Blogia
Antón Castro

POEMAS DE ESTELA PUYUELO

Estela Puyuelo, periodista y escritora, ha iniciado su carrera literaria con fuerza. Hoy tiene la gentileza de enviarme algunos poemas. Aquí están. Mil gracias. Estela. Las fotos son de Anne Brigman.

 

SELECCIÓN DE POEMAS

 

Estela PUYUELO

 

 

 

CARTONES CANÍBALES

¡Cuidado con las cajas vacías,

esas perfectamente bronceadas que hablan de fragilidad!

Observa los entornados párpados de sus ojos esquivos

en su letargo de digestión lenta

que evitan mirar de frente y mostrar su interior.

Despliegan su cuerpo ahora tridimensional,

abren la boca y devoran la inutilidad del mundo.

Tienen hambre de ropa vieja, desfasada, incómoda o inconveniente,

de vestidos de novia.

Se alimentan de aparatos aniquilados por la era tecnológica y

tragan con ansia viejas cajitas

que fueron úteros fértiles garantizados

siempre a la espera de mejorar el parto.

Pero su manjar predilecto, presa fácil,

son los manuales de instrucciones,

ingenuos, ignorados, impotentes

como docentes sin autoridad.

Amordaza esas cajas con cinta adhesiva,

cierra sus fauces hambrientas

antes de que te engullan

una tarde de aburrimiento, soledad o angustia.

Para mí ya es tarde.

La caja marrón estira sus solapas,

me estrangula con su garganta áspera,

deposita mi cuerpo en el interior de su estómago

y se cierra tras un raspazo.

Antes de ser digerido,

vislumbro entre las rendijas

las palabras que se grabarán en mi epitafio:

“¡Otra caja al trastero!”.

 

LA NOCHE ÚLTIMA

En la noche última los relojes acechan con ojos brillantes de lobos hambrientos,

los semáforos escupen luces naranjas en las aceras húmedas

y las palabras huyen calle abajo como jóvenes a punto de ser violadas.

 

En la noche última las motos son fieras en celo que rugen roncas del deseo,

los bares quedan presos tras las rejas metálicas de la culpabilidad

y los borrachos caminan despacio maldiciendo la libertad condicional que los lleva a casa.

 

En la noche última el silencio devora el cuerpo muerto de la ciudad,

la prensa yace en la antesala de los comercios entre dolores de un parto yermo

y las gasolineras amamantan zombis errantes sin derecho a dormir.

 

En la noche última no existe el mañana,

las promesas están caducadas,

y ningún amigo puede esparcir las cenizas

de esperanzas calcinadas.

No hay proyectos que estimulen la longevidad,

los recuerdos se miran en el espejo por última vez

y los fantasmas agitan las sábanas de la eternidad.

 

En la noche última, la primera luz imagina el amanecer

con la inocencia de una niña seducida por un don Juan

y tropieza al ascender el edificio inexpugnable del día.

 

Muerta ya la noche última la blanca tela que me cubre me permite espiar el barrio

que despierta sobrecogido por el asesinato de una mujer en un portal.

 

MI CASA

Levanté mi casa con el esfuerzo de un insecto que intuye el invierno.

Amueblé las habitaciones de experiencias.

Las pinté de cordura.

Monté armarios en el salón para almacenar los sueños

y guardé la locura en el canapé del dormitorio.

Llené la despensa de sopas de letras

y el baño de nostalgias marinas de una caracola ambulante

y de jabones de tomillo y albahaca.

Planté flores en el jardín de la lluvia

para no olvidarme de regarlas.

Y arranqué las puertas para conocer el viento.

Si alguien sopla no derribará mi casa.

 

 

ABIERTO EL CIELO

Buscando un paisaje distinto.

Sin maletas, ni rumbo, ni mapas.

Sin billete de vuelta a casa.

El cielo se abre.

Solo estoy yo.

Sin plan de aterrizaje.

Desde aquí,

desde cualquier lugar,

volaré con fuerza

hasta quedar suspendida

en ningún sitio.

 

 

ORNITOFOBIA

Pájaros de suaves alas te atormentan con su vuelo.

Solo quieres que se vayan pero, hambrientos,

buscan las migas de pan que echaste en el suelo

olvidando que rozarían tu pelo al aterrizar.

Y sigues comiendo.

Y ellos nunca se van.

 

¿PRINCESA EN APUROS?    

La princesa en apuros corre el pestillo

ya no teme más fieras que su castillo.

Con un arma sin filo marcha a la guerra

los príncipes valientes firman la tregua.

No consiente que nadie escale sus trenzas,

ni hacerse la dormida, ni ir de bella.

Ya no compra manzanas sin conocerlas,

a los lobos persigue si hay luna llena,

los guisantes le sirven de adormidera,

y a las doce en punto se desmelena.

Desde que la princesa en apuros se hizo guerrera

hay sapos encantados que un beso esperan.

 

Por todo ello…

 

Si me ves en apuros no me defiendas

que pretendes librarme y me encadenas.

Si me ves solitaria no me acompañes

que si te echo de menos corro a buscarte.

Si me ves silenciosa no hables por mí

que en palabras ajenas jamás viví.

Si me ves llorar no me consueles

que las penas son agua que adentro duele.

Y si me ves dormida no me desveles

¡que una vez despierta hay sueños que mueren!

 

 

*Las fotos las he tomado de aquí:

-https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-d44cfff5403bb27e3e426ef81e61345f.jpg

-https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-40e248b0ac68650faeb0046cb71f1a09.jpg

-https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-b17b7c428cb43ea92956912cb7615c94.jpg

-

-https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-3bc1afde0d8370819f673b9ee505136e.jpg

 

0 comentarios