UN POEMA DE PILAR PERIS
PALLAKSCH
Por Pilar PERIS
Debería contar hasta diez.
Frenar el ímpetu de mis acaloradas reacciones.
Domesticar la furia.
Anestesiar la torpeza espontánea de cada afecto
antes que la insensatez los sumerja en
una irrefrenable y desafortunada cascada
de palabras que hieren como dardos.
Debería usar comodines y trampantojos.
Guardar los triunfos de la baraja.
Sustituir la confrontación y el diálogo
por el silencio ambiguo y cómplice.
Debería esperar paciente a que el habla
encaje su momento propicio.
Husmear como el topillo y el lémur
sin hacer ruido.
Cubrir el corazón de rábanos, cominos y madreselvas.
Esquivar la verdad
para dormir tranquilo.
Callar para no dañar al amigo.
Y sacudir en la trastienda
el mantel de las emociones
lejos de los actuales sistemas protocolarios.
Debería ratificar el sí y el no con el silencio de los actos.
Pues quizá exista un lenguaje vacío que
diga y oculte terriblemente, sin palabras,
lo que somos y no queremos ver.
*La poeta y profesora Pilar Peris leyó hace unos en La Campana de los Perdidos y a la vez prepara un nuevo poemario. Pilar me pide que no ponga imágenes a su texto. Le hago caso.
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Ana Bande -