MATARRAÑA: LA PERLA DE ARAGÓN
Cuentos de domingo / Antón Castro
La perla
de Aragón
Califican en Alemania al Matarraña como “la perla de Aragón”. Es una feliz nomenclatura, pero quizá no sea inexacta. Aragón tiene muchas perlas, sin duda, pero estas tierras de oliveras y almendros, de viñas y cascadas, de fábula y arquitectura, admiten bien la metáfora. Acabo de estar en Calaceite con Juanjo Blasco Panamá, profesor de inglés y melómano que escribió la biografía de Peter Hammill. Vivió entre los dos y los siete años en Valderrobres –donde reside, en contacto con el mundo, el ilustrador Luis Grañena- porque su padre era supervisor de una entidad bancaria. Como si quisiera apaciguar las furiosas nostalgias, suele veranear con su madre en La Alquería de Ráfales y contrata a un taxista de Monroyo, porque no conduce. Desde allí, Juanjo, su madre y el taxista, como si fueran personajes de novela, van y vienen por las tierras del Matarraña contando ríos, peñascos, monumentos, descubriendo el paisanaje. Juanjo se ha encontrado en Calaceite con un sinfín de moradores que buscan solaz y que se labran el porvenir: los artistas de arte corporal Laia Vaquer y Hugo Roglan; los músicos Sofía Asunción y Lars; la poeta y traductora Pilar Gómez Bedate, viuda de Ángel Crespo, que abre de cuando en cuando su palomar y escritorio a todos los vientos; el pintor de suavidades oníricas Romás Vallès; las dos almas del Museo Juan Cabré, Carmen Portolés y Lola Pintado, que hacen inventario de los 5.000 libros del arqueólogo, historiador y fotógrafo y tienen los volúmenes protegidos con un forro blanco. Juanjo conoció a Fernando Navarro, escultor y maestro del collage, que concibió hace años una máquina de hacer sonetos perfectos. Y también se asomó, aunque esta vez no llevaba taxi, a la nueva galería de Calaceite: Arts & Mes, que exhibe una selección de ‘Disparates’ de Fuendetodos. Ese espacio forma parte de un proyecto mayor en el que se integra la Fundación Noesis, que ha adquirido el empresario Antonio David Sabaté con el afán de devolverle a Calaceite, y a todo el Matarraña, el esplendor de antaño cuando fue un faro de cultura y el lugar donde se conspiraba para que el mundo fuera mejor, más excitante y más hermoso.
*Texto de la serie dominical 'Cuentos de domingo'. En la foto, Pilar Gómez Bedate y Ángel Crespo.
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