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Antón Castro

ENTREVISTA CON AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL

Agustín Sánchez Vidal acaba de publicar "La llave maestra", una novela que inaugura la colección "Suma de letras" de Alfaguara. Conversé con él el pasado viernes, para "Heraldo", en vísperas de la Feria del Libro. La novela se presenta estos días en Madrid.

-¿Desde cuándo quería escribir una novela?
-Desde los años ochenta, pensando siempre en qué novela deseaba escribir.

-¿De qué novela se trataba?
-Surgía de la necesidad, en un momento determinado cuando empezaba a trabajar en el cine, de integrar cosas a las que no puedes dedicarte profesionalmente, sobre todo las lecturas científicas y todo lo que estaba sucediendo en los ordenadores, en los cambios que se estaban produciendo. A menudo pensamos, cuando vemos sucesos que nos da la televisión repetidamente, que eso es lo histórico. Y lo histórico son sucesos que ocurren delante de nuestras narices todos los días: la llegada de los teléfonos móviles, un ordenador hoy es un kiosco de prensa, es un televisor y es un teléfono. El mismo año en que se murió Franco se introdujeron las tarjetas de crédito como algo común y corriente en España, y eso ha cambiado la vida cotidiana de los españoles. También hablo de la biología, el ADN, el mundo de cerebro, el mundo de los sueños, y aquí está todo.

-He leído algo que casi me asustó: ha dicho usted que “La llave maestra”, que narra dos historias, una del siglo XVI y otra del presente, conectada con la anterior, tiene la estructura del ADN. ¿Qué ha querido decir?
-La novela tiene la estructura del ADN, entre las partes antiguas y las modernas. Es la estructura de una doble hélice de ADN: las dobles hélices ni se repiten, a veces se juntan, a veces se separan. Hay muchos elementos científicos que han inspirado el libro.

-Ha escrito una novela amena, erudita, llena de acción, en la órbita de “El nombre de la rosa” de Umberto Eco o “El código Da Vinci”, de Dan Brown, por poner dos ejemplos sencillos.
Lo de Eco ya sé que será inevitable, pero le confesaré que vi la película, pero no leí la novela. La génesis del libro es ésta: leí en el periódico una noticia pequeñita acerca de una judía sefardita, estadounidense, que llegó a Toledo con la llave de la casa de sus antepasados y encontró la casa del siglo XV, abandonada, y la llave funcionaba. Me quedé flipado. Yo quería saber qué pasó después. No venía en ningún periódico. Y al final ese motivo ha terminando siendo el título de la novela, después de darle muchas vueltas.

-¿Cómo ha engarzado las dos historias?
-La propia anécdota te da la unión automáticamente, esa llave es un elemento de continuidad. ¿Qué puede surgir en el subsuelo de Toledo? Puede surgir todo. Y luego ahí se fueron acumulando todos los demás elementos y todos los personajes: Raimundo Randa, su mujer Rebeca y su hija Ruth o Felipe II en el siglo XII, y sus antagonistas; el criptógrafo David Calderón, la periodista Raquel Toledano y su madre Sara, o el comisario John Bielefeld.

-Esa anécdota explica parte del libro, pero no todo el libro.
-Otra de las cosas que me dejó tocado, más que conmovido, fue que en un viaje a Jordania, en pleno de desierto, en un pabellón de caza de un periodo omeya, excavado por españoles y restaurado por el equipo de Martín Almagro, estaba y está la imagen de don Rodrigo, realizada por un pintor bizantino y puesta en árabe y en griego. Me dije: “Mientras en Toledo estaba todo el mundo buscando el tesoro del rey Salomón, aquí en el otro extremo del Mediterráneo estaban soñando con Al-Andalus”. Y para mí ese juego entre Sefarad y Al-Andalus y el hecho de que los musulmanes hagan exactamente lo mismo, me pareció que formaba parte de nuestra historia.

