'INMORTALES' EN MONTEMUZO
E X P O S I C I Ó N
INMORTALES
Fotos del Archivo Municipal de Zaragoza. Palacio de Montemuzo. 15 de enero al 15 de febrero
Texto de MARIANO GISTAÍN
La exposición muestra 80 fotografías del Archivo Municipal de Zaragoza desde principios del siglo XX hasta el año 1975. Todas han sido elegidas navegando por la web del Archivo y los protagonistas de la mayoría de las imágenes son personas.
El Archivo Municipal de Zaragoza es un tesoro. Además de las fotografías, las publicaciones de la Hemeroteca y otros documentos, contiene las Actas municipales desde el siglo XII, que reflejan el día a día, la continuidad institucional y vital de una ciudad: las farolas, el agua, las fiestas, los vehículos, las industrias y los desvelos de las generaciones.
El Archivo, que preserva las imágenes para siempre, es lo que más se parece a esa inmortalidad que la ciudad ostenta como el mejor de sus títulos.
He visto miles de fotos en la web del Archivo, he frecuentado imágenes de personajes que –todavía– no aparecen en Wikipedia pero que han sido relevantes en la historia y la evolución de Zaragoza.
El Archivo ejerce un poderoso influjo sobre el que se pierde en sus fondos infinitos: durante meses he visto las calles de la Zaragoza actual en blanco y negro, con los adoquines brillantes, las tapias de los conventos y las estatuas bailadas; a menudo me sorprendía de que en la realidad faltaran edificios y calles que el Archivo mantiene como el primer día; o creía ver a personas con las que me había familiarizado en las imágenes.
A la hora de seleccionar las fotos para la exposición he optado por las personas; o quizá han sido ellas las que, de alguna manera, se han impuesto a los edificios, a los laboriosos puentes, a las fábricas y a las postales. He preferido las fotos espontáneas a las oficiales, las callejeras a las de interiores, las que tienen personas a las que no las tienen. He elegido con criterio periodístico, en sentido amplio, confiando en que el latido de las vidas transmitiera el sentir de la época. También hay fotos que me han emocionado o me han impresionado sin que haya llegado a saber el motivo: es la magia del momento y el oficio prodigioso del fotógrafo. El dolor por las fotos que se han quedado en el Archivo disminuye porque todas están, y estarán indefinidamente, a un clic. Algunas tienen, o así me lo ha parecido, un símbolo dentro: un Seat 600 aparcado entre las torres de la Aljafería en 1975; la gente votando en las elecciones sindicales de principios de los años setenta.
La secuencia es cronológica, aunque si el tema o los protagonistas sugerían un ritmo diferente, me he permitido algunas licencias. He evitado las estampas más conocidas: la pasarela sobre el Ebro, el Canal Imperial, la exposición de 1908… Con la excepción perdonable de los Cinco Magníficos entrando, sobre el techo del autocar, en la Plaza del Pilar abarrotada de gente. Entre esa foto y el gol de Nayim (que no entra en esta muestra) transcurren treinta años.
Ha habido exposiciones y hay libros excelentes sobre urbanismo zaragozano, edificios singulares, arte y grandes obras públicas. La exposición y el catálogo de 1994 “Zaragoza, Memoria en blanco y negro” marcaron un hito en la conservación y catalogación de la memoria colectiva, una tarea que comienza cada día.
Espero que estas 80 fotos –44 en el catálogo– reflejen la época, las alegrías y las esperanzas de un tiempo próximo y lejano a la vez, de un tiempo que forma parte de nuestras vidas.
Mariano Gistaín
'Una mujer años veinte'. Francisco Gorriz.
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Rafael Rojas -