DESPEDIDA AL 2004 CON AMIGOS
Anoche hice un pequeño inventario de nuevos libros que, como los personajes de Cortázar, andan por ahí. Pero también hablé con esos amigos imprescindibles que te otorga la vida y que en estos días, cuando el ciclón lo arrasa todo, o el tornado, o la desgracia en forma de ola brutal deja miles de muertos que tiemblan al fondo de nuestra conciencia, pareces quererlos más, si cabe. A mí como a Félix Romeo (recordad su estupendo artículo en el Dominical de Heraldo que dirige Carmen Puyó) también me gusta la Navidad.
1. Antonio Calvo Pedrós toma café en Trafalgar con la peña Los magníficos, entre ellos su esposa Rosa y el profesor y periodista de fútbol José María Ara. Calvo Pedrós expone esta semana en La Almozara sus colecciones de equipos modestos: estampas de la vida sin gloria pero con épica, con frenesí, con constantes figuras en ciernes que luego se extravían en el barro o en los desplazamientos camino del césped de La Romareda.
2. Hablo con mis admirados Sergio Gómez y Rocío Ibarra, realizadores de Antena Aragón. Trabajé con ellos varios años, y conservo un magnífico recuerdo, como lo tengo de Javier Martínez París con quien hice La noche de Buñuel y Sender. Un escritor de cine- y de Teresa Lázaro, realizadora de Milenio. Rocío y Sergio viven ahora en María de Huerva y siguen trabajando con ilusión en diferentes programas: Rocío, que es como un dulce de talento y cariño y encanto, trufa y sueño amasados con ternura, trabaja ahora con Juan Bolea y en un programa de gastronomía; Sergio triunfa en el programa de deportes con Pedro Hernández, Andoni Cedrún y Paco Ortiz, entre otros. Pero además hace pruebas y probatinas en su casa, con el ordenador, y está en contacto casi permanente como mi hermano menor en antena Alberto Gámez, que me envía un SMS con su mujer Sandra Almárcegui y firma Albert, al fin y al cabo es de Barcelona. Así de entrada, Rocío y Sergio están con los ojos puestos en el horizonte de la televisión autonómica. Me encanta saber de ellos
3. José Orús, el pintor, se ha revelado en los últimos tiempos como un hombre muy afectuoso y nada interesado. Tiene museo propio en Utebo y se acuerda de desearte felicidad y proyectos. Y me envía una pequeña pintura cosmogónica, igual que hacía en los últimos años el inolvidable Salvador Victoria, con quien tanto quería. Orús siempre es original en sus felicitaciones, como también lo ha sido Javier Lambán: regala un fragmento del Quijote, sobre La Ínsula Barataria, y una agenda dedicada a Cervantes y ese cuento de cuentos en su cuarto centenario. La agenda incluye textos de José Ángel Sánchez, Jesús Colás, Ricardo Centellas y otros, y es de mucha utilidad.
4. Hablo con Marianito Gistaín a mediatarde. Llama a rebato a sus amigos para el trasnoche en el milímetro digital, en Guadalupe 9. Eso ya lo dice en su pagineta, la más visitada, sin duda. Mariano está muy bien, dice que ha escrito una columneta en dos minutos, y que está leyendo el libro de la historia del Derecho y de los profesores de Derecho aragonés de Ignacio López Susín, el de las voces aragonesas de Javier Barreiro y de la Zaragoza dibujada de José Laborda Yneva, que le está encantando. Los tres pertenecen a la colección Biblioteca Aragonesa de Cultura que dirige Eloy Fernández Clemente. Mariano no lo dice por decir: se lo está pasando muy bien, aunque ya sabemos que anda metido en mil y una historias, el programa Generación Red entre ellas. Una excelente apuesta personal para los avanzados de Internet. Acaba de volver de Madrid con dos de sus mujeres: Pilar Lecea y Carolina Gistaín Lecea, con las que visitó a Nerea, la actriz que deslumbró en Panorama desde el puente, y que ahora ha vuelto al trabajo para hacer de Lunni animado o algo así. Le cuento que en mi próximo libro, que saldrá para la primavera, El sembrador de prodigios, hay dos textos sobre sus libros, dos textos que son uno y que podrían llamarse algo así como El hombre que hizo hablar a los semáforos.