-La influencia del Mediterráneo, al que le dedica un capítulo.
-Sí, claro, eso es todo lo que cuenta “La odisea”, que es la primera y la mejor novela de aventuras que hay. Es la gran novela. Y lo demás son variantes. Incluso “Las mil y una noches”, a la que se le rinde un pequeño homenaje en la historia del siglo XVI. Recuerdo que la mejor traducción al inglés la hizo Lawrence de Arabia y la hizo con seudónimo. Y aparece en la biblioteca de Abraham Toledano, otro personaje importante. “La llave maestra” se hace desguazando los mitos del Mediterráneo, los mitos y los terrores…

-¿Por qué ha elegido el siglo XVI y no otra época?
-Necesitaba una época como la de Felipe II. Estaban los moriscos en las Alpujarras, existía la mayor red de espías que ha habido nunca, y nació y vivió un personaje como Cervantes, que es el envés de Felipe II. Estuvo en Lepanto y lo hicieron cautivo en Argel, participó como agente en Orán, fue uno de los abastecedores de la Invencible, pidió la marcha a América, pero se la negaron, y residió en todas las ciudades más importantes: Valladolid, Sevilla, Madrid. La novela suya que plantea estos problemas es “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”. Plantea la escisión de la Europa nórdica y la Europa del sur. España es un país que con el Mediterráneo se ha descabalgado de los problemas de la Reforma Protestante. Y El Escorial es todo eso; de las lajas de pizarra para arriba es un edificio nórdico; de las paredes para abajo es un edificio meridional, es Italia. Es esa especie de nuevo templo de Salomón para que no se escindan la Europa del norte y la Europa del sur.

-Ha tenido que buscar un poderoso “mcguffin”.
-Yo no quiero aburrir, claro. Para sujetar semejante masa narrativa necesitas algo férreo, y ese elemento en el fondo es la llave, que ha servido de detonante, lo que termina convirtiéndose en elemento de cierre. La llave, los códigos secretos, el laberinto. La llave es una clave criptográfica. El servicio criptográfico norteamericano es un águila sujetando una llave. Llave y clave son la misma palabra. Es el mismo concepto. ¿Para que se inventan las llaves? Para cerrar. Utilizamos claves criptográficas en un cajero automático, al desbloquear un teléfono móvil, si tienes que marcar para entrar en la Facultad, en el ordenador si entras con clave.

-La criptografía es determinante. Pero aquí también se habla del mito de Babel.
-Es verdad porque el mito de Babel es el mito sobre las lenguas. La primera clave criptográfica fue el símbolo, pero es que todos los lenguajes son claves criptográficas. La conciencia humana en sí misma está construida sobre dos elementos: el lenguaje y la religión o la mitología o la capacidad de simbolización. Cualquier idioma es una creación criptográfica y el mito de la torre de Babel vincula construcción y lenguaje. Es el último mito donde se habla de la Humanidad como un todo; después de Babel, cuando se fragmentan las lenguas se fragmenta la humanidad. En el fondo, la novela trata de la conciencia, y el filtro para contar todo eso son los sueños.

-Y trata del lenguaje divino.
-Se acerca a ese momento cuando se disponía de acceso a esa lengua única y original, que se dice que existió antes de la torre de Babel, tenía el secreto de cómo se había construido el universo, es decir, era el lenguaje de Dios, el lenguaje con el que Dios había construido el universo.

-Entre la historia, los códigos secretos, los pergaminos, el peso de la religión, hay constantes defensas del ordenador…
-Yo no habría podido escribir esta novela si no hubiera tenido en casa un ordenador multimedia. Si tuviera un ordenador mucho más potente podría meter todas las imágenes del mundo, todos los genomas humanos… y todos los seres que han existido. Una clave criptográfica es un ordenado. Sólo necesitas el hardware, pero el software ya lo tienes. La clave criptográfica sería algo así como la mente divina. Eso es de lo que habla también la novela.

-Y de otra obsesión suya como la información…
-El universo es una máquina de transmitir información. La gran revolución es que la gran materia prima del universo es la información. Y ahora más que nunca.

-Un elemento decisivo es ese pergamino que mira Felipe II antes de su horrible muerte, que ha descubierto Raimundo Randa, y que sigue actuando en el presente. ¿Quién es Randa?
-Es un personaje que surge de ver algunos personajes apasionados por entender una dimensión de España a la altura de unas circunstancias históricas diferentes, al margen de la “Leyenda negra”, como pueden ser Raimundo Lulio, que escribe en catalán, romance, latín, árabe, que es un señor que intenta conciliar las tres religiones del Mediterráneo, porque se da cuenta de las guerras de religión son el gran cáncer.

