JAVIER LACRUZ PRESENTA SU BIOGRAFÍA DE VIOLA EN EL PRINCIPAL
[El psiquiatra, historiador y coleccionista de arte Javier Lacruz Navas presenta esta tarde, a las 20.00, en el Teatro Principal, en conversación con Antón Castro, su libro 'Manuel Viola' (Editorial Cierzo, 2014), que incorpora muchos materiales inéditos. Se proyectarán fotos y cuadros del artista, al cuidado del fotógrafo Andrés Ferrer, y habrá un pequeño recital de flamenco.]
Manuel Viola (Zaragoza, 1916-San Lorenzo de Escorial, Madrid, 1987) tuvo una existencia de novela. Para él la vida fue más importante que el arte o los manuales de creación. Su amigo Francis Picabia dijo: “Si un día Viola tiene a la vez una cita con la vida y con un cuadro, se irá siempre con la vida”. Viola, que en realidad se llamó José Viola Gamón y fue bautizado en el barrio del Gancho, vivió peligrosamente y fue, con Salvador Dalí, el artista español más popular. Eso cree el psiquiatra y coleccionista de arte Javier Lacruz Navas (Zaragoza, 1956), que asistió con apenas diez años a su primera exposición en la galería Libros, que dirigía Víctor Bailo. “Él fue mi maestro de arte contemporáneo: por eso el libro está dedicado a él”. Alude el creador de la colección ‘Cerler’ y ‘De Pictura’, que fundó y dirigió con Mariano Yera, a un volumen definitivo, de 400 páginas, sobre la personalidad y la obra del pintor de ‘El Paso’: ‘Manuel Viola’ (Editorial Cierzo), que ofrece muchos materiales inéditos. Lacruz ha accedido a una extensa entrevista de Juan Manuel Nadal, pudo ver y estudiar “la maleta de Viola”, su archivo en El Escorial, y ha recuperado catálogos, textos inéditos, dibujos, óleos y un inmenso material de hemeroteca que, por ejemplo, le ha permitido conocer su estancia en Sudamérica.
Javier Lacruz vivió una experiencia iniciática con Viola: su padre, médico, era muy amigo de Manuel Clavero, dueño del Club Náutico, donde comían el pintor y su mujer Laurence Iché durante su exposición en La Lonja en 1972. Así logró tener una cita con el artista. “Viola vino con su capa, su melena blanca, con ese vozarrón, Yo me quedé fascinado con el gran personaje: no solo era un artista, era un personaje en ese momento. Salía mucho en la tele. Era rocero, cariñoso. El gran programa que le hace Joaquín Soler Serrano en ‘A fondo’ divulgó una imagen de un artista cercano, con una vida muy trillada, novelesca, que despertaba una gran fascinación. Era uno de esos artistas con carisma”. El joven, por pudor, no le pidió que le hiciera un dibujo (“era un gran dibujante”, señala) y siempre le ha quedado como un resquemor o una sombra. Al cabo de los años, ha ido adquiriendo su obra. Y hace cuatro decidió escribir la monografía de un artista que nació en Zaragoza, se trasladó a Lérida con su familia paterna y luego, ya en vísperas de la Guerra Civil, se instalaría en Barcelona.
“En la revista ‘Art’ de Lérida ya está con 17 años. Era un chaval y ya hacía crítica de arte y crítica literaria porque él era poeta. Luego haría algo de dibujo surrealista. Le interesaban autores como Dalí, Giorgio de Chirico y Lorca. También era lector de su poesía y de la Pedro Salinas”, señala Lacruz y recuerda que fue surrealista muy pronto, a diferencia de otros autores como Millares, Tàpies y Antonio Saura, que lo harían por inmersión una vez que el surrealismo había sido superado. Más tarde partió a Barcelona y allí contacto “con todos los intelectuales de la Universidad y con los artistas del momento, entre ellos Remedios Varo, que estaba casada con el poeta Benjamin Péret”. Luego se desata la Guerra Civil y él entra en acción. “Les escribió a sus tías, Sebastiana y Antonieta, que son sus mentoras en Lérida, y les dijo: ‘no me busquéis en Barcelona que estoy en el frente’. Se va como un idealista del POUM a luchar por la democracia”. Tras perder la guerra, se traslada a Francia y “pasa a ser perseguido por el Gobierno de Vichy, por el gobierno español y por los nazis. Abrazó la clandestinidad... Por eso él decía: “No he podido hacer una gran obra: he hecho dibujos, poemas, yo soy un sujeto semoviente por la vida, por la supervivencia”.
Está en dos campos de concentración “de uno de ellos se escapó haciéndose de la Legión Francesa”, emplea dos nombres. Finalmente, decidió instalarse en París, donde contaba con dos buenos amigos: el citado Peret y el americano Henri Goetz, que lo acogieron en un primer momento. Poco después, en régimen de clandestinidad, se trasladó a vivir a un piso con Edita Hirschova, su primera novia y con Robert Rius, poeta y secretario de André Breton y con su mujer Laurence Iché. Edita es Tita y será su novia; era judía, sordomuda y muy hermosa; en 1942 fue detenida y murió en Auschwitz. A la vez, Robert Rius fue asesinado por los nazis y Viola no tardaría en unirse a Laurence Iché, con la que se casaría. En aquellos tiempos, Viola estuvo en la resistencia y en el maquis, escribió poemas, hizo muchos dibujos, pintó pequeños paisajes tachista y redactó una biografía perdida de su amigo Óscar Domínguez, que acabaría suicidándose. En 1949, se trasladó a España. “Probó suerte en Barcelona, pero fue rechazado por su pasado político. Se trasladó a Torremolinos con unos amigos gitanos. Gracias a sus amigos Ruano y Cela pudo instalarse, lo que coincidió además con el hecho de que su esposa entró a trabajar en la embajada de Francia”.
Saura y Millares vieron sus obras y dijeron: “Este es de los nuestros”. Se incorporó a ‘El Paso’ y poco a poco iría haciendo una obra intensa que mereció elogios de Eugenio d’Ors. Javier Lacruz documenta ese período con exhaustividad y con muchos materiales. En 1967 viajaría a Sudamérica a buscar, como él mismo vino a decir, “la ebullición que anunciaba ese continente”. Nunca dejó de trabajar, tuvo un nuevo amor, María Asunción Arroyo, treinta años más joven que él, y en 1972 fue objeto de una antológica en la Lonja. Falleció en 1987.
*La foto de Javier Lacruz la tomo de aquí:
https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-63f448c35ae9b60489614aa125d82e68.gif
. La de Viola, de Artium.
1 comentario
Javier Perfecto Ejarque -
Muchas gracias.