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Antón Castro

DOS JUGADORES JÓVENES, DOS DESTINOS

El sábado jugaron de nuevo Jorge y Diego. Jorge se enfrentaba al Amistad, segundo tras el Zaragoza en División de Honor de infantiles, en los campos de la Federación. Jugó de salida de extremo izquierdo. El partido fue intenso, trabado en la primera mitad, dominado por la imprecisión general y un viento loco. La primera parte acabó sin goles, con mayor dominio pero escaso peligro del Amistad, y en la segunda los filiales del Real Zaragoza vencieron sin demasiado esfuerzo. Acabaron marcando cuatro goles. Jorge dejó su sitio a Nano alrededor del minuto diez, y nunca le he visto un partido donde tocase tan pocos balones. El juego en bloque del San Gregorio fue muy pobre. No hubo conexión entre líneas, ni pases, ni sensación de peligro. El Amistad, que nunca me pareció un equipo invencible, ganó con lo justo. Marcó al principio, y maquilló el resultado al final. Siguen ahí, a dos puntos de la cabeza.

Diego, que juega en cadetes, tuvo más suerte. Y siguen los quintos, a nueve puntos del cuarto. Para mi escaso entender este año tenían equipo para luchar por el título: se han dormido un poco, han cedido dos partidos en el último minuto, uno de ellos ante el líder Huracán, y han cambiado demasiado de puestos algunos jugadores, que viven a veces una sensación de desconcierto. El Garrapinillos venció 5-1 en casa al Escalerillas con un pletórico Mario Martín, que esta vez sí logró marcar de nuevo, además cuatro goles, nada menos. El quinto fue de Alex Velilla. Diego jugó prácticamente todo el choque de medio centro con proyección al ataque. Sostiene que estuvo mejor en la segunda parte que en la primera, y he de creerle. No suele mentir. Es tan modesto que la primera crítica, antes que se la haga nadie, se la hecho él mismo. Esta mañana, bajo un precioso sol y un aire ventoso de febrero, nos fuimos a jugar: hacemos rondos, triangulamos, jugamos que no se nos caiga el balón, ensayamos controles y además les hago que disparen desde lejos. Me encantan esas sesiones, aunque reconozco que ya apenas puedo correr como antes. Me pesa la gordura, la inmovilidad y mi afición a seis o siete cigarrillos diarios. Además, les hice competir en cuatro sesiones de 50 metros lisos. Jorge ganó en una de ellas, quizá porque arrancó unas décimas de segundo antes, Diego venció en dos con mucha justeza y en la última fue necesaria la foto finish; como no teníamos allí las cámaras ni la televisión, optamos por declararla carrera sin vencedor. Continuaremos practicando.

2 comentarios

bufagateras -

como me gusta vd.

Albañil -

Agradecido. Querido Antón, gracias por volver a comentar los partidos de Diego y Jorge. !Lamento el resultado de Jorge!, el sábado que viene, sí.