DIÁLOGO CON FRANCO DETERIORO
El próximo viernes 25 de agosto, en La Terrazeta verde, Avda 61 Hispanidad, Valderrobres, Franco Deterioro presentará su espectáculo ’Engañando a los amigos’.
¿Cuántos discos has publicado ya en solitario?
No me he sentido solo, aunque a veces sea solitario, en ninguno de los cinco discos ni en el inminente «Rumba inclemente», preparado para el próximo mes de septiembre.
-De quién te sientes próximo: Krahe, Brassens, Albert Pla...
Krahe, sin duda alguna, «Todo es vanidad».
-¿Cómo te defines?
Soy una tortuga con rémora televisiva. Así me dibujó, exquisitamente, Virginia Trívez en mi último Cd publicado.
De acuerdo, ¿y qué más?
Lo que yo es hago ‘cotidianía’ en clave de sorna con gusto y canción, con declaraciones de intimidad e intenciones. Esos son los basamentos de este ‘cantalizador’ que soy y que sufrió una maravillosa transformación desde la línea del cantautor, a la que a veces se atreve regresar, pero su señera la Rumba le llama.
¿Qué buscas en una canción? ¿Qué le pides?
No busco, normalmente se produce el encuentro sin cita previa, y no le pido nada. Simplemente que se deje escuchar y si está en mis manos que se deje tocar.
¿Cuál es para ti la importancia del humor?
Toda, el cine mudo no sería nada sin Buster Keaton y el sonoro nada sin Rajoy. Son mi mayor inspiración. Humor vítreo al fin y al cubo.
-Qué te ha dado Aragón y Zaragoza, qué te están dando? ¿Por qué vive un señor como tú en Zaragoza?
Me trajeron y de traje voy. Hay mucho trajín últimamente, estoy incluso pensando en cambiar de planeta. Planeta pandereta está manejado con mano temblorosa. Zaragoza me ha dado la oportunidad de tropezar muchas veces con la misma piedra, todo un lujo.
¿Como se lleva ser músico en Zaragoza en plena crisis?
La crisis no existe. Es todo una especulación y en Zaragoza, como en todo el Reino, tratan de ayudar a los músicos echándoles una mano al cuello, es de agradecer. Así, al menos yo, no me siento solo.
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