EL GRECO CONTADO E IMAGINADO
El misterio del extravagante El Greco
Iturbe, Pisón, Puértolas y Vilas figuran entre los 22 escritores que fabulan sobre sus obras maestras
LA FICHA
Narrando desde El Greco. ‘Relatos de escritores de hoy sobre sus obras maestras’. Coordinación: Adolfo García Ortega. Autores: Lola Beccaria, Juan Bonilla, Ángeles Caso, Inma Chacón, Juan Eslava Galán, Antonio G. Iturbe, Hipólito G. Navarro, Adolfo García Ortega, Marcos Giralt Torrente, Luisgé Martín, Gustavo Martín Garzo, Ignacio Martínez de Pisón, Ricardo Menéndez Salmón, José María Merino, Javier Moro, Justo Navarro, Álvaro Pombo, Soledad Puértolas, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Clara Usón y Manuel Vilas. Edición bilingüe. Barcelona, 2013. 237 páginas.
“En cuanto uno se detiene ante un cuadro del Greco, las incógnitas empiezan a multiplicarse y la realidad se estira igual que sus figuras fantasmagóricas”, escribe Antonio G. Iturbe (Zaragoza, 1967) en el libro ‘Narrando desde El Greco. Relatos de escritores de hoy sobre sus obras maestras’ (Lunwerg), en el que 22 escritores españoles intentan recrear la figura de Domenico Theotocopoulos, ‘El Greco’, en el cuarto centenario de su muerte (Candia, Creta, 1541-Toledo, 1614). En esa nómina, además de Iturbe, figuran otros tres aragoneses como Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) y Manuel Vilas (Barbastro, Huesca, 1962). A cada uno de los autores le ha correspondido por sorteo una obra del pintor cretense, calificado de extravagante, lunático y genial, recuperado de manera casi definitiva en 1908 por Manuel Bartolomé Cossío, asunto del que escribe quizá con mayor minuciosidad Andrés Trapiello.
Cuentos, microensayos, viajes
El libro, coordinado por el escritor, traductor y escritor Adolfo García Ortega, contiene cuentos, microensayos e incluso viajes, y acaba siendo “un juego, un hallazgo, un divertimento, una aventura para disfrutar la literatura y el arte”. Por poner un ejemplo, Ricardo Menéndez Salmón habla en su narración ‘La bella y los monstruos’, que nace de la pieza ‘El bautismo de Cristo’ del pintor cretense, de Catherine Deneuve, de Buñuel, de Calanda y de la película ‘Tristana’.
A Ignacio Martínez de Pisón le ha tocado ‘El caballero de la mano en el pecho’. Señala a HERALDO que “del Greco me gusta su lado más humano, el trazo nada místico de sus mejores retratos” y explica que su cuento “tiene que ver con mi interés por ese episodio de la Guerra Civil: el operativo que se organizó para poner a buen recaudo las principales obras de arte de la España republicana”. De hecho, su pieza, ‘Guardar un secreto’, narra el robo “a punta de navaja” y posterior traslado de un cuadro de este “pintor antiguo e importante”. Suceden algunas cosas, en medio de la contienda del 36 y en la transición, que abonan la leyenda de este pintor.
Antonio G. Iturbe coincide con Pisón en su interés el por el realismo del pintor, “aunque sea un realismo fantasmagórico. Las figuras se estiran, las posturas de las manos son a veces imposibles, los vivos se mezclan con los seres celestiales... Y él como personaje es muy interesante: extravagante, perfeccionista, apasionado, pionero en la lucha por los derechos de autor incluso pleiteando con la Iglesia”. A la hora de redactar su historia, inspirada en la obra ‘Cristo despidiéndose de su madre’, lo que hizo fue “contar mi experiencia para acercarme al cuadro. Todo lo que cuento es cierto. Echando mano de los recursos del Nuevo periodismo, utilizo las herramientas de la narrativa para relatar la crónica de mi viaje a Toledo tras la pista de un cuadro extraño, como ese”. Ese viaje, que atraviesa los Monegros, acaba en la iglesia de Santo Tomé, ante ‘El entierro del Conde de Orgaz’, y en su travesía artística cita a Jusepe Martínez y a José Camón Aznar, dos zaragozanos enamorados del artista.
Soledad Puértolas parte de ‘La oración del huerto’ y escribe un cuento que transcurre en las aulas. Un profesor explica ese lienzo y luego les pide a los alumnos que se pongan en la piel del pintor y que hagan un ejercicio de concentración; disponen de dos horas para crear una historia. El profesor advierte a los jóvenes: “La imaginación se crece con la dificultad”. El profesor se retrasa en la corrección de los textos, pero descubre que uno es de alguien muy especial.
El artista y el rocanrol
Manuel Vilas compone el texto más transgresor o chocante. Explica: “El Greco es un pintor distinto, diferente a todo. Es como un Kafka de la pintura. Es una isla en el mundo del arte. Me atrae su profunda interiorización de la vida. Me atrae su poderosa visión de la trascendencia de la vida humana y su visión de lo celestial, de lo espiritual, de lo divino”. Él se basa en ‘Concierto de ángeles’ y no se aleja de su estética habitual ni de su pasión por el rocanrol. “Imaginé que esos ángeles que salen en el cuadro podían ser cantantes del siglo XX. Quise convertir ese cuadro en un escenario pop. Pensé que esos ángeles eran Elvis Presley, John Lennon, Janis Joplin, Jimi Hendrix, etc. Pensé en que todos esos cantantes muertos se habían convertido en ángeles y que Elvis era un ángel del Greco”. Como la única mujer es Janis Joplin reparte cada día sus favores sexuales entre los músicos. El libro, traducido al inglés, incorpora una reproducción total y varios detalles de todos los cuadros.
*Este texto apareció en 'Heraldo de Aragón'.
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