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Antón Castro

NESQUENS, CASTELLÓN, CALVO PEDRÓS

NESQUENS, CASTELLÓN, CALVO PEDRÓS 1. El pasado sábado, cuando me dirigía al homenaje que le hacía el club Rotary a Antonio Jiménez, director gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, me encontré con Daniel Nesquens, ese gran escritor –heredero de Arniches, de Mihura, dueño de un surrealismo cotidiano- de libros como “Diecisiete cuentos y dos pingüinos”, “Hasta (casi) cien bichos” o “Días de clase”, entre otros. Daniel trabaja como delineante y en sus horas libres sueña historias. Está fascinado con el apogeo real de la literatura infantil y juvenil en Aragón. Hablamos de ilustraciones, de nuestra admirada Elisa Arguilé, de su participación en el proyecto Palabraflexia, de su viaje inmediato a la Feria de Bolonia. Cuando nos íbamos, Daniel me dijo que frecuentaba nuestros blogs, pero que había uno que le gustaba por encima de todos: el de Pepe Cerdá. Lo resumió de forma magistral: “Qué cabeza, qué prosa. Ha sido todo un descubrimiento”.

2. Alfredo Castellón Molina es para mí uno de los aragoneses buenos. Su trayectoria es increíble: cineasta, dramaturgo, guionista, escritor de aforismos y cuentos, articulista, y realizador de TVE española durante de 40 años. Fue uno de los fundadores en aquellos tiempos en que Pilar Miró recortaba y distribuía teletipos. Siempre ha tenido aspecto de rubio galán del este, y en su vida oculta –de la que nada quiere contar- hay algunas pasiones intensas, incluso vivió un doble amor en Nueva York. Fue muy enamoradizo. Los viajes han sido una de sus obsesiones. El viernes –mientras Paco Bono, Genoveva Crespo, Mariano Gistaín, Luis Alegre y yo viajábamos a Teruel en una maravillosa tarde de tertulia y carretera- se representó en el Centro Cultural de la CAI (Paseo de las Damas) su obra “Joaquín Costa: el grito del agua”, una obra resuelta mediante dos largos monólogos donde aborda la vida de Costa, “un aragonés importantísimo”. Recuerda Alfredo Castellón, a través de los actores José María Lacoma (Costa viejo) y César Diéguez (Costa joven) la rica aventura de este hombre que anticipó el regeneracionismo y que fue el ideólogo de la Generación del 98. Alfredo Castellón leyó la biografía de Georges Cheyne, discutió y aquilató su visión con Eloy Fernández Clemente, otro experto costista, y se adentró en la vida íntima de Costa: su estancia en París como paleta y observador del mundo, su pasión por Pilar, el amor de su vida, al que se opuso “un padre tramontano”, el episodio erótico con Concepción, algo mayor que él, que le dio una hija Pilar, a la que siempre quiso con locura y a la que recordó en su testamento, pero tampoco descuidó la visión más social, pedagógica y política del “León de Graus”… La sala estuvo prácticamente llena. La música corresponde a Luis Cosme González y hubo un trío de cuerda en directo, Camerata Cecilia de Zaragoza. La producción correspondió al Centro Cultural Conde de Aranda de Madrid, que dirige Feliciano Llanas. A mí me gustaría que a Alfredo Castellón alguna vez le dieran uno de esos galardones que reparte la ciudad: o el premio Isabel de Portugal o el de medalla de oro o hijo predilecto de su Zaragoza. Este texto ha sido publicado en la revista de la Fundación Costa y en el libro “Monólogos y diálogos” (La Avispa, 2003).

Alfredo Castellón también me contó que participa en el próximo número de “Turia”, que publica un monográfico dedicado al Quijote. En él, recuerda algunos de sus trabajos cervantinos: la realización en 1959, el año en que nací yo (y Miguel Mena, Fernando García Mongay, Fernando Sanmartín y Antonio Pérez Lasheras…), de la ópera “Retablo de Maese Pedro”, en el ciclo de ópera de cámara de TVE, con dirección musical de Odón Alonso; la dirección de la película “Las gallinas de Cervantes” (1988), inspirada en el cuento de Ramón J. Sender donde se hablaba de la conversión de su mujer Catalina en gallina, una película con Miguel Rellán y Marta Fernández Muro que mereció el premio Europa; y sus tres piezas adaptadas: “El mono adivino”, “Retablo de Maese Pedro” y “Retablo de las maravillas”, recogidas en un volumen de la editorial CCS.

3. Mañana, en la sala de Multicaja, en la puerta del Carmen, presentamos la exposición “Antonio Calvo Pedrós. El temblor de la realidad” a las siete de la tarde. Son 42 fotos desde principios de los 60 hasta el 2003, donde hay un poco de todo: fotos del Real Zaragoza (hay una formidable foto del equipo en el Pilar, con Paco Ortiz y su magnetófono que es excepcional, que justifica casi la exposición), de Perico Fernández y su universo, del mundo de las variedades y del periodismo, de toros, de sucesos, recuerdo que en Huesca le gustó mucho a Víctor Pardo la de la casa de Trasmoz donde ETA secuestró al doctor Iglesias y a Luis Suñer. La inauguración será a las siete de la tarde.

2 comentarios

luis cosme -

ME GUSTARIA SABER MÀS ACERCA DE MI OMONIMO LUIS COSME, HOY AMANECI CON MUCHA ANGUSTIA EXISTENCIAL Y CREO QUE CONOCER A OTROS QUE TENGAN EL MISMO NOMBRE SERA DE GRAN BENDICION PARA MI , GRACIAS

Amén -

La casa donde estuvo secuestrado el doctor Julio Iglesias sigue perteneciendo a sus secuestradores. Son de Bilbao. Cumplieron su condena, pero se ve que no pudieron resistir el embrujo del Moncayo y se quedaron con la casa. En el verano es fácil verlos por allí. Casi es inevitable, porque la casa está en el medio del pueblo. Tiene gracia la cosa. ¡Lo que no pase en Trasmoz!