ÁNGEL PORTOLÉS ESCRIBE DE 'EL TANGO DE DOROTEO' DE CASTRO & HERNÁNDEZ
[El buen amigo Ángel Portolés Navarro escribe de ’El tango de Doroteo’, publicado por el sello Libros de Ida y Vuelta. Javier Hernández es el responsable de las ilustraciones; el texto es de Antón Castro.]
Se acercaba el final de la feria del libro de Zaragoza, con nueva ubicación (en la Plaza del Pilar), las predicciones meteorológicas no eran nada halagüeñas y el esperado reencuentro por la presentación de “El Tango de Doroteo”, no restaba nada el nerviosismo que en mí crecía, más bien, todo lo contrario,
Ese nerviosismo se fue transformando en insomne desasosiego, una nerviosa danza entre el estruendo desgarrador y el deslumbrante rayo.
A las cinco, harto de dar vueltas y adoptar mil posturas, intenté refrescar la inquietud bajo la ducha, desayuné, leí un poco y repasé mentalmente el camino que une Estercuel con Zaragoza, que sin ser largo, lo auguraba como una carrera de obstáculos entre tormenta y soledad.
Quizá, mi más o menos silencioso trasiego con los preparativos de la marcha, como no olvidar la cámara fotográfica, el olor a café recién hecho o el estruendo de la tormenta, acabó rompiendo el sueño reparador de Ana,
Así, café, compañía y charla, nos acercó veloz la hora de mi marcha.
Momentáneamente la lluvia amaina y ya en el Museo Pablo Serrano el ascensor nos deja en la cuarta planta abriéndose a un espacio amplio, antesala del luminoso salón donde va a celebrarse el evento.
Javi Hernandez se afana retocando los últimos detalles y con su habitual afecto nos abraza en saludos, igual que Antón Castro tan familiar y cercano como siempre.
Poco a poco vamos ocupando los asientos, he de añadir que dicho salón, además de luminoso, el asomarse a las cristaleras casi produce vértigo dando una sensación de vuelo en el vacío.
Y allí, gente de la cultura, escritores como María Dubón, pintores ilustradores como Juan Tudela, actores como Luis Rabanaque, músicos o simplemente admiradores como Luis Martinez y yo mismo, en definitiva, amigos ansiosos por disfrutar del “tango de Dorotéo” y sus autores,
Si como he dicho antes el marco escogido para la presentación del libro era luminoso y bello, no menos acogedor y bello fueron el libro, el acto y sus autores protagonistas, como siempre, no defraudaron, afectuosos y cercanos, excelentes oradores de los que sus palabras detienen el tiempo y afables, te envuelven en un abrazo, un extraordinario tándem cultural que funde relatos e ilustraciones a la perfección.
Para culminar este viaje de ida y vuelta Javi Hernández tenía preparado un excepcional colofón, Raquel Sobrino al violín y Fernando Salinas al bandoneón nos deleitaron con su música, tangos que cerraban el círculo de belleza, amor y nostalgia.
Y tras estas delicias llegó la tarde,
la feria del libro llegaba a su fin,
la nueva ubicación para las casetas se me antojó más acogedora y aunque el tiempo seguía desapacible, no restó ilusión ni consiguió frenar los reencuentros llenos de amistad, consejos y nuevos descubrimientos.
El botín de pesca había llenado mis redes de nuevas vidas, amistad y sueños.
Gracias a todos escritores, editores y libreros por creer y crear cultura. Y por supuesto a Ana Muñoz Lahoz, mi esposa y compañera por cubrir mis obligaciones y dejarme sueltas las alas, en estos vuelos de cultura y ensueño
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