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Antón Castro

EFC: UN SABIO DE CERCANÍAS

EFC: UN SABIO DE CERCANÍAS

 

[Hoy, en la columna ’Río abajo’ de ’Artes & Letras’ (HERALDO) publico este texto sobre Eloy Fernández Clemente, a quien conocí al poco tiempo de entrar a trabajar en ’El día de Aragón’, el 1 de julio de 1987, hace ahora 25 años. Siempre ha sido un hombre muy importante en nuestras vidas: un amigo, un maestro, un ciudadano afectuoso y siempre próximo.]

 

EFC

 ¿De qué hablan los sabios que se mezclan con la gente, que se pasean a cuerpo, cómo escribió Gabriel Celaya, y que emprenden aventuras con pasmosa naturalidad? Aventuras como cofundar ‘Andalán’ con Labordeta, dirigir la ‘Gran Enciclopedia Aragonesa’; incursiones complejas como la de inventariar la historia y sus criaturas para redactar ‘Gente de orden’, esa mirada casi infinita al Aragón de los años 20. Eloy Fernández Clemente (Andorra, 1942) es EFC: un mundo de incitaciones, un árbol de conocimientos, de curiosidad y de complicidad. Ha sabido tener amigos hasta debajo de las piedras: aquí, allá, en Inglaterra, en Latinoamérica o en Portugal, que ha sido su segundo país, o el refugio desde el que ha entendido mejor Aragón. Eloy decía el pasado lunes hasta luego a la Universidad de Zaragoza. Hasta pronto. O “seguiremos viéndonos a diario”: en los libros, en las investigaciones, en los ojos de tantos alumnos, que son y han sido amigos y discípulos de alma, a lo largo de 40 años de enseñanza. EFC ha sido un maestro de cercanías. Un hombre abierto, de ojos achinados, de intensidad indesmayable, generoso y patriarcal, capaz de entonar una jota o una cantiga de ribera, como si estuviera en Cariño, su refugio en el Atlántico. No se entendería este territorio sin sus desvelos y esa enfermedad particular que él ha tenido: la buena disposición. El cariño. El contagio de saberes. Ha escrito de todo y, además, ha sabido jugar al guiñote. Sin él no se entendería ni siquiera Labordeta. Tras sus dos últimas horas de clase, entre un coro inesperado, salió del aula: allí le esperaba Marisa Santiago, que siempre ha estado ahí, para llevarlo al cine, de paseo o para hablarle de la lluvia. Eloy es un sabio rocero y sentimental que igual habla de Costa, Nipho, los ojos de Jacqueline Bisset o de la melancolía de la lluvia.

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