ALEJANDRO GONZÁLEZ RECUERDA, EN UN DOCUMENTAL, A SANZ BRIZ
-¿Qué te ha llevado a realizar un documental sobre Ángel Sanz Briz? ¿Qué te ha atraído del personaje?
La personalidad de Ángel Sanz Briz es desbordante. Hasta estos últimos años, la vida de este embajador zaragozano ha estado sumergida en el anonimato. Cuando yo tomo la decisión de contar su vida y los acontecimientos por lo que es conocido, descubro un Ángel Sanz Briz diferente. Una persona humana y buena, que en los peores momentos de la II Guerra Mundial y en una zona brutalmente castigada como fue Hungría y más concretamente, Budapest, se vio obligado moralmente a adoptar una serie de decisiones que marcaron la vida de miles de judíos y aunque de una forma más modesta, también marcó la suya. Pero además, después de hablar con los pocos “salvados por Sanz Briz” que quedan vivos, con su familia o con la gente que lo conoció, he descubierto una persona diferente a la contada en los libros o publicaciones. Muy poca gente expondría su carrera diplomática, su patrimonio personal o incluso su vida, por la salvación de unos seres humanos. Ejemplos de este tipo, actualmente, es muy raro encontrarlos.
-Tenemos en la cabeza la miniserie de TVE. ¿Os beneficia, os ayuda, vuestro proyecto es anterior o posterior?
Ni beneficia y ayuda. Yo creo que aporta. Cuando se decide rodar “El Ángel de Budapest”, la productora Boomerang tv se puso en contacto conmigo para interesarse por el documental. Siempre hubo muy buena sintonía. Quedo desde el principio muy claro que ellos se ocupaban de hacer ficción y el documental lo hacía yo. Hay que tener en cuenta que la miniserie estaba basada en el libro de Diego Carcedo “Un español frente al holocausto”. El documental “La encrucijada de Ángel Sanz Briz” tiene cierta inspiración en el mismo libro. Diego Carcedo, colaborador del documental, me ha concedido su autorización para este documental. ¿Por qué no se hizo en aquel momento?. Es muy complicado hacer documentales en medio de una crisis económica. No obstante TVE, estuvo a punto de coproducirlo. Pero tanto su crisis presupuestaria como institucional, obligo a desestimar esta coproducción, emitiéndose en su día otro que estaba en los archivos de TVE hace unos 20 años. Ahora, afortunadamente, tenemos apoyo económico, eso sí, optimizando todos los recursos.
-¿La denominación de ‘Schindler español’ es correcta o exagerada?
Creo que las comparaciones son odiosas. Aunque “La lista de Schindler” es una obra maestra que se merece un puesto dentro de las mejores películas de la historia, Ángel Sanz Briz fue un personaje único. El personal de la legación diplomática de España en Hungría, hizo una lista con los miles de judíos salvados (yo la he visto y la mostramos en el documental). Esta tarea era algo normal. Había que tener cierto control con los nombres y que en un momento determinado, como así ocurrió, hubiera que recurrir a esa lista y al número de orden para sacar de las garras de los Cruz flechados (nazis húngaros) a judíos detenidos. Esa lista y el correspondiente visado, pasaporte o carta de protección, les otorgaba estar bajo protección española. De no existir estos documentos oficiales, además del coraje de Ángel Sanz Briz o su personal civil, estas miles de personas hubieran acabado en un tren rumbo a los campos de exterminio, asesinados en el río Danubio o formando parte de la columnas de la muerte.
-¿Cómo os enfrentáis a su formación, a sus orígenes zaragozanos?
Una primera parte del documental explica su origen. Sus padres eran comerciantes y fueron los dueños del Bazar X, situado en el Coso zaragozano. El pequeño Ángel Sanz Briz estudió en los colegio Escuelas Pías ( los escolapios) en la calle Conde de Aranda. Posteriormente, decide estudiar Derecho e ingresar en la Escuela diplomática de Madrid. Hay un dato curioso. Sus restos mortales se encuentran en el cementerio zaragozano de Torrero. Tenemos un embajador y Justo de la humanidad enterrado nuestra ciudad y el público lo desconoce.
-De entrada, Sanz Briz fue un conservador... No aceptó la caída de Alfonso XIII, no le gustaba la República, cambió de bando en la Guerra Civil... ¿Cómo valoras su personalidad, su trayectoria?
Yo me quedo con su personalidad humana. No creo que se deban realizar juicios políticos sobre su forma de pensar. Esto no quiere decir que el documental huya del contexto histórico. Hay que tener en cuenta que Ángel Sanz Briz ante todo, era un representante del gobierno español. Si la república hubiera ganado la guerra, él se hubiera puesto a las órdenes de ella. Al ser un servidor del estado, llevo siempre por delante el nombre de España. Pero llego un momento que tuvo que tomar una serie de decisiones, en Budapest. Y el tiempo le ha dado la razón. Es, probablemente, uno de los pocos personajes de nuestra historia contemporánea que ha sido capaz de poner de acuerdo a las ideologías de izquierdas y derechas.
