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Antón Castro

CANO O LA ESQUIZOFRENIA DE ARAGÓN

CANO O LA ESQUIZOFRENIA DE ARAGÓN A José Luis Cano, que tiene algo de rayo que no cesa, le hicieron en el año 2000 el encargo de un libro de humor para un Congreso Nacional de Psiquiatría, que no llegó a imprimirse porque disgustó a alguno de sus destinatarios. El proyecto recorrió algunos despachos institucionales en vano y al escritor y bibliófilo José Luis Melero se le ocurrió la idea de editarlo mediante una suscripción popular promovida por el Rolde de Estudios Aragoneses, en la que han participado alrededor de 200 personas. En la nueva galería de arte de Mario Campos, se presentó el volumen, “El esquizoide carácter aragonés”, y una muestra con sus ilustraciones. Mario Campos quiere dedicar ese espacio de 70 metros cuadrados a jóvenes creadores y a artistas de todas las disciplinas que “me gusten, aunque no hayan expuesto antes”.

José Luis Cano, humorista en estas mismas páginas, explicaba: “El libro es un ensayo que se me ocurrió durante la misma presentación del libro ‘Aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados’. He analizado los rasgos del aragonés: las coincidencias, la doble personalidad, las paradojas. El propio Andrés Ortiz-Osés al analizar la personalidad aragonesa dice que Aragón posee ‘alma de piedra y corazón de cristal/ladrillo’. Y define al aragonés como duro por fuera y blando por dentro. Y además sostiene que el alma aragonesa está ‘hecha de jirones, pedazos y diferencias’ y que tiene su mejor reflejo en ‘la mezcla, el zurcido y el arte combinatorio llamado mudéjar’. Y eso precisamente es la esquizofrenia”.

Cano analiza algunos antecedentes o paradigmas de esquizofrenia antes de zambullirse en su tema: “Platón, por ejemplo, llegó al convencimiento de que existía un loco ideal en el que se mirasen todos los locos del mundo. Napoleón era un loco que se creía Napoleón y tiene imitadores como Hitler, Mussolini, Stalin y Franco, éste más pusilánime”. A partir de ahí, con esa mezcla de ingenio, erudición y somardería, Cano analiza a sus criaturas. De Servet recuerda que era un hombre obsesionado por la Santísima Trinidad y que tuvo que adoptar tres personalidades distintas; Santiago Ramón y Cajal era esquizofrénico ya en el nombre, pero además fue el descubridor de la célula neuronal y la sinapsis y se opuso a la teoría reticular de células dependientes; Sender decía que llevaba 60 años corriendo detrás de sí por medio mundo “y no he podido alcanzarme a mí mismo, aunque a veces he andado cerca”, pero además era conocido como Pepe en casa y Ramón en la calle; Gracián firmó sus libros con el nombre de Lorenzo Gracián, un hermano que no existía y “siendo el más afectado de nuestros escritores, dijo: ‘ni por huir de la afectación se ha de dar en ella afectando el no afectar”; Benedicto XIII fue Papa y Antipapa, y por su culpa existieron hasta tres Papas. “Lo eligieron para que acabase con la situación creada tras el Cisma de Occidente, que había dado lugar a un Papa en Aviñón y otro en Roma, y gracias a él hubo tres Papas mandando a la vez”. Cano considera hay bastantes aragoneses célebres esquizofrénicos o de vida esquizofrénica: “Pedro Arbués fue inquisidor y víctima; Juan de Lanuza, Justicia y ajusticiado; Miguel de Molinos escribió una guía para no ser y es confundido con Miguel del Molino. Miguel Labordeta se miraba al espejo y preguntaba: ‘¿Quién eres tú, joven poeta inadvertido?’. Y también se da un caso curioso: por lo regular los aragoneses tienen dobles o triples vida, pero Paco Martínez Soria y Josemaría Escrivá de Balaguer son sólo uno.

El libro es una edición del Rolde de Estudios Aragoneses, en octavo. Para llevar en el bolsillo y reírse con los amigos o en el autobús. José Luis Cano, además, será objeto de una exposición en la Lonja en octubre de 2007; trabajará sobre “Naturaleza y escritura”, y recogerá algunas de sus obras anteriores, y Media Vaca de Valencia, la magnífica editorial de Vicente Ferrer, le ha encargado un libro sobre Zaragoza, que Cano quiere resolver mediante 60 retratos o cuadros.

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Cide -

hay veces que la esquizofrenia, si es pequeña y la puedes controlar, es una enfermedad maravillosa.