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Antón Castro

FRANCISCO ORTEGA DEJA EL CENTRO DRAMÁTICO DE ARAGÓN POR LA EXPO

FRANCISCO ORTEGA DEJA EL CENTRO DRAMÁTICO DE ARAGÓN POR LA EXPO I. DE MARIANO LLORENTE, I PREMIO LÁZARO CARRETERDE LITERATURA DRAMÁTICA
II. EL ABANDONO DE PACO ORTEGA DEL CDA.

El dramaturgo Guillermo Heras dijo que la obra “Nadie canta en ningún sitio” de Mariano Llorente, que se alzó con el Premio Lázaro Carreter de Literatura Dramática, que convoca el Centro Dramático de Aragón, “es un texto valiente, muy comprometido y muy polémico que, una vez leído o visto, no puede dejar indiferente a nadie. Y esa debe ser una de las virtudes que debe tener el teatro contemporáneo”. Y situó la pieza en la órbita de la escritura de Beckett o Müller por su capacidad para asumir la realidad. “Fue una elección difícil entre casi un centenar de textos, pero se optó por el riesgo. La literatura dramática está viviendo una auténtica edad de plata en España y no somos conscientes de ellos. Otra cosa es la producción, que es otro problema. Generalmente, los directores no estamos a la altura de los autores”, añadió Heras, rodeado de autores, dramaturgos, programadores, actores. En la Biblioteca de Aragón estaban, entre otros, Alfonso Plou, Carlos Martín, Rafael Campos, Esteban Villarroya, Adolfo Ayuso, convertido ya en uno de nuestros grandes dramaturgos, Mariano Cariñena, Paco Ortega, que estaba a punto de decir “Adiós a todo eso”.

Mariano Llorente (Madrid, 1965) alterna la interpretación y la dirección con su grupo Micomicón con la escritura teatral. “Nadie canta en ningún sitio” es un texto que participa del expresionismo, del esperpento, del clown y del humor. Llorente explicó que la idea de redactar esta obra sobre el terrorismo en Euskadi surgió de esa época, hace una década, en que todos las semanas, mientras desayunaba y oía la radio, era asesinado un concejal. Esa sensación no sólo le dejó estupefacto sino que le doblaba la espalda, “me afectaba hasta en los huesos. No podía soportarlo. No podía entender como en un país tan maravilloso como España ocurría esto. Intenté buscar las razones. Me documenté, leí mucho del nacionalismo y de autores como Savater o José María Calleja, y empecé a escribir esta pieza. Mi visión tenía que ser descarnada, dura, sin medias tintas”. Y empezó a escribir este texto sobre el terror en Euskadi con total seriedad, hasta que se dio cuenta de que así no iba a ninguna parte e introdujo el humor. Hace hablar a los muertos (Lacalle, Gregorio Ordóñez, Miguel Ángel Blanco, Ernst Luch…) y con eso consigue un revulsivo, provoca reacciones, desde una visión subjetiva y personal. El prologuista Juan Mayorga ha resumido su visión en el prólogo así: “Frente al humor corrosivo con que Llorente retrata a los verdugos y a sus enmascaradores, está ese otro humor, hondamente compasivo, con que ha devuelto a escena a las víctimas”. En muchas páginas, en la mayoría late el estremecimiento, la crítica, la ternura, el riesgo, la denuncia. Mariano Llorente se ha atrevido a abrir los ojos.