-Años después lo envían a Budapest y ahí se convirtió en un héroe. ¿En un héroe silencioso o no?
Nunca hizo ostentación de lo que estaba haciendo. Es más, de héroe tuvo poco. Si me apuras, un héroe anónimo. Hizo lo hizo convencido de que tenía que hacerlo y tenía las herramientas legales para llevarlo a cabo. Pero además poseía astucia diplomática y una gran retórica. Empleo los acontecimientos a su favor. Otros diplomáticos como los de Suiza, Suecia, Portugal o la Cruz Roja internacional vieron en su ejemplo, una forma de salvar a miles de judíos de los campos de exterminio. Entre todos, lograron burlar a las autoridades nazis y húngaras. Pero eso sí, en silencio y con discreción.
-¿Cómo se le ocurrió jugarse el tipo para salvar a más de 6.000 judíos? ¿Cómo lo explicas?
Ángel Sanz Briz era una persona religiosa. Su gran amigo en Budapest fue, por ejemplo, el nuncio apostólico monseñor Angelo Rotta. Pero antes de religioso era de una humanidad extrema. No podía pasar por alto, las atrocidades de la que era testigo. Quizás una posición cómoda hubiera sido dejar pasar los meses de la guerra y ser un testigo mudo de lo que ocurría con los judíos. Él no era así. ¡A lo mejor fue su ímpetu aragonés mezclado con su sentido del deber! La mayoría de las veces especulamos sobre la cuestión de porque lo hizo. Pero yo he llegado al convencimiento que al repudiar todo lo que veía y para evitar que se convirtiera en otro cómplice de terror, saco ese aspecto humano que tenemos todos, tan desaparecido en aquellos años.
-En el documental parece que hay un cierto paralelismo entre los grabados de Goya y las ejecuciones en Budapest. ¿Por qué? ¿Por qué has decidido confrontar esas imágenes, las del pintor y sus grabados, y las fotos de 1944 y 1945?
Porque son las mismas escenas. Goya fue testigo de las matanzas en la guerra de la Independencia al igual que Ángel Sanz Briz. Cuando ves un aguafuerte de Goya y lo comparas con las fotografías de los asesinatos de 1944 en Budapest, ves que lo único que los separa la distancia y los años. Desgraciadamente una guerra es cruel e inhumana. Desconocemos en España la crueldad de guerra mundial en Hungría, lo bajo que puede llegar a caer el ser humano y su falta de humanidad. Cuando hablas con los testigos y te describen lo que sufrieron, te quedas sin habla. Imagino que a Goya le ocurriría lo mismo y necesitó pintar sus grabados. Por ejemplo, cuando ya no había trenes de ganado para transportar a los judíos, lo llevaban a una fábrica de ladrillos que había en la Obuda (en la zona de Buda). Obligaban a las mujeres y los niños a andar por los caminos dirección a Austria, en invierno, con temperaturas bajo cero, con nieve, desnutridos y si fuerzas. Muchos, la gran mayoría, no llegaron. Murieron en asesinados de un disparo en un cuneta. En todos los países tenemos cunetas con muertos.
-¿Sabía el Gobierno de Franco qué hacía su embajador? ¿Qué riesgos asumió el diplomático zaragozano?
Ángel Sanz Briz, informó al Ministerio de Asuntos Exteriores y lo logró en algunas ocasiones. Pero muchas veces se quedó en intentos. Debemos de ponernos en su situación. En medio de una guerra, en el corazón de Europa. Bombardeos varias veces al día (la legación española no se libró). Con continuos cortes energéticos. Quienes tenían luz y teléfono, eran unos afortunados. Además el ejército rojo a punto de liberar Hungría… Sería normal que las informaciones no llegaran con la celeridad que necesitaría el encargado de negocios zaragozano. Pero informados estaban. Por supuesto que asumiría riesgos. No podía quedarse de brazos cruzados esperando una respuesta de Madrid. Y adoptó unos riesgos que sólo con el paso del tiempo, le dieron la razón.
Recuérdanos qué personajes e historiadores y políticos intervienen y por qué...
