RAFAEL NAVARRO: UN RETRATO
Rafael Navarro (Zaragoza, 1940) siente la fotografía de una manera especial. Es un esteta, un perseguidor de la belleza y un perfeccionista. Posee una mente ordenada, meticulosa, gobernada por el canon clásico. Su obra, que tiende a la abstracción y a la pureza de las líneas, contiene como pocas el tránsito minucioso del negro intenso al blanco, un tránsito con sus paradas y emboscadas del gris. Rafael Navarro, que empezó captando el teatro y la danza, pronto descubrió los temas que más le gustaban: el cuerpo femenino y el paisaje. Y ahí se ha movido, a su gusto, con pequeños pasos adelante y atrás, pensando y repensando su campo de acción, su estética de miniaturista de la luz, su percepción del mundo. Rafael Navarro le ha dado la vuelta al mundo a través de la fotografía: forma parte de esa generación plural de la fotografía española de los 80 y 90 que ha estremecido su tiempo y el nuestro: Alberto García-Alix, Cristina García Rodero, Mireia Sentís, Isabel Muñoz y, entre otros muchos, Pedro Avellaned, su compañero y cómplice desde el retrato y el collage.
Navarro, ordenado y puntilloso, ha trabajado por series, con modelo natural, con piezas de cerámica, se ha interesado por los jardines botánicos o el mar. Coge un tema, y lo ordena como se ordena una sinfonía o un poemario. Lo compone, lo ajusta, lo cierra: le gustan los universos completos. La intensidad de un asunto, y su plasticidad y su conmoción; Rafael Navarro despierta la emoción a través de la sensibilidad y de la inteligencia. Invita a gozar y reflexionar. Parece a veces frío; en realidad huye del énfasis. Ama su trabajo, sus tiempos muertos, goza del estudio donde aspira al solaz del silencio.
*El pasado jueves, en el Museo de Zaragoza, de manos de Dolores Serrat, consejera de Educación, Cultura y Deporte, recibía el Premio Aragón-Goya 2013, que ha sido desposeído de dotación económica. Aragón puede comprar la colección 'Circa' por casi un millón y medio de euros, alrededor de 250 millones de pesetas, y no puedo mantener el premio de este galardón ni tampoco del Premio de las Letras Aragonesas. Ambos estaban dotados de 12.000 euros. (La segunda foto fue el jueves portada del suplemento 'Artes & Letras').
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