5. Me llama José Antonio Labordeta y me pregunta: ¿Qué ha pasado con el suplemento Artes & Letras? Para un día que compró el Heraldo por él, va y no sale. No tengo respuesta. Siempre he pensado que es en Navidades cuando más apetece leer el suplemento y buscar recomendaciones de libros, pero Labordeta me habla de sus niñas-nietas y de su mujer, Juana, algo achacosa, me dice, en Navidad, pero con aquel encanto eterno de la mujer que hizo creer a todos que Audrey Hepburn había llegado a Teruel y se había instalado entre los turolenses para dar calor y embrujo al frío, a la nieve, al olvido
6. Hablo con Eloy Fernández, que está un poco malo de salud, y bastante agobiado de trabajo. Atiborrado de stress es tres. Está leyendo cinco nuevos libros para la colección que dirige, entre ellos uno de Julio Alejandro de Castro, redactado por José Antonio Román Ledo, y le llueven los encargos, y también me anuncia algunos disparos universitarios que le rondan, que le cogen en el terreno de todas las encrucijadas. Su bondad carece de límites. Lo acompaña, casi sondormido (algo así dice Eloy), el gran Luis Alegre, el rey de la Navidad en televisión, el rey de la vida en cascada todo el año, el señor de los chistes que siempre parecen nuevos, sostiene Pisón. Por cierto, el otro día Luis Alegre me dijo que seguía intrigado sobre aquella comunicante que dijo era un gran amante y que lo sabía por experiencia. Eloy suele decirme también que está cada día más enamorado de Marisa Santiago, la gallega de Cariño, la cariñosa gallega que lo cuida y que le ha encontrado un paraíso allá en Figueiroa, donde el bandido Mamede Casanova se echó al monte.
7. Pedro Rújula se queda en casa estos días. Ha cumplido con la familia para reposar junto a Peña, peña y pájaro, estos días. Ella ordena sus infinitos libros de fotografía y repasa las fotografías para el libro de Calanda que aparecerá a finales de marzo. Y Pedro, que está a punto de editar a Pirala en Navarra, corrige páginas y maquetación con Fernando Lasheras. Y sueña despierto con unas palabras de presentación de Carlos Saura. Me cuenta Pedro Rújula que ha encontrado varios libros dedicados a mí en el Rastrillo, algo que también le ocurrió a Félix Romeo. Me quedé un tanto intrigado y molesto, pero ya sé la razón y pido disculpas si hay algún libro dedicado a mí por ahí. No es desdén ni menosprecio a nadie. Sencillamente ha ocurrido que había varias estanterías en la primera parte de Heraldo con muchas novedades y algunos envíos personales; cuando se iniciaron las obras metimos todo en cajas con la idea de que iban a almacenarse en una biblioteca de Gabesa. El desorden en la primera planta es obvio aún, en la tercera aún no tenemos ni una estantería, pero todo se andará. Imagino que luego alguien, llevado por la buena fe y el cariño, quiso colaborar con el Rastrillo con esos volúmenes, entre los que había algunos, supongo que bastante, a lo mejor 20, 30 ó 40, dedicados a mí, y por ahí andan ahora, para incomodidad y vergüenza de un servidor. Me tiro de los pelos, pero creo que esta es la razón. En mi casa hay unos cuantos cientos de libros dedicados de los que no me deshago fácilmente. Lamento la inadvertencia y pido disculpas si alguien encuentra un libro suyo con un autógrafo Los recogeré encantado y pago por ellos uno, dos, tres euros más de lo que hayan costado. Mis disculpas absolutamente sinceras Sí habrá algunos libros dedicados en la biblioteca del Instituto de Alcorisa: habré donado entre dos mil y tres mil, creo.
