes

se suicidó una mañana.

En el desván las polillas

devoraban los paraguas,

los novios no se besaban

para no gastar saliva.

 

Arden siete mares bajo siete lunas,

mis huesos barruntan besos de ultramar,

ojos de medusa, vientre de coral,

aleja penurias y ayuda a olvidar.

 

Trae contigo la lluvia,

trae contigo la lluvia,

señora de las libélulas.

 

Estaban sucias las sábanas

y vacías las escuelas.

Se teñía el horizonte

del rojo de la acuarela.

Las mieses no eran el mar

dorado de nuestra infancia,

y la brisa no corría

en las faldas de las muchachas.

 

Arden siete mares bajo siete lunas…

 

Trae contigo la lluvia…

 

(de Turistas en el paraíso, 1992) 

 

LAS PIEDRAS HABLAN

 

Ven a mis labios, licúate en mis brazos,

mi mundo verde está esperándote.

Tú eres la rosa de mi pantano,

cierra los párpados y ven, ven...

 

Porque hoy las piedras hablan

y un nuevo mundo estalla

del corazón a los labios.

 

Hay bajo el árbol un libro en blanco,

una promesa y un reloj.

Y aún buscan tu sombra los pájaros, niña

aún te ruborizas como el ababol.

 

Hoy las piedras hablan...

 

Si hueles a miedo te pudres por dentro,

ama como si fuese la primera vez,

sé fiel a tus sueños, sé fiel a tus sueños

y sabrás envejecer.

Aún buscan tu sombra los pájaros, niña,

aún te ruborizas como el ababol.

 

Hoy las piedras hablan

y un nuevo mundo estalla

del corazón a los labios,

del corazón a los labios,

del corazón a los labios...

 

(de Metaphora, 2002)

 

 

 

 

  

TODO FLUYE

 

¿A qué velocidad viaja la luz

cuando se abren tus ojos y me miras?

Me gusta ver mis aguas en tu azud,

mi vida reflejada en tus pupilas.

Y el tiempo que nos queda

lo quiero celebrar

navegando en tu risa

hasta llegar al mar.

 

¿A qué velocidad viaja la sangre

cuando mi boca desemboca en ti?

Dímelo, cariño, tú que sabes

la ciencia de hacer fácil el vivir.

Si soy niebla o rocío,

si soy nieve o vapor,

la fuerza que me empuja

tiene tu voz…

 

Todo fluye y nada es

en el baile y en el amor,

frágil y hermoso, sólo sé

que tú me haces mejor…

 

¿A qué velocidad corre la tinta

que hunde y mata a un hombre de papel?

Palabras que mi alma necesita

tú sabes escribir sobre mi piel.

Y el tiempo que nos queda

lo quiero celebrar

navegando en tu risa

hasta llegar al mar.

 

¿A qué velocidad viajan las nubes

y caen en tu pubis sus semillas?

¿A qué velocidad corren las sombras

que se dejan llevar y se suicidan?

Si soy niebla o rocío,

si soy nieve o vapor,

la fuerza que me empuja

tiene tu voz…

 

Todo fluye y nada es…

 

 

(de Río ebrio, 2009)

 

 

UNA VELA EN LA OSCURIDAD

 

Despierto a veces en mitad de la noche,

empapado en azul, pronunciando tu nombre

y entonces sé que te amo a años luz.

Guardo tu estrella en aceite de oliva,

corazón de madera que aún sueña y respira,

y siento tu ternura a años luz.

 

Cuando pienso en nuestra vida siento su fugacidad

y se me abre la herida como un manantial.

En mitad de la tormenta te susurro en altamar:

Eres la vela que tiembla en la oscuridad.

 

Voy por los bares, siempre pido dos copas,

tu risa salvaje huele a pólvora y rosas,

brindo Félix contigo a años luz.

Un helado en París, un minuto sin fin,

un cuscús en Madrid…

Al noreste del lago Kivú

volvemos a reír a años luz.

 

Cuando pienso en nuestra vida…

 

Todos los besos del mundo, toda la felicidad,

se funden en un segundo para no olvidar.

No borraré de mi agenda tu nombre nunca jamás,

eres la vela que tiembla en la oscuridad…

 

 

* Inédita. 2012. Dedicada a Félix Romeo.

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