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Antón Castro

SONIA LLERA: POEMAS DEL LATIR DE LA TIERRA

Hace algunos años, cuando vivía en Zaragoza y ya empezaba a deambular por el mundo en busca de aventura y de experiencias solidarias con su cámara al hombro, el fotógrafo Rogelio Allepuz le hizo un puñado de fotografías a Sonia Llera para la contraportada de El Periódico de Aragon. Siempre he sido coleccionista de los retratos de Rogelio. Me dijo: “Seguro que te gusta este retrato y aún más el modelo. Tiene un aire indefinible de artista”. Hace algunos meses, Sonia Llera, poeta también, viajera pertinaz, estuvo en Borradores. Traía sus documentales y algunos de sus poemas. Ayer me mandó su nuevo libro: Voces en el espejo (Cerai y Marnilú Ediciones), una colección de fotopoemas que es “la crónica sentimental de un viaje cristalizado en la serie documental Los Latidos de la Tierra que, cámara en mano, recorrió el planeta retratando a los campesinos pobres del mundo”. Añade más adelante, Sonia: “Eran ráfagas de eternidad que secuestraban el tiempo con una voz misteriosa. El de los versos que sólo pueden reflejarse en el espejo. Algunos han dormido soledades infinitas en anaqueles de olvido, esperando que el verbo se hiciera cuerpo. Otros surgieron con el de la luz en la mirada. Sea como fuera, cuerpo y palabra están en este espejo”. Se pueden conocer más detalles del proyecto y de Sonia Llera en www.loslatidosdelatierra.org.

 

Copio algunos poemas:

 

GALIMATÍAS

 

Tiene mil ojos la noche

Mil astros ciegos

Que no pueden mirarte

Y que tú miras.

Mil búhos de Hera

Que anidan

La honda mirada

Del tiempo consumido.

 

En ese túnel de la desaparición

Entre tú y el fulgor,

Persiste la estrella con su luz;

Extinta y ya olvidada,

Que no puede mirarte

Y que tú miras.

 

CONFESIÓN

 

Dice mi madre que nací en gris.

Marzo de invierno

A las cinco menos cuarto en el albero.

Lento hora,

Desapacible río,

Viento y presagio.

¡Qué frágil es el yacer de la amapola!

 

Dice mi madre que nací tarde.

Que no llegué a mi muerte.

Que perdí el reloj de la primavera

En el columpio roto de la escuela.

Había una estatua entre violetas,

Un tirabuzón de niña muerta,

Una fotografía del tiempo

Y una sombra inacababa.

¡Qué frágil es el yacer de la amapola!

*Sonia Llera en Madrid con Ángel Guinda. La foto pertenece a los archivos de la Asociación Conde de Aranda que dirige el infatigable Felicianos LLanas.

3 comentarios

Sonia Llera -

Gracias Antón por darle eco a VOCES EN EL ESPEJO. Os invitamos el día 10 de marzo a la inauguración de nuestra exposición en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza. Un abrazo

ángel petisme -

Sonia es una magnífica poeta, una mujer apasionada en todo lo que hace y muy inteligente. Tuve la suerte de escribirle dos poemas para su serie de "Los latidos de la tierra". Ese poema "Confesión" que has colgado cobra especial significado en estos días que Sonia ha perdido a su madre. Un abrazo Ántón

Entrenomadas -

"Dice mi madre que nací en gris.
Marzo de invierno
A las cinco menos cuarto en el albero.
Lento hora,
Desapacible río,
Viento y presagio.

¡Qué frágil es el yacer de la amapola!

Me parecen buenísimos.

M