8. También asoman al teléfono, en forma de SMS, Juan Abeleira, Olga Novo, mi detective favorito Fernando González, un hombre que querría triunfar como raposa en sus ratos libres y que será el protagonista de un proyecto de detectives junto al fotógrafo Manuel Martín Mormeneo, el cantante y empresario Nito Pinilla, la profesora Rosa Tabernero, entusiasmada con la novela de amor de Víctor Juan, Javier Burbano, que me recomienda soluciones para mi nuevo ordenador Fujitsu Siemens, Alejandro Díez Torre, que me manda su libro sobre los ateneístas de Madrid, Juan Gavasa, que estrena la colección infantil en Pirineum con Titiriteros de Binéfar, Antonio Pérez Morte, que me remite su blog y sus poemas, Pedro Vila, poeta y mecenas modesta de cine, y Dino Valls, uno de mis pintores predilectos. Dino inventó una mujer gótica para sus cuadros, llenó su estudio de médico y artista con sus ojos y sus escorzos, con sus desnudos mórbidos, casi balthusianos, y un día se la encontró en Zaragoza. La vio, la reconoció y pensó: Tiene que ser para mí. Ahora, Alicia es su compañera, su musa, el ángel tutelar de la vida y del obrador de sus lienzos. Dino Valls va a participar en una gran exposición en Turín sobre El arte y el mal, donde se colgarán lienzos de Fra Angelico, Ribera, Velázquez, Rembrandt, Balthus. El último, y tal vez el único vivo, es él: Dino Valls, zaragozano del 59, como Miguel Mena, Fernando Sanmartín, Antonio Pérez Lasheras
9. Acaba de llegar de Grenoble Francisco Gascón, un gran ingeniero que se hizo muy solvente y apreciado primero en Barcelona y luego en Francia. Hablamos de Javier Manterola y de Santiago Calatrava, al que yo hacía, además de ingeniero, arquitecto. Me corrige sin herirme. Y trae entre manos un artículo de Le monde donde se reivindica la figura del ingeniero, a propósito del último puente de Foster en Francia. El artículo pondera la profesionalidad de los ingenieros, los incesantes trabajos que han hecho en Francia. Exhibe el artículo lleno de satisfacción, porque culmina diciendo que los ingenieros son fuente de esperanza. Le recomiendo el libro Ingeniería y técnica en España (El Renacimiento), coordinado por Manuel Silva, el catedrático de Ingeniería de Sistemas, un humanista integral
9. Felicidades a todos. Creo que debo decir que estoy a punto de poner punto y seguido a este proyecto de blog, que es mi primer diario, cuyo título provisional quizá sea Ulises en Zaragoza / 1 (2004). Espero que mi admirado Pepe Melero me diga algo y confirmo
1. Antonio Calvo Pedrós toma café en Trafalgar con la peña Los magníficos, entre ellos su esposa Rosa y el profesor y periodista de fútbol José María Ara. Calvo Pedrós expone esta semana en La Almozara sus colecciones de equipos modestos: estampas de la vida sin gloria pero con épica, con frenesí, con constantes figuras en ciernes que luego se extravían en el barro o en los desplazamientos camino del césped de La Romareda.
2. Hablo con mis admirados Sergio Gómez y Rocío Ibarra, realizadores de Antena Aragón. Trabajé con ellos varios años, y conservo un magnífico recuerdo, como lo tengo de Javier Martínez París con quien hice La noche de Buñuel y Sender. Un escritor de cine- y de Teresa Lázaro, realizadora de Milenio. Rocío y Sergio viven ahora en María de Huerva y siguen trabajando con ilusión en diferentes programas: Rocío, que es como un dulce de talento y cariño y encanto, trufa y sueño amasados con ternura, trabaja ahora con Juan Bolea y en un programa de gastronomía; Sergio triunfa en el programa de deportes con Pedro Hernández, Andoni Cedrún y Paco Ortiz, entre otros. Pero además hace pruebas y probatinas en su casa, con el ordenador, y está en contacto casi permanente como mi hermano menor en antena Alberto Gámez, que me envía un SMS con su mujer Sandra Almárcegui y firma Albert, al fin y al cabo es de Barcelona. Así de entrada, Rocío y Sergio están con los ojos puestos en el horizonte de la televisión autonómica. Me encanta saber de ellos
3. José Orús, el pintor, se ha revelado en los últimos tiempos como un hombre muy afectuoso y nada interesado. Tiene museo propio en Utebo y se acuerda de desearte felicidad y proyectos. Y me envía una pequeña pintura cosmogónica, igual que hacía en los últimos años el inolvidable Salvador Victoria, con quien tanto quería. Orús siempre es original en sus felicitaciones, como también lo ha sido Javier Lambán: regala un fragmento del Quijote, sobre La Ínsula Barataria, y una agenda dedicada a Cervantes y ese cuento de cuentos en su cuarto centenario. La agenda incluye textos de José Ángel Sánchez, Jesús Colás, Ricardo Centellas y otros, y es de mucha utilidad.
