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Antón Castro

LA ORQUESTA RÍOS: HISTORIA

LA ORQUESTA RÍOS: HISTORIA

La Orquesta Ríos: un siglo de música

popular desde Belver de Cinca

 

Antonio Ríos Ferrer, hijo de campesinos y barbero y albañil, fundó en 1916 un grupo que abarca a cuatro generaciones

 

PIES DE FOTO. ARCHIVO FAMILIA RÍOS

1953. El quinteto Ríos Ballarín. Son: Carlos Ballarín, Luís Ríos Pirla, Antonio Ríos Ferrer (el fundador), Antonio Ríos Pirla y José Ballarín.

 

Antonio Ríos Ferrer con sus hijos y otros músicos antes de salir de gira en los años 50-60.

 

 

 

 

Antón CASTRO

La música es el arte más abstracto que produce las emociones más concretas. Está llena de historias formidables, insólitas, cotidianas, que revelan que las melodías y las canciones están en nuestra existencia y sus pequeños detalles como una banda sonora necesaria y variada. Se cumple un siglo de la Orquesta Ríos, que surgió en la primavera de 1916 en Belver de Cinca, Huesca, no se sabe si por azar o por la determinación de un joven, Antonio Ríos Ferrer (Belver, 1901), que iba para agricultor como su familia.

Un día, con ocho, nueve o diez años, oyó el violín de un ciego, y se quedó traspuesto: sintió que algo le arañaba el alma. En ese instante, le arrebató el instrumento al invidente y oyó que gritaba: “A mí, a mí. Los ladrones me roban el violín”. El niño dijo: “No, no, no se lo voy a robar. Solo quiero tocarlo”. Lo hizo, extrajo algunas notas y el ciego lo invitó a que fuese su lazarillo. A cambio, le enseñaría música, le pagaría un poco y lo llevaría de gira: estuvieron en Pamplona, y allí el joven conoció a Pablo de Sarasate, en Valls, en Barcelona, y en muchos pueblos aragoneses.

Hicieron pequeñas giras, y al final el joven volvió a casa, a pesar de que el ciego, a través de algunos amigos, había conseguido una matrícula gratuita para el Conservatorio del Liceo. Debía echar una mano con las cosas de la vida, y se enteró de que en Ontiñena de Cinca vivía el violinista José Guioni Lebetti, ‘El italiano’, que tenía una orquestina propia: Los Italianos. En 1916, cuando creyó que el muchacho ya sabía lo suficiente, les dijo a sus músicos y discípulos que estaba cansado y que era el momento del adiós, y que dejaba su grupo a cargo de Antonio Ríos Ferrer. Poco después, a sugerencia del propio Guioni Lebetti –que es un personaje de ‘Crónicas del alba’ de Ramón José Sender-, la banda pasó a llamarse Orquesta Ríos. Antonio no podía vivir solo de la música, trabajaba en la construcción y también de barbero, que fue su empleo más estable. Barbero y practicante, oficio que también heredaría su hijo Luis.

Antonio Ríos Ferrer había estudiado poco, pero su vocación y sus ganas de saber eran infinitas. Escribió canciones, enseñó a tocar varios instrumentos y siempre fue un hombre curioso, con ganas de aprender, sin complejos, que animaba los bailes, las fiestas o incluso las proyecciones de cine mudo. Una bisnieta suya ha hecho una película de fin de curso (https://drive.google.com/file/d/0B07_IDlqcqKAcUROckpfc3RIS00/view?ts=5692d583) y recuerda que cada vez que había un cambio de rollo decía: “Ahora pasamos por un túnel”, y poco después: “Ya hemos salido del túnel”.

De su matrimonio con María Pirla Cascarosa, nacieron sus tres hijos: Antonio (Belver de Cinca, 1923), que será un maestro de la trompeta, Luis (Belver, 1925), un virtuoso del saxo, y María Luisa (1935), que aún vive, era una buena intérprete de saxofón y colaboró con las distintas formaciones en varias ocasiones.

La Orquesta Ríos fue cambiando de nombres, cada vez que se sumaba alguien a este empeño familiar: Dakota-Ríos, Ríos-Ballarín, Tony Ryvers, Ríos Sinnos (nomenclatura que nació de una errata de imprenta)… La trayectoria de Antonio Ríos Pirla es muy interesante: tocó en distintos grupos y frecuentó mucho Zaragoza: en Las Palmeras, en el Café Alaska (donde llegaba a realizar hasta cinco sesiones al día con su trompeta), en El Coto, en el Iris, e incluso, con su hermano Luis, trabajó dos años en el Kansas Circus; ellos abrían y cerraban las funciones y cobraban 70 pesetas al día (medio euro). También compuso canciones y en 1951 se fecha una de ellas, creada en los campos de Pinseque.

Luis tardó luego algo más en incorporarse de pleno a la Orquesta Ríos. Era barbero, colaboró con músicos de Zaidín en la orquesta Hilton y asumió labores de representación de artistas en Huesca. Antonio Ríos Pilar tiene dos hijos que siguen la tradición, Antonio (batería) y Miguel Ángel Ríos Palacios (guitarra), y Luis Ríos Pirla es el padre de José Luis Ríos Gabás, pianista y profesor, quien explica: “Mi abuelo solo tenía formación primaria. Escribió varias canciones. Los nietos continuamos la tradición musical, con o sin formación reglada: yo doy clases en Lleida en una Escuela de Música que es también Conservatorio, L’intèrpret, y toco en la Big Band de Lleida. Mi primo Antonio forma parte de la River side Band, que viene a ser una actualización puntual de la Orquesta Ríos, hecha con mis sobrinos y amigos, algunos procedentes de formaciones emparentadas con el maestro Guioni, que tiene una estatua en Sariñena, y da clases en la recién creada Escuela de Música de Belver de Cinca”.

Hace algunas semanas en esa localidad se celebró por todo lo alto, se le ha dedicado una plaza y una muestra, el centenario de esta orquesta, cuyo promotor Antonio Ríos Ferrer admiraba las formaciones de Xavir Cugat, Pérez Prado o Glenn Miller. Los Ríos, a su modo y sin descanso, contagiaron y contagian ritmo y pasión por la alegría y la felicidad.

 

3 comentarios

Merche -

Recuerdo cuando venían a la fiesta mayor de Castel de Cabra. Cómo bientaban la fiesta.
Que grandes sois.

Guillermo -

emocionante

José Luis Ríos -

Muchas gracias, Antón Castro, nuevamente. Un abrazo.