-Recuerda usted que Felipe II quiso crear un estado judío.
-Eso es histórico. Hay unos sefardíes que intentan crear una estado judío y lo crean además, pero la operación fracasa. El mundo judío me parece fascinante por lo cosmopolita que es. El abuelo de Elias Canetti hablaba doce idiomas. Y otro personaje que he tenido en cuenta ha sido a Domingo Badia, Ali Bey, que viaje a la Meca y es espía. Es un poco nuestro Lawrence de Arabia.

-Vayamos a la historia contemporánea, la que abre y cierra el libro. Un mujer desaparece, se buscan documentos secretos del convento de los Milagros, hay un criptógrafo y un comisario, hay muchos espías y muertos. Y todo arranca en la plaza mayor de una ciudad con una homilía casi ininteligible del Papa.
-Yo necesitaba plantear con claridad el terreno de la religión como uno de los elementos con los que se juega, y el otro el del lenguaje, necesitas un detonante lo suficiente importante para que pueda intervenir un criptógrafo de primer nivel como David Calderón que tenga acceso a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
-Esa parte resulta como inverosímil, o poco conocida...
-Al contrario. Yo utilizo siempre que puedo personajes reales. Ganas mucho tiempo. A veces lo más contemporáneo nos resulta lo más extraño, pero no puede imaginarse qué cantidad enorme de españoles hay trabajando en lugares de primerísimo orden en Estados Unidos. El mundo profesional es muy bueno. Lo que ha empezado a salvar España es el nivel profesional.

-¿Quiere ser “La llave maestra” una narración policial?
-Más que policial, yo diría de aventuras y de intriga, una novela en la que hay crímenes y espías, elementos históricos, narraciones y viajes, ciencia, pero mi consigna es que todo esté bien hilvanado. No iba a montar semejante pirotecnia, semejante aparato, para que luego no hubiese nada.

17 comentarios

Anónimo. -

Barruntar, en sus distintas formas, aparece 20 veces. Toledo se adivina desde la primera mención de Antigua. La narración del prisionero es un poquitín lenta, hasta el punto que se llega a confundir si habla de su primer viaje o de otro. Los problemas habidos entre el Calderón y la Toledano dejan de provocar la curiosidad cuando te cansas de esperar si te lo cuenta o no. La escena de sexo es muy buena si no fuera porque mujeres así de etéreas ya no se encuentran fácilmente.

Cristovao Mineiro -

[*** PORTUGUES ***]
Olá,
Estou a ler o livro em versão portuguesa "A chave mestra" - e estou a gostar bastante! Já li vários livros do estilo, romances que misturam intriga, história, política, etc... e este não lhe fica atrás. Os meus parabéns.
Vivi dois anos em espanha(Miraflores de la Sierra), e procurei no google, as localidades de Yuste (que imagino seja o Monasterio de) no , mas não consigo encontrar a localidade de Antigua!!! Alguém me pode ajudar?
[*** Catellano ***]
Hola,
Estoy leiendo el livro en versión lusa! y me gusta mucho. Ya he leido varios romances con el mismo estilo que mezclam historia, politica, etc... y este no lhe queda atrás. Enhora Buena.
He vivi dos años en Miraflores de la Sierra, y busqué en Google las localidades de Yuste (que imagino sea el Monasterio de), pero no consigo hallar a localidad de Antigua!!! Alguién me pode ayudar?

Mi email es cristovao.mineiro@gmail.com

SAR -

La Novela recien llegó a las librerias latnoamericanas y aprovechando el descanso del fin del año 2006 y el principio del año 2007 ne la leí de casi un tirón. Me gustó. Lo que si debo compatir con Uds. es que quede rendido de leerme la palabra barruntar y sus asociadas como un millón de veces en sólo 600 páginas. (Esa repetidera de una palabra tan lejana al español latinoamericano hace el texto insoportable)

enrique -

La verdad es que el libro me ha enganchado y me esta gustando mucho. Mejor que el código da vinci