4. Hablo con Marianito Gistaín a mediatarde. Llama a rebato a sus amigos para el trasnoche en el milímetro digital, en Guadalupe 9. Eso ya lo dice en su pagineta, la más visitada, sin duda. Mariano está muy bien, dice que ha escrito una columneta en dos minutos, y que está leyendo el libro de la historia del Derecho y de los profesores de Derecho aragonés de Ignacio López Susín, el de las voces aragonesas de Javier Barreiro y de la Zaragoza dibujada de José Laborda Yneva, que le está encantando. Los tres pertenecen a la colección Biblioteca Aragonesa de Cultura que dirige Eloy Fernández Clemente. Mariano no lo dice por decir: se lo está pasando muy bien, aunque ya sabemos que anda metido en mil y una historias, el programa Generación Red entre ellas. Una excelente apuesta personal para los avanzados de Internet. Acaba de volver de Madrid con dos de sus mujeres: Pilar Lecea y Carolina Gistaín Lecea, con las que visitó a Nerea, la actriz que deslumbró en Panorama desde el puente, y que ahora ha vuelto al trabajo para hacer de Lunni animado o algo así. Le cuento que en mi próximo libro, que saldrá para la primavera, El sembrador de prodigios, hay dos textos sobre sus libros, dos textos que son uno y que podrían llamarse algo así como El hombre que hizo hablar a los semáforos.
5. Me llama José Antonio Labordeta y me pregunta: ¿Qué ha pasado con el suplemento Artes & Letras? Para un día que compró el Heraldo por él, va y no sale. No tengo respuesta. Siempre he pensado que es en Navidades cuando más apetece leer el suplemento y buscar recomendaciones de libros, pero Labordeta me habla de sus niñas-nietas y de su mujer, Juana, algo achacosa, me dice, en Navidad, pero con aquel encanto eterno de la mujer que hizo creer a todos que Audrey Hepburn había llegado a Teruel y se había instalado entre los turolenses para dar calor y embrujo al frío, a la nieve, al olvido
6. Hablo con Eloy Fernández, que está un poco malo de salud, y bastante agobiado de trabajo. Atiborrado de stress es tres. Está leyendo cinco nuevos libros para la colección que dirige, entre ellos uno de Julio Alejandro de Castro, redactado por José Antonio Román Ledo, y le llueven los encargos, y también me anuncia algunos disparos universitarios que le rondan, que le cogen en el terreno de todas las encrucijadas. Su bondad carece de límites. Lo acompaña, casi sondormido (algo así dice Eloy), el gran Luis Alegre, el rey de la Navidad en televisión, el rey de la vida en cascada todo el año, el señor de los chistes que siempre parecen nuevos, sostiene Pisón. Por cierto, el otro día Luis Alegre me dijo que seguía intrigado sobre aquella comunicante que dijo era un gran amante y que lo sabía por experiencia. Eloy suele decirme también que está cada día más enamorado de Marisa Santiago, la gallega de Cariño, la cariñosa gallega que lo cuida y que le ha encontrado un paraíso allá en Figueiroa, donde el bandido Mamede Casanova se echó al monte.
