ADIÓS AL PINTOR ÁNGEL ARANSAY
HA MUERTO EL PINTOR ÁNGEL ARANSAY
Había expuesto ‘Maneras de pintar’ en la Lonja en 2012, un antológica de 43 años creación artística
Antón CASTRO
Esta noche, en el Hospital Militar de Zaragoza, donde llevaba cuatro o cinco días ingresado, murió el pintor Angel Aransay (Zaragoza, 1943-2005), sin duda uno de los artistas más personales y coherentes del arte aragonés de los últimos años. Había expuesto en el palacio de Sástago en 1987 y en la Lonja en 2012, sin duda sus dos muestras más importantes. Pintor místico y pagano, pintor expresionista y figurativo, le apasionaron la noche, la tertulia, la historia del arte, la belleza y el gran poso de la cultura. Fue crítico de arte en ‘Andalán’, ‘El Noticiero’ y ‘El día de Aragón’, entre otros medios, y compiló, con su habitual sentido del humor, un cancionero de jotas guarras.
Se formó en el Estudio de Alejandro Cañada y luego en la Escuela de Bellas Artes. Obtuvo el título de profesor de dibujo en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Regresó a Zaragoza e inició su pintura con dos maestros claros en la retina: el Picasso cubista y El Greco. Le interesaron mucho la pintura del Renacimiento y del Barroco, pero también la obra de Francis Bacon.
Ha realizado una pintura expresionista y figurativa que ha pasado por diversas épocas: hay en él gusto por el bodegón y el paisaje urbano (Zaragoza fue uno de los motivos fundamentales de su producción: el Pilar, algunos bares, el Arco del Deán...), pero también hizo pintura bíblica y mitológica, y mucha obra de trasfondo religioso, a veces en gran formato, realizó homenajes a personajes que admiraba profundamente como Pier Paolo Pasolini. Apasionado por la figura humana, que en el fondo es el tema fundamental de su labor, también pintó muchas mujeres, o sus ‘Damas’ como él las llamaba. Pintor del color, tendía a un cromatismo cálido y liso, con ecos del arte mural.
Además de ser un pintor con personalidad propia, con una trayectoria muy coherente y una iconografía reconocible, era todo un personaje: poseía una vastísima cultura, tenía una curiosidad insaciable por saber, por conocer nuevos artistas y superó algunas de sus limitaciones (el asma, la sordera, la vista) –tal como señala su gran amigo Santiago Gómez Laguna, que estuvo a su lado hasta el último minuto- con pasión, energía y generosidad. “No tenía un carácter fácil, es cierto, pero era sincero y honesto y de una gran sabiduría. Como pintor hay una cosa muy clara: veías una obra suya y sabías que era un ‘Aransay’”. El cuerpo de Ángel Aransay estará desde esta tarde, hacia las seis, en el velatorio 15 del cementerio de Torrero.
*La foto es de José Miguel Marco, de Heraldo de Aragón. Este texto se reproduce hoy en Heraldo.es.
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Angel Guinda -