SERGIO ARAGÓN: UN DIÁLOGO EN TORNO AL GRABADO Y LA DANZA MACABRA
ARTE. Sergio Aragón (Zaragoza, 1976). Primer Premio de Grabado del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a proyectos educativos por ‘Una danza macabra’. [Dentro de dos o tres semana, Sergio ocupará la portada de 'Artes & Letras' de Heraldo de Aragón.]
“El grabado me apasiona, es un arte en
el que hay que ser paciente y delicado”
Antón CASTRO
-Antes que artista dedicado al grabado, poseía una discográfica. Recuérdenos un poco esa historia…
El sello se llamaba Alter Ego Records. Junto a mi socio Dr. Loncho editamos discos de hip hop de artistas de la escena local de Zaragoza, de 2003 a 2010. La infraestructura del sello nos permitió diversificarnos y comenzamos a funcionar como productora de conciertos, trayendo artistas nacionales y norteamericanos como Sugar Hill Gang, Jeru the Damaja o MOP a Aragón… Comenzamos con un recopilatorio titulado ‘Zaragoza Realidad’, en el que apareció la casi totalidad de la escena de rap de Zaragoza en aquel momento y que tuvo una gran repercusión nacional.
¿Qué ha significado para usted ser editor y productor de discos?
Al ser dj y coleccionista, admiro el trabajo completo que hay detrás de un disco. En él convergen muchas personas además de los músicos, como diseñadores, fotógrafos, ilustradores, profesionales de la mezcla y masterización. Poder participar en el proceso de elaboración de un disco es algo muy especial, aunque también ha servido como aprendizaje de todo lo que rodea a la música. No todo es lírica, como en casi todo hay sobre todo negocio.
-¿Por qué dio el paso hacia un arte nuevo?
Dibujar ha sido una constante durante toda mi vida, he andado siempre con un cuaderno para dibujar en la mochila. En su momento la vida me llevo por otros derroteros y se me quedo la espina de pasar por una Escuela de Arte, así que con 36 años me matriculé.
-¿Qué tiene de particular el grabado para usted?
El grabado me apasiona, es un arte en el que hay que ser paciente y delicado. Cada técnica tiene un encanto particular pero lo que es común a todas es la belleza alquímica de los procesos para crear una matriz. Me parece magnético el momento en el que levantas el papel de la matriz entintada después de haberlo pasado por el tórculo.
-¿Con quién se ha formado?
Con el dibujo he ido más bien por libre, aunque pasé una temporada en el espacio de Angel Laín y un verano en la Escuela Josso. Creo que mis maestros en este sentido han sido los gráficos que aparecían en las tablas de ‘skate’ y los comics que no paraba de leer. Respecto al grabado me he formado en la Escuela de Artes de Zaragoza, he realizado prácticas en el taller Manera Negra de Barcelona y mi proyecto de final de ciclo lo he realizado en Lab 43 de Venecia. El paso por cada taller te lleva a conocer nuevos maestros y te enseña cosas nuevas.
-¿Quiénes son sus referentes?
Bill Sienkiewicz, Joan Ponç, Otto Dix, Frans Masereel, Lynd Ward o Käthe kollwitz
-¿Ha seguido los trabajos de grabado en Aragón, le interesa alguien en particular?
Hasta que no he estado inmerso en este arte he podido apreciar como espectador los trabajos de Natalio Bayo, Pascual Blanco, Mariano Castillo…, aunque he empezado a valorarlos conociendo el proceso de trabajo que hay detrás de un grabado. Me interesa Nemesio Mata por su conocimiento del grabado no tóxico y su maestría en la estampación, y Noelia Marín por sus potentes imágenes y su afán investigador.
-Explíquenos qué era ‘Puzzle’, premiado con un accésit por la Calcografía Nacional en 2015, y sus trabajos que ganaron en Aragón.
‘Puzzle’ es una linografía con la que me concedieron el año pasado una Mención de Honor en el Certamen de jóvenes creadores de la Calcografía Nacional, además de la lógica alegría me empujó a seguir trabajando. Después ha venido el Premio Extraordinario de las Enseñanzas de Artes Plásticas y Diseño de Aragón, en la especialidad de Grabado y Técnicas de Estampación, que me ha permitido optar al Premio Nacional de Grabado.
-¿Qué le atrajo de la danza macabra?
El hecho de ser un género que ha acompañado al hombre desde el medievo en momentos convulsos como la epidemia de peste negra, diferentes crisis o guerras mundiales, y del cual se han servido los artistas para reflejar de manera incisiva la realidad de la humanidad, las diferencias entre estratos sociales o lo efímero de la existencia humana.
-La ha abordado desde el pintor Holbein hasta nuestros días…
Para mí Holbein supone el cenit del género, la primera vez que ves sus estampas quedas impactado, ya que siguen siendo actuales, tanto en su grafismo como en la sátira que esconden.
-¿En qué consiste exactamente el proyecto ganador, ‘Una danza macabra’?
Este proyecto trata de revisar un tema que ha sido recurrente dentro de la historia del grabado. Las nueve estampas son el resultado de la búsqueda de una expresión gráfica que mostrara una mirada al mundo que nos rodea actualmente, bajo el prisma de las danzas de la muerte.
-¿Qué querría hacer y a dónde aspira a llegar en el grabado?
No miro demasiado al futuro e intento disfrutar de las buenas experiencias, aprovechando todas las oportunidades que el grabado me está brindando. Este verano tengo una residencia artística en Alfara Gráfica en Salamanca para realizar un proyecto conjunto con la artista María Urra y por otro lado Samuel Hereza está poniendo texto a las imágenes de ‘Una danza macabra’, con el que editaremos un libro. La música me ha enseñado que las claves son el esfuerzo y la constancia, así que los frutos que lleguen de ello serán bienvenidos, mientras tanto hay que seguir trabajando sin desánimo y con pasión.
*Esta entrevista aparecía el pasado domingo en Heraldo de Aragón.
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