Tenemos a Diego Carcedo, presidente de la Asociación de Periodistas Europeos, autor del libro en el cual se inspira el documental y gran conocedor y “descubridor” de la figura del Ángel Sanz Briz. Los cuatro hijos del diplomático (Pilar, Ángela, Adela y Juan Carlos) también participan en el mismo. Nos acercarán a ese padre humano que era. El catedrático de historia contemporánea Julian Casanova que no aporta la visión histórica del momento. En Hungría contamos con Erzsébet Dobos. Es posiblemente la mejor experta sobre la figura de Ángel Sanz Briz y su labor en Budapest. El espectador podrá conocer de su mano los lugares clave como la estación de Józsefváros, lugar de partida de los trenes aAuschwitz-Birkenau o la antigua fábrica de ladrillos de Obuda. También contamos con la presencia del embajador de España en Hungría Enrique Pastor de Gana. El nos guía y enseña lugares de la embajada como son los sótanos en donde se sospecha que pudieron refugiarse judíos durante estos meses. Szita Szabolcs es el director del Museo de holocausto de Hungría es otro de los participantes al igual que András Heisler, presidente de la Federación de Comunidades Judías de Hungria o Gabor Gordon, presidente de la organización “Marcha por la Vida”. Mención aparte son los supervivientes. Son claves para entender esos oscuros tiempos. Contamos con los testimonios de Jaime Vandor e Iván Harsányi. Ellos fueron salvados por Ángel Sanz Briz y nos aportan como vivieron en sus propias carnes y las de su familia, estos acontecimientos. Además también prestan testimonio Sólyom Gábor(hijo de un salvado por Sanz Briz) y Katalin Sommer, otra superviviente. Espero contar, además, con intervenciones de Alon Bar, embajador de Israel en España, Miguel de Lucas, director general de Casa Sefarad-Israel y Perla Hazan, directora del departamento de relaciones para España y Latinoamérica de Yad Vashem, en Israel.
-¿Qué tipo de documental quieres hacer? ¿Tienes algún modelo en cabeza?
Ante todo espero que sea un documental cercano a la gente. Se ha hablado ya mucho del holocausto y el espectador tiene ya mucha información. Sin obviar los hechos y acontecimientos vividos, es fundamental para poder entender lo que paso, el testimonio de los supervivientes. Pero además, quiero dar a conocer a ese Ángel Sanz Briz más cercano, más humano, más familiar, aspectos que, creo, le marcaron a la hora de hacer lo que hizo. Espero poder hacer llegar al espectador un documental que forme e informe. En definitiva, que sientan lo mismo que he sentido yo durante estos casi 10 años de experiencia e investigación.
-¿Tenía Sanz Briz puntos oscuros? Creo que es Arcadi Espada quien, citando a un italiano, recuerda que quizá no sean todos luces en su personalidad...
Sin querer entrar en polémica con Arcadi Espada y su libro, el italiano al que cita es Giorgio Perlasca, el impostore como fue denominado. Perlasca se quedó en la legación española cuando Ángel Sanz Briz tiene que salir de Budapest rumo a Berna (Suiza), días antes que el ejército rojo liberara la capital. Durante este periodo, Perlasca se autoadjudicó el cargo de Cónsul e hizo creer a las autoridades húngaras, que él era el nuevo responsable de la legación española. Siguió expidiendo cartas de protección a todo judío que lo solicitara, eso sí, firmadas por Ángel Sanz Briz las cuales rubricó antes de partir. La figura de Perlasca en Budapest se ha vanagloriado hasta a tal extremo que incluso, se le adjudican toda la labor diplomática de salvación ocurrida en estos meses. Hay que recordar que cuando Perlasca, llegó a la legación española huyendo de los nazis (a pesar de ser fascista), Ángel Sanz Briz ya ha había negociado la autorización de 200 visados por parte de las autoridades húngaras y los estaba expediendo. Perlasca le pide ayuda y le es concedido un pasaporte español gracias a una carta firmada por Franco, durante la guerra civil española. A pesar de todo, no hay que quitar merito a la labor de Giorgio Perlasca. Era muy popular entre los judíos protegidos. El llevaba, por ejemplo, los víveres y artículos de primera necesidad a las casas protegidas, que en ese momento era lo más preciado. Eso sí, pagado con dinero de la legación o incluso de la propia cuenta personal de Sanz Briz. Espero aportar un granito más de arena para poner a cada cual en su sitio.
¿Con qué apoyos contáis?
El documental cuenta con el apoyo económico del Ayuntamiento de Zaragoza y la Diputación Provincial de Zaragoza. Colabora también la escuela de formación audiovisual Cpa Salduie. Además tiene apoyo institucional de Casa Sefarad-Israel, la Embajada Española de Hungría, el Instituto Cervantes de Budapest o la Federación de Comunidades Judías de Hungría. También tengo que destacar el gran apoyo logístico de la productora húngara I´m film. Gracias a ellos hemos podido hacer el rodaje durante nueves días en Budapest. Y esperamos en los próximos días cerrar unos apoyos más como son la Embajada de Israel en España y el Museo Yad Vashemde Jerusalén en Israel. Este documental espera ser el homenaje de la ciudad de Zaragoza a uno de sus hijos más destacados y durante tantos años olvidado.
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Jesus Martínez -