MEMORIA DE NATI ZARO
VICKY CALAVIA INICIA EL RODAJE DE LA VIDA DE NATI ZARO
Hay mujeres a las que la memoria colectiva no les ha dado una segunda oportunidad y habitan el limbo del olvido. Una de ellas, entre nosotros, es Natividad Zaro, nacida en Borja el 26 de diciembre de 1901, y no en 1909 ni en 1905 como tanto se ha escrito, y fallecida en Madrid en 1978, al día siguiente de ser arrollada por un coche. ¿Quién fue esta mujer en realidad? Actriz y rapsoda, dramaturga y adaptadora de textos, escritora de ficciones, guionista y productora de cine. El pasado lunes, en el Teatro Principal, Vicky Calavia empezaba a rodar un documental sobre ella.
“La primera persona que me habló de ella fue el malogrado Félix Romeo. Hace muchos años me dijo que tenía que hacer un documental sobre ella. Leí su espléndido artículo aparecido en HERALDO. Con el paso del tiempo, a través de diferentes amistades, he tenido mucho contacto con Borja y con el Centro de Estudios Borjanos, y su director Manuel Gracia Rivas, que también me animó”, explica la autora de trabajos sobre María Domínguez, Manuel Rotellar o su contemporánea María Moliner.
“Lo que me atrajo de esta mujer, que hizo tantas cosas, que su iniciativa, su capacidad de trabajo. No se amilanaba ante las cosas y encontró su sitio en un mundo de hombres”, afirma.
Nati Zaro se marchó a estudiar a Madrid Filosofía y Letras, y allí cursó cuatro cursos. Se inclinó hacia el teatro y debutó como rapsoda, y provocó el elogio de Ramón Gómez de la Serna y de César González-Ruano, que aludió a “esos ojos de agua de mar, donde asoma la vida hecha poesía”. Más tarde, se integró en la agrupación El caracol, que tenía 300 socios, y se volcó con la escena: formó un dúo con Cipriano Rivas Cherif, encarnó a don Juan Tenorio, al propio seductor, y actuó en obras de Carlo Collodi y Jacinto Benavente. Marcada por Luigi Pirandello, estrenó ‘El hombre de los tres reflejos’. Una de las revelaciones del documental de Vicky Calavia es que estuvo casada en los años 20 y 30 con un diplomático, pero se cruzó en su vida el poeta, narrador y periodista de ‘Abc’ Eugenio Montes -que acabará volviéndose falangista- e inician una relación amorosa que solo finalizará con la muerte. Cuando estalla la Guerra Civil, será enfermera en el frente y escribirá su experiencia en el libro ‘También la guerra es dulce’, que pasará al cine como ‘Sin uniforme’.
Acompañará a Eugenio Montes a Berlín, Roma y París, en una época dinámica donde hizo muchas cosas: escribió, concibió argumentos, tradujo del inglés, francés e italiano. Hacia 1951 regresarían a España, y Nati Zaro fundó Athenea Films. “Hay muchas cosas que me atraen de ella, pero quizá lo más sorprendente sea la película ‘Surcos’ de José Antonio Nieves Conde, que generó polémica. Ella estuvo en la producción y colaboró en el guión. Era una película que acababa con el costumbrismo e introducía la denuncia social, el neorrealismo”, agrega Vicky Calavia. “Nati Zaro puede parece un personaje contradictorio: no deja de ser curioso que una mujer como ellea, cosmopolita, pueda tener relaciones con Falange y a la vez sea una defensora del papel de la mujer”. Desde Athenea Films, Natividad Zaro produjo ‘Amanecer en Puerta Oscura’ de José María Forqué, que reconocía que el argumento de esa historia de bandidos era de ella.
Para mí Natividad Zaro es un enigma. Es una mujer muy misteriosa”, concluye Calavia, que está grabando los testimonios de Javier Barreiro, Javier Hernandez, Luis Alegre, Juan Villalba Sebastián, Adolfo Ayuso, María Antonia Martín Zorraquino (“su madre estudió con Nati Zaro”, dice), Asunción Balaguer, Gemma Cuervo y el ya citado Manuel Gracia Rivas.
*El dibujo es de la pintora Ana Maorad y está basada en su foto más conocida.
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