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Antón Castro

PEYROTAU & SEDILES, EN COLONIA

 

Los fotógrafos presentan su serie ’Metus’ en la galería 100 Kubik, en el Festival Internacionale Phtotoszene de Colonia. *

«Nuestras fotos hieren y acarician a la vez»

 

’Metus’: Miedo. ¿Qué les ha llevado a reflexionar sobre él?

Partimos de la cita del escritor H. P. Lovecraft, «la emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo», y nos sumergimos en ese sentimiento universal, primitivo e inherente, tan abstracto como personal.

¿Es más terrible que «el exilio o la muerte, la pobreza o la crisis»?

Cualquiera de esas cuatro situaciones guardan relación con él.

¿Está vinculado el miedo a una etapa concreta de nuestra vida: la infancia, la adolescencia...?

’Metus’ no es una obra autobiográfica, aunque nadie puede librarse del miedo, al menos, permanentemente.

Para representar el miedo, han elegido casi una vanitas barroca, un ámbito tenebroso, ¿por qué?

Lo imaginamos como piezas de un rompecabezas barroco, envuelto en una atmósfera «noir» que encarna la interioridad y profundidad del sentimiento.

Otro tema que les obsesiona desde hace tiempo es la identidad. ¿Qué es lo que quieren saber, en realidad, de los seres humanos?

Es cierto que la trama argumental de nuestro trabajo explora el elemento humano en toda su extensión: nos fascina visitar universos únicos y personales.

Hay siempre un clima de inquietud, de tiniebla, de turbulencia. ¿A qué se debe?

Al partir de la realidad, como inspiración, nuestra obra puede herir y acariciar a la vez.

¿Qué pretenden decir con la fotografía? ¿Cuál sería su mensaje general, por decirlo así?

Por encima de cualquier mensaje, deseamos despertar emociones. Todas nuestras obras tienen un mensaje particular, pero anteponemos el ejercicio imaginativo del espectador.

¿En qué han cambiado? Al principio parecían más narrativos, más anecdóticos, les interesaban las tribus urbanas. Ahora su obra se ha hecho más compleja, más filosófica e intelectual...

La forma de mirar no ha cambiado y seguimos abordando la identidad. Quizá sea una evolución natural, llevamos doce años creando juntos y nuestras obras han ido creciendo con nosotros.

Desde el punto de vista visual, ¿qué imágenes buscan?

Que exista un equilibrio entre la calidad técnica, el grado estético y la carga conceptual, generando impactos visuales con varios niveles de lectura.

Siempre he tenido curiosidad. ¿Cómo nacen sus fotos, cómo se gestan, cómo se materializan?

Pueden partir de una palabra, un sonido, un sabor... que nos estimula. A partir de ese momento se abre la caja de Pandora...

¿Qué significa trabajar en equipo, a dúo? Hay otras referencias: Pierre et Gilles, Antonio Altarriba y Pilar Albajar...

Es algo especial, simplemente surgió esa opción al existir entre nosotros una sinergia creativa única. Ahora no contemplamos otra manera de trabajar.

Estamos en un tiempo de proliferación de imágenes, de exuberancia iconográfica. ¿Cómo se logra una obra personal?

No tenemos la clave, simplemente nos limitamos a ser nosotros mismos sin importarnos las tendencias del momento.

¿Cuál es el lugar de la fotografía? ¿Qué puede aportar al debate social ahora? ¿Cuál es su lugar en un mundo tan convulso?

Estamos ante un lenguaje cada vez más universal. La fotografía es un medio muy poderoso.

También hacen videocreación. ¿Qué aporta a su trabajo?

Concebimos las videocreaciones como fotografías que se desplazan ligeramente, subrayando un gesto o una acción. No hacemos distinción de ambas disciplinas.

¿En qué nuevos proyectos andan metidos ahora?

La música es otra de nuestras pasiones, así que siempre estamos inmersos en proyectos que unen ambos mundos.

 

*Esta entrevista apareció en la contra de Heraldo el pasado sábado.

 

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