7. Pedro Rújula se queda en casa estos días. Ha cumplido con la familia para reposar junto a Peña, peña y pájaro, estos días. Ella ordena sus infinitos libros de fotografía y repasa las fotografías para el libro de Calanda que aparecerá a finales de marzo. Y Pedro, que está a punto de editar a Pirala en Navarra, corrige páginas y maquetación con Fernando Lasheras. Y sueña despierto con unas palabras de presentación de Carlos Saura. Me cuenta Pedro Rújula que ha encontrado varios libros dedicados a mí en el Rastrillo, algo que también le ocurrió a Félix Romeo. Me quedé un tanto intrigado y molesto, pero ya sé la razón y pido disculpas si hay algún libro dedicado a mí por ahí. No es desdén ni menosprecio a nadie. Sencillamente ha ocurrido que había varias estanterías en la primera parte de Heraldo con muchas novedades y algunos envíos personales; cuando se iniciaron las obras metimos todo en cajas con la idea de que iban a almacenarse en una biblioteca de Gabesa. El desorden en la primera planta es obvio aún, en la tercera aún no tenemos ni una estantería, pero todo se andará. Imagino que luego alguien, llevado por la buena fe y el cariño, quiso colaborar con el Rastrillo con esos volúmenes, entre los que había algunos, supongo que bastante, a lo mejor 20, 30 ó 40, dedicados a mí, y por ahí andan ahora, para incomodidad y vergüenza de un servidor. Me tiro de los pelos, pero creo que esta es la razón. En mi casa hay unos cuantos cientos de libros dedicados de los que no me deshago fácilmente. Lamento la inadvertencia y pido disculpas si alguien encuentra un libro suyo con un autógrafo Los recogeré encantado y pago por ellos uno, dos, tres euros más de lo que hayan costado. Mis disculpas absolutamente sinceras Sí habrá algunos libros dedicados en la biblioteca del Instituto de Alcorisa: habré donado entre dos mil y tres mil, creo.
8. También asoman al teléfono, en forma de SMS, Juan Abeleira, Olga Novo, mi detective favorito Fernando González, un hombre que querría triunfar como raposa en sus ratos libres y que será el protagonista de un proyecto de detectives junto al fotógrafo Manuel Martín Mormeneo, el cantante y empresario Nito Pinilla, la profesora Rosa Tabernero, entusiasmada con la novela de amor de Víctor Juan, Javier Burbano, que me recomienda soluciones para mi nuevo ordenador Fujitsu Siemens, Alejandro Díez Torre, que me manda su libro sobre los ateneístas de Madrid, Juan Gavasa, que estrena la colección infantil en Pirineum con Titiriteros de Binéfar, Antonio Pérez Morte, que me remite su blog y sus poemas, Pedro Vila, poeta y mecenas modesta de cine, y Dino Valls, uno de mis pintores predilectos. Dino inventó una mujer gótica para sus cuadros, llenó su estudio de médico y artista con sus ojos y sus escorzos, con sus desnudos mórbidos, casi balthusianos, y un día se la encontró en Zaragoza. La vio, la reconoció y pensó: Tiene que ser para mí. Ahora, Alicia es su compañera, su musa, el ángel tutelar de la vida y del obrador de sus lienzos. Dino Valls va a participar en una gran exposición en Turín sobre El arte y el mal, donde se colgarán lienzos de Fra Angelico, Ribera, Velázquez, Rembrandt, Balthus. El último, y tal vez el único vivo, es él: Dino Valls, zaragozano del 59, como Miguel Mena, Fernando Sanmartín, Antonio Pérez Lasheras
9. Acaba de llegar de Grenoble Francisco Gascón, un gran ingeniero que se hizo muy solvente y apreciado primero en Barcelona y luego en Francia. Hablamos de Javier Manterola y de Santiago Calatrava, al que yo hacía, además de ingeniero, arquitecto. Me corrige sin herirme. Y trae entre manos un artículo de Le monde donde se reivindica la figura del ingeniero, a propósito del último puente de Foster en Francia. El artículo pondera la profesionalidad de los ingenieros, los incesantes trabajos que han hecho en Francia. Exhibe el artículo lleno de satisfacción, porque culmina diciendo que los ingenieros son fuente de esperanza. Le recomiendo el libro Ingeniería y técnica en España (El Renacimiento), coordinado por Manuel Silva, el catedrático de Ingeniería de Sistemas, un humanista integral
9. Felicidades a todos. Creo que debo decir que estoy a punto de poner punto y seguido a este proyecto de blog, que es mi primer diario, cuyo título provisional quizá sea Ulises en Zaragoza / 1 (2004). Espero que mi admirado Pepe Melero me diga algo y confirmo
3 comentarios
Antonio Pérez Morte -
Abrazos, amigos y
Feliz 2004 + 1
De Anton -
PM -