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Antón Castro

BAROJA, POR MARCHAMALO Y SANTOS

BAROJA, POR MARCHAMALO Y SANTOS

Pío Baroja con zapatillas, manta y estufa

 

‘Retrato de Baroja con abrigo’ de Jesús Marchamalo y el oscense Antonio Santos]

 

Hace un par de años se publicó un monográfico sobre ‘El árbol de la ciencia’ de Pío Baroja (1872-1956). Al escritor y periodista Jesús Marchamalo (Madrid, 1960) –autor de uno de los libros infantiles del año: ‘Palabras’, que ilustró Mónica Gutiérrez Serna para Kalandraka- le encargaron que escribiera un retrato del autor de ‘La busca’ y él optó por trazar un daguerrotipo de interiores: la existencia, más o menos anodina, del autor en zapatillas, con su gato, con su pluma, con sus dos abrigos y con su soledad de ermitaño un tanto cascarrabias.

El retrato de ancianidad arrancaba así: “Tenía Baroja un gato, negro como el de los cuentos de brujas, y dos abrigos. Uno oscuro, de paño, de diario, y algo raído, y otro que guardaba en el armario, gris, para los ocasiones especiales”. El texto situaba a Baroja en un momento en que grababa para el cine. Ante el torbellino de cables que iban de habitación en habitación, que cruzaban los pasillos y la mesa camilla, ante “la luz homicida de los focos”, el novelista dijo: “¿Todo esto consumirá con mucha electricidad, no?”. Ya entonces, la corriente resultaba cara.

Ese texto cayó en las manos de un editor tan apasionado como Diego Moreno, del sello Nórdica. Ahora acaba de aparecer en una edición ilustrada por el oscense Antonio Santos (Huesca, 1955), ‘Retrato de Baroja con abrigo’, un libro de bolsillo para leer y mirar y sonreír. Lo fue a visitar pocos días antes de su muerte, lo vio envuelto en uno de sus abrigos y la manta que se colocaba sobre las piernas y le dedicó un ejemplar de su libro ‘Adiós a las armas’: “A usted, don Pío, que tanto nos enseñó a los que, siendo jóvenes, queríamos ser escritores”. El día que supo que su amigo había muerto, un 30 de octubre de 1956 en que nevó en Madrid, el duro y correoso Hemingway no pudo reprimir sus lágrimas. Todo ello lo cuenta Marchamalo.

Félix Romeo (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) escribió un artículo irónico y brillante donde afirmaba que “todos los escritores son aragoneses”. Pío Baroja lo era con más motivos: escribió novelas que suceden en Aragón como ‘Los confidentes audaces’, ‘La venta de Mirambel’ o ‘La nave de los locos’, y se presentó a diputado por Fraga. El libro está dedicado a otros dos autores zaragozanos: Javier Goñi (Zaragoza, 1952) y Manuel Longares, de ascendencia aragonesa, que vivió algún tiempo en la ciudad.

Pío Baroja amaba los gatos. En la calla Mendizábal, donde vivió con su madre, cuidaba dos gatos: Chepa y Apitita. Luego se trasladó a la calle Ruiz de Alarcón y tuvo otro felino doméstico: Miki, que “andaba siempre cerca de la estufa –la chubesqui- en el salón de aquella casa suya fría como el aliento de la muerte”. En casa, Baroja, además de las zapatillas de felpa, llevaba bufanda, las solapas subidas y boina. Quizá por todo ello “alguien dijo que Baroja es uno de los personajes literarios más fotogénicos de su época”. Sale muy bien en las fotos.

Marchamalo también cuenta el famoso incidente que tuvo con los carlistas durante la Guerra Civil; tras un barullo de discusiones, en el que asomó una pistola, “parece que don Pío, pálido como un folio, le llamó cochino carlista” a uno de ellos. Lo prendieron, lo llevaron al calabozo y a la mañana siguiente acudió a buscarlo su nieto Julio Caro Baroja, y “escoltado por un grupo de requetés, se marchó a Francia”. Y también se cuentan las últimas visitas que recibió de Cela, González-Ruano, etc., que le llevaban dulces. Baroja era goloso.

Antonio Santos le ha hecho varios retratos, realmente espléndidos, que presentan al solitario en su laberinto. Todo un clásico de traje gris o negro que solía fumar tabaco rubio y que adoraba el chocolate.

 

*De la serie navideña, 'Qué bello es vivir', que publico todos los días en Heraldo de Aragón. Ilustración de Antonio Santos.

 

1 comentario

E V-M -

http://www.enriquevilamatas.com/escritores/escrromeof1.html

Romeo y todos los escritores son aragoneses.

(Un saludo de V-M)