Enhorabuena

JuanCar -

Empezé a leerla hace 2 dias y desde el principio me ha enganchado. En su dia también me gustaron \\\"El código Da Vinci\\\" y \\\"La Biblia de Barro\\\" a los que la gente les gusta desprestigiar. Que no tenga rigor no significa que el \\\"Código\\\" sea una mala novela otra cosa es que la gente \\\"se crea\\\" lo que cuenta, pero entretener, entretiene y engancha. Este libro no es comparable, el rigor de Sanchez Vidal está fuera de toda duda y además refleja hechos históricos documentados. Una novela hasta el momento excelente e intrigante.

hermes -

estoy leyendo la novela y logro atraparme, mas tarde comentare mi opinion

GERMANICO -

Estoy en plena lectura, me está encantando, sobre todo me fascinan los sefarditas, Herrera y Turriano que fueron unos adelantados a su época. La trama que sirve de excusa es genial. mi más sincera felicitación antes de acabar el libro. Me encanta que se haga con personas de este país (judíos, árabes y cristianos) ¿Para cuando el próximo?

Asela -

Acabo de terminar La Llave Maestra y es de lo mejorcito que he leído en los últimos años. Me apasiona la novela histórica y la de aventuras y exijo rigor histórico a los textos como medida de elemental calidad. Pues tengo que decir que en La Llave Maestra no he percibido ningún chirrido lo que, para mí, la coloca entre los clásicos de aventuras. Es una novela documentada, seria, emocionante, divertida y sobre todo abierta, porque permite al lector seguir jugando con escenarios, personajes y acontecimientos.
Gracias por haberla escrito.

ALT -

Yo tambien fue alumna suya y me esta apasionado tanto su novela como en su día me apasionaron sus clases de Historia de Cine

jorge -

Estoy deseando empezar a leerla, pero siempre hay cosas pendientes por terminar... Sanchez Vidal es profesor mío, y si su bagaje cultural se refleja en la novela debe ser fantástica. Otra lectura imprescindible de Agustin es su libro Buñuel, Lorca, Dalí: El enigma sin fin. Jorge

Laura -

Yo lo acabo de empezar y ya estoy enganchada. Está muy bien escrito. De momento me está encantando y considero que es una pena que se venda el \"Código\" como rosquillas y que este libro esté publicado desde el pasado mes de abril y que no haya oído nada de él hasta hace 10 días. Laura

Goldman & Parker -

Me alegro de la iniciativa de Sánchez Vidal, historiador excelente y profesor mío de los años viejos. Empero, le aconsejaría que no se dejase llevar por las corrientes mercantilistas de nuestro tiempo. Imagino una gran novela, digna en lo literario y rigurosa en lo histórico-científico, mas, ¡qué duda cabe!, quedará su calidad ensombrecida por la ingente cantidad de remedos pseudoliterarios que posan infectamente sus lomos en nuestras librerías, caso de "El código da Vinci", "La Biblia de barro", "El último catón" y demás morralla.

AC -

La novela es apasionante, la ciencia está ahí, pero siempre vinculada a una acción constante, a un fogonazo de aventuras, y está llena de personajes fascinantes, muchos de ellos reales: desde el propio Felipe II, Carlos V, ese correo de cartas cifradas que Randa, seguramente el mejor personaje del libro, su adversario judío...
Agustín no aburre y te mete en un mundo donde mezcla muchas cosas que encajan con un final, laberíntico, que me ha hecho pensar en el final de "La caverna" de Saramago: hablo de aquella rápida escena que sucedía, como aquí, en el subsuelo...

Gracias, Matilde, por frecuentar este blog.

matilde -

Espero que venda. Como ensayista es "ameno y riguroso" como se dice en los anuncios de las enciclopedias. También fue profesor mío, ha debido serlo de casi todos. Ya tengo ganas de leer la novela pero no sé si mi cerebro dará para tanto cientifismo como parece que tiene la obra.

jio -

sánchez vidal una novela? olé!
aún después de haber sido alumno suyo sigue siendo mi maestro.
(saludos)

Anónimo -

Seguro que no le importaría si vendiese 500.000 ejemplares, por poner un ejemplo. Y va a vender mucho. La novela es mucho mejor.

matilde -

A mí no sé si me gustaría que compararan una novela mía con El código DV de Dan Brown