AL FILO DEL VERMÚ EN VINOS CHUECA

Mientras ultimábamos la muestra que Rafael va a presentar en la torre Blanca de Albarracín con desnudos, retratos, paisajes y flores, Bobby Chueca, que es uno de esos de tipos encantadores que tiene la música y la tertulia y la bebida, nos puso, y me regaló, el disco La tos del trompetista de Joaquín Carbonell. Me dice: El disco es precioso. Tiene un aire a lo Dyango Reinhardt y Carbonell canta mejor que nunca. Mejora día a día. Y en lo que está inspiradísimo es en sus letras. Nos sentamos en una mesa en refugio de bohemios, de contertulios, de artistas anónimos y de chicas muy guapas ya desde media mañana. Y en ésas aparece Carbonell con su mujer Virginia y su hijo Alejandro, y nos dedica su disco: Para Carmen y Cantón besos sin tos. J. Carbonell.
Luego Rafael me cuenta cómo trabaja, cómo compagina su tarea de impresor con su pasión por la fotografía. Actualmente presenta una exposición en Barcelona. Mientras hablaba, Carbonell desleía sus canciones a ritmos de jazz, o de balada francesa - donde lo mismo habla de Jacques Brel, que del coño de la Bernarda, el gol de Marcelino, del Tour de Bahamontes o de la gramática parda. Y de la boca de Letizia. A mi espalda, Bobby Chueca, que es un extraordinario guitarrista (uno de los más divertidos que he visto nunca: gracioso a su pesar, ya perdonarán), colgó la página que hace dos o tres domingos le dedicó Matías Uribe con un título rampante: Carbonell, el mejor cantautor actual.
Qué cosas ocurren cuando se tiene una cita, Joaquín.
4 comentarios
Anita -
matilde -
Antonio Pérez Morte -
pero cada vez que veo a Joaquín, me ennostalgio irremediablemente y se me arrasan los ojos.
Cide -