LA POLÉMICA DE VICENTE CAMPO
Leo la carta de Víctor Pardo Lancina en El País. Poco hay que decir: es contundente, atrevida y necesaria, y tiene toda la razón de la tierra. Ahora ya saben en España quién y cómo es el alcalde de Huesca. ¿Por qué el historiador Fernando Elboj, un caballero sombrío donde los haya y ensoberbecido por un puñado de votos, siente ahora la necesidad de homenajear al alcalde Vicente Campo, muchas veces recordado, y no de hacerlo con Manuel Sender o Ramón Acín, fusilados en 1936?
Es increíble. Algunos socialistas sienten una irremediable nostalgia del franquismo. Lo más sorprendente es que Fernando Elboj escribió uno de los mejores libros de Los fusilamientos de Jaca. Qué terquedad tan patética la suya, qué anacronismo fascistoide de un alcalde al que nadie había llamado a esas encrucijadas.
De esto ha escrito mucho Víctor Juan Borroy en su página web y en su blog. Me dicen que va a organizar una reunión del Consejo Editorial de "Qriterio". Algunos van a asomarse por primera vez a un nuevo paraíso de Zaragoza: Villa Albina. En un sitio tan hospitalario, poseído por las aves y los céfiros, que más de uno pensará en el Hortal de Casa de Ena de Ramón Acín, en Huesca, años 30. Allí no apetece ni conspirar. Todo te envuelve con su sombra y su arrullo, y parece susurrarte en cada chicotazo de la fronda: "Carpe Diem".
Suena en mi corazón y en mi perplejidad un disco: "Éternelle Edith Piaf".
[Abro el libro "Los Cien Oscenses del siglo XX", y leo el perfil de Campo, redactado por Julio Brioso, situado por cierto después del texto de Víctor Pardo sobre Ramón Acín, al cual editó Campo, que era pedagogo, periodista, editor, y ostentó todos los cargos habidos y por haber en su ciudad. El retrato se llama "El alcalde ejemplar". Dice: " Vicente Campo Palacio, uno de los mejores aldaldes que Huesca ha tenido en el siglo XX, es el responsable en buena medida de la modernización de una ciudad decimonónica que se hallaba casi anclada en los parámetros medievales y que entró de lleno en el siglo XX de su mano... (...) Falleció en Huesca el 22 de septiembre de 1957. De él pervive en nuestra ciudad un imborrable recuerdo por su limpia ejecutoria y su gran talla de político honrado y de brillante intelectual". Por cierto, Víctor Juan habla de él en su espléndido libro "La tarea de Penélope". Tenemos que leer, para resolver esta aparente contradicción, los textos de Víctor Pardo, que no suele hablar o pugnar a humo de pajas.]
Es increíble. Algunos socialistas sienten una irremediable nostalgia del franquismo. Lo más sorprendente es que Fernando Elboj escribió uno de los mejores libros de Los fusilamientos de Jaca. Qué terquedad tan patética la suya, qué anacronismo fascistoide de un alcalde al que nadie había llamado a esas encrucijadas.
De esto ha escrito mucho Víctor Juan Borroy en su página web y en su blog. Me dicen que va a organizar una reunión del Consejo Editorial de "Qriterio". Algunos van a asomarse por primera vez a un nuevo paraíso de Zaragoza: Villa Albina. En un sitio tan hospitalario, poseído por las aves y los céfiros, que más de uno pensará en el Hortal de Casa de Ena de Ramón Acín, en Huesca, años 30. Allí no apetece ni conspirar. Todo te envuelve con su sombra y su arrullo, y parece susurrarte en cada chicotazo de la fronda: "Carpe Diem".
Suena en mi corazón y en mi perplejidad un disco: "Éternelle Edith Piaf".
[Abro el libro "Los Cien Oscenses del siglo XX", y leo el perfil de Campo, redactado por Julio Brioso, situado por cierto después del texto de Víctor Pardo sobre Ramón Acín, al cual editó Campo, que era pedagogo, periodista, editor, y ostentó todos los cargos habidos y por haber en su ciudad. El retrato se llama "El alcalde ejemplar". Dice: " Vicente Campo Palacio, uno de los mejores aldaldes que Huesca ha tenido en el siglo XX, es el responsable en buena medida de la modernización de una ciudad decimonónica que se hallaba casi anclada en los parámetros medievales y que entró de lleno en el siglo XX de su mano... (...) Falleció en Huesca el 22 de septiembre de 1957. De él pervive en nuestra ciudad un imborrable recuerdo por su limpia ejecutoria y su gran talla de político honrado y de brillante intelectual". Por cierto, Víctor Juan habla de él en su espléndido libro "La tarea de Penélope". Tenemos que leer, para resolver esta aparente contradicción, los textos de Víctor Pardo, que no suele hablar o pugnar a humo de pajas.]
6 comentarios
andres pascual gonzalez -
Cide -
Antón -
Anónimo -
Anónimo -
Cide -
Creo que hay muchos complejos cuando de hablar de la guerra civil o el franquismo se trata. Hay ejemplos muy claros en literatura: poca gente presume de admirar la obra de Pemán o de Pla.
Como libros para superar complejos , me quedo con "Memorias", de Gumersindo de Estella. Un libro muy humano, emotivo y muy meditado. Y también con "Madrid. El advenimiento de la República" de Pla. Una crónica llena de ironía y anécdotas muy descriptivas de una época que a fuerza de ser ensalzada de forma exagerada por algunos se ha idealizado.
De todos modos, aunque no esté de acuerdo con tu forma de enfocar este post, no pierdo el gusto por leer tu blog.
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Aunque no es el sitio apropiado, quiero mandar un fuerte abrazo a Javier Torres. He visto su furgoneta quemada en http://efectomariposa.blogia.com/ y no consigo localizarle. Sospecho que su teléfono no daba a basto y ha decidido apagarlo. Es lo que tiene ser apreciado por tanta gente. Manda narices que pasen estas cosas. El ser humano tiene comportamientos realmente incomprensibles.