El acto tenía lugar en la Biblioteca de Aragón, bajo la dirección de una segura y elegante Pilar Navarrete, que de pronto reveló una noticia que iba y venía sigilosa: Francisco Ortega –que tiene un espléndido blog- deja la dirección del Centro Dramático de Aragón. Así lo anunció la Directora General de Cultura, Pilar Navarrete, como colofón a la presentación del libro “Nadie canta en ningún sitio” de Mariano Llorente Frunsán, en la Biblioteca de Aragón, y le agradeció la enorme pasión, el trabajo y la dedicación. “Su generosidad hacia el teatro nadie puede ponerla en duda”. Ortega, con emoción, dijo: “Gracias a todos los que han trabajado y colaborado con el Centro Dramático. Ha sido un placer”. Y añadió que desea que el CDA termine por instalarse y consolidarse por el bien de las compañías, profesionales del teatro y el público. Ortega ha aceptado el cargo de programador de espectáculos de la Expo-2008. “Me incorporaré dentro de unos días y es pronto para evaluar mi futuro trabajo. Creo que he sido elegido porque conozco bien los circuitos internacionales de distribución de espectáculos y por el énfasis que pondré en la participación de artistas aragoneses en la Expo, que debe ser un buen momento para el arte y la cultura, y para que surja un gran movimiento. Me gusta asumir proyectos pioneros como el CDA, proyecto que yo mismo presenté al Gobierno de Aragón y que fue aceptado”.

Paco Ortega, que habría cumplido el próximo mes de julio tres años al frente del CDA, considera que “el balance de ese periodo ha sido apasionante, duro y difícil. En otros países existe una tradición secular de teatros públicos, en España poco más de un cuarto de siglo y en Aragón en tres años hemos realizado una valiosa labor. Hemos recorrido un gran camino en la creación y el asentamiento de un proyecto pionero”. Recordó Ortega que desde el CDA se habían realizado producciones propias (como el "Ricardo III" de Shakespeare que dirigió Carlos Martín, cuya foto reproducimos arriba) y coproducciones con el Centro Dramático Nacional, con el Centro Dramático Gallego, con el Teatro Español y el Grec. “Creo que nos hemos abierto al talento y a la capacidad de nuestros artistas. Quizá nos falte conquistar públicos, pero conviene recordar que el Centro Andaluz de Teatro, por ejemplo, puede realizar 50 o 60 funciones anuales en teatros de la comunidad, que son excelentes. Aquí eso es imposible porque nos faltan infraestructuras”. Pilar Navarrete añadió: “No puedo decir el nombre de su sustituto porque no lo hay”.

A nadie lo sorprendió la noticia, pero todos parecían conocerla. Quizá a ese periodista excepcional, curioso y humilde en su afán constante de ser más sabio y más diáfano, Roberto Miranda, de "El Periódico de Aragón", le cogió a contrapelo. También a mí, que la sabía, pero no la esperaba ayer. Que tengas suerte, Paco Ortega. ¡Que te acaricien las estrellas! ¡Que los dioses del teatro, la poesía y la lucidez iluminen tus decisiones!

3 comentarios

Drama del Teatro en Aragón -

Antón CAstro, disfrazado de cervatillo aragonesista, es solo un limpia suelas de los pequeños magnates enanos de nuestra tierra, el, que ni siquiera tiene la alcurnia, se dedica a apoyar a los grandes caciques, obviando a las gentes trabajadoras del arte en Aragón, si no es incluso perjudicándolas.
Antón CAstro, "El Impostore"

Cricot2 -

A mi me impresiona la foto que, tras el título, corona el artículo de Antón Castro. Miro con detenimiento la cara de esa persona arrastrada por las escaleras. No es Francisco Ortega, hombre de teatro con un baúl de aciertos y de fallos a sus espaldas. Ni siquiera es Roberto Zucco, su amigo. Me llama la atención que esa persona es transportada escaleras arriba. ¿Querrá decir algo? Pero lo que me conmociona es que su nuca puede en cualquier momento abrirse sobre un escalón. Es o parece ser una mujer. Como tantas.
Espero que no sea Talía ni
Melpómene. Y deseo que sean ellas (las musas del teatro) las que soplen en la frente o en la nuca de las personas que rigen la cultura en el Gobierno de Aragón. Puede ser tiempo de pensar no tanto en el nombre de un sustituto sino en sustituir algunos de los ejes del Centro Dramático. O de disponer los ejes de otra forma. ¡Qué soplen bien!

Roberto Zucco -

Gracias, amigo Antón. Le transmitiré a Paco tus cariñosos saludos en este momento tan especial para él, una mezcla de profunda tristeza por dejar el CDA, y de inmensa alegría por ir a donde va. Lo conozco bien, como te digo, y sé que te agradece de corazón tus bellas palabras.