FÚTBOL DE DOMINGO O EL ESPLENDOR EN LA HIERBA
Así lo anunció Luis Alegre por teléfono: hacia las doce será el gran partido en el parque del Oeste. Entre las once y las doce. Y así fue. El domingo respiraba sol y asfixia, y el Ebro bajaba sucio, envuelto en una espesa sierpe de barro. Luis Alegre llevaba su pantalón corto preferido: rojo, como si fuese del retal sobrante de su vestuario de El camarote de los hermanos Marx, y una camiseta con la leyenda de Buñuel. Su sobrino Pablo iba de azul, con pantalón de Lotto. Y su cuñado Pablo, padre del zurdo Pablito, un extremo regateador y pugnaz, también iba de azul. Es un buen guardameta o un central de justa cintura y gran eficacia. Eso dice Luis, que siente debilidad por el marido de su hermana Carmen, el tercer hermano que le regaló la vida. Y también estaban Jorge y Diego Rodríguez, que corren como lebreles y aman el fútbol con auténtica locura. No lo aman, se vacían, se desangran en sudor, en velocidad, en gambeteo. Luis Alegre, que dice que no vive los salvajes amores que le atribuyo en el blog (me ha dicho: me favorece que me presentes así, parezco más interesante de lo que soy. Su corazón es como un cuarto de alquiler que pretenden tres, cuatro, cinco inquilinas maravillosas), empezó muy bien el partido. Marcó varios goles y logró zafarse del marcaje severo de su sobrino. Aunque el partido fue muy igualado, se jugó tres contra tres, y los jugadores se morían un poco más en cada jugada. El agua aliviaba el cansancio y matizaba el esplendor sobre la hierba. El Ebro corría muy cerca, los coches mugían como vacas antiguas, y el sol crecía en lo alto con sus fuegos incontrolados. A Luis, a Pablo y a Pablito los esperaba una paella. Felicitas, la madre de Luis, la cocinera preferida de Maribel Verdú, está mejor que nunca, tras el achuchón que padeció tiempo atrás. Luisinho, el profesor de los amores salvajes, el embajador dulce de Aragón en el mundo, es un curandero de almas y edades. Es el bálsamo del tiempo...
5 comentarios
Para Elena de Antón -
De Antón -
Elena B. R. -
Una fan.
Anton -
Cide -
Jeje, gracias Antón por la crónica del partido más interesante del fin de semana.