HA MUERTO EL FOTÓGRAFO JOSÉ ANTONIO MELENDO
El pasado 21 de septiembre, hace diez días, fallecía el fotógrafo José Antonio Melendo. Durante años, llevado por su gran afición, lo retrataba todo: presentaciones de libros, fiestas, conciertos, homenajes (a José Antonio Labordeta, por ejemplo), congresos, reuniones atléticas, fiestas populares en diversos lugares de Aragón. Allí, con su gran humanidad y su inmenso silencio, andaba él con la cámara en la mano, ensayando tomas, buscando sorpresas. Estuvo en Congresos de literatura en Albarracín, acudía a Cálamo, Antígona y Los Portadores de Sueños a las citas con distintos autores, se asomaba a los talleres de los artistas, y luego, una vez que había editado sus materiales, colgabas sus obras en su página web o en su Facebook y las mandaba por correo electrónico.
En julio de 2011, tras hacer un gran reportaje en Casa Emilio en el que aparecía Félix Romeo (que fallecería un poco después, en Madrid, el 7 de octubre, hace ahora diez años), escribía: “Hace cinco años empecé este blog y comencé a mostrar las fotos que hacía a través de la red, que tantas satisfacciones me ha dado y que ha motivado un afán de aprender y superarme cada día”. En sus notas, ahondaba en su evolución y en sus descubrimientos. Le interesaba por igual Miguel Bosé que la Banda de Garrapinillos. Le interesaba casi todo: el Huerva y el Ebro (del que hizo varias series), pero también el Canal Imperial de Aragón, una prueba atlética, paseos y más paseos por la Exposición Internacional de Zaragoza; con el paso del tiempo se fue inclinando hacia la fotografía de moda, y halló ahí un espacio que le interesaba mucho. Realizó numerosos ‘books’ de jóvenes que empezaban o de profesionales que acudían a él. Una prueba de su labor puede verse aquí: https://www.fotoplatino.com/fp9442
También realizó otros trabajos vinculados al diseño. Impartió cursos de estilismo y fotografía gastronómica y colaboró con el Estudio Novo de Ana Bendicho durante dos años. El pasado 1 de febrero de 2021 falleció su madre, Concepción Puértolas, a la que siempre había estado muy unido. La diseñadora lo recuerda así: “Me dijo una vez que los dos años que pasó en Novo habían sido la mejor época de su vida. Su especialidad eran las chicas y trabajaba con una agencia de modelos; otra de sus especialidades era la gastronomía. Tímido, sensible, a veces torpe para relacionarse con la gente, era muy generoso con su trabajo. A pesar de su tamaño siempre quiso pasar inadvertido. Durante la expo hizo unas fotos preciosas del circo del sol”, dice. Y agrega: “De las últimas cosas que hizo fue la digitalización de todas las diapositivas antiguas de la obra del pintor José Manuel Broto. Con nosotros vino a fotografiar fábricas, productos, gente, eventos, obras de arte...”, resume Ana Bendicho.
El fotógrafo Javier Burbano tenía una relación constante con él. Se intercambiaban fotos, sobre todo a través del ‘whatsapp’. Dice: “Me enseñaba trabajos suyos y me pedía opinión acerca de las fotos que hacía, sobre todo de chicas posando y de gastronomía. Con la pandemia encontró un filón laboral haciendo fotografías a las ofertas gastronómicas de restaurantes y bares que se apuntaron a la entrega de comida a domicilio. Se emocionaba como un chiquillo mandándome fotos de un modificador de luz, un difusor o un kit de iluminación”. Le gustaba explorar técnicas, realizar ensayos y seguir las novedades tecnológicas.
“El fallecimiento de su madre le debió de afectar. Creo que tuvo un fallo renal que no se diagnosticó a tiempo por la crisis del coronavirus y falleció a las 24 horas por una sepsis. Al día siguiente, a José Antonio le diagnosticaban coronavirus y fue ingresado. Este verano estuvo haciendo fotografías por el País Vasco, Cantabria y Pamplona para locales que enviaban comida a domicilio. Disfrutó de la costa y de la gastronomía”, recuerda Burbano, que conserva afectuoso recuerdo de él, de su humanidad y de su dedicación y de su incuestionable pasión por la imagen.
*Foto de Ana Bendicho y su equipo; a la derecha, José Antonio Melendo.
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