HOMENAJE A JESÚS MONCADA EN EL CENTRO DE HISTORIA
Hoy, a las siete de la tarde, en el Centro de Historia se celebra un homenaje a Jesús Moncada i Estruga (1941-2005), el gran narrador en catalán, el hombre que forjó el mito literario de Mequinenza y supo recrear el tiempo idílico del niño que fue, del fabulador adolescente, del poeta que se asomaba a la corriente y veía las pantorrillas de las lavanderas. En el acto participarán, en una tanda iniciadle intervenciones breves, Miguel Ángel Gargallo (Ayuntamiento de Zaragoza), José Antonio Acero (Diputación de Zaragoza), José Luis Acín (Celia y Gobierno de Aragón), José María Rodanés (Universidad de Zaragoza), Magdalena Godia (alcaldesa de Mequinenza) y algunos miembros de su familia.
En la segunda parte, intervendrán Carmen Alcover (estudiosa de la obra de Moncada y experta en lenguas), José Luis Acín (que leerá un texto suyo y de su hermano Ramón, escrito a cuatro manos), Antonio Pérez Lasheras, que intentará contextualizarlo en el panorama de la narrativa aragonesa, y el dúo musical Recapte, formado por Mario Sasot y Antoni Bengoechea. Se proyectarán algunas imágenes de vídeo y un pequeño reportaje visual realizado por Alberto Gámez.
RETRATO DE JESÚS MONCADA
Jesús Moncada fue, es un escritor de espíritu europeo, de alcance universal. Un fabulador prodigioso su literatura está llena de embrujo, de ironía: renueva a diario el olvidado arte de contar- que ha convertido a la Mequinenza de su infancia y de su adolescencia, e incluso a la Mequinenza histórica, en su territorio de ficción y en un condado imprescindible de la literatura, como hicieron Joyce con Dublín, García Márquez con Macondo, Juan Carlos Onetti con Santa María o su admirado Honorato de Balzac con París.
Jesús Moncada (Mequinenza, 1941- Barcelona, 2005) estudió en el colegio Santo Tomás, a la sombra de Miguel Labordeta y de Rosendo Tello, que e le descubrieron la literatura, igual que le sucedió con Manuel Berdún Torres y Edmón Vallès. Más tarde, cuando parecía que iba a inclinarse por la pintura (Moncada es un excelente dibujante: dedicaba sus libros con un cocodrilo o con autorretratos, y pintaba como nadie con las palabras), conoció a Pere Calders, fotógrafo casi secreto y admirable narrador en corto, e inició su carrera literaria, cuajada de éxitos. Así nacieron sus libros: los relatos de Histories de la mà esquerra, El café de la granota, Calaveras atónitas, o novelas como Camí de sirga (1988), la obra maestra de la narrativa catalana del último cuarto de siglo, una fascinante narración sobre los navegantes por el Ebro y el Segre, las tabernas, los narradores orales; La galeria de les estàtues (1992), que sucede en una ciudad imaginaria, Torrelloba, que es y no es Zaragoza, y propone el encuentro entre Mequinenza y la Zaragoza de Dalmau campeéis i Vilamajor; y Estremida memoria (1997), inspirada en un suceso real y trágico emparentado con el bandolerismo.
Creador de un tiempo idílico de la vida en un espacio que aspira a ser el espejo del mundo. Traductor con un sinfín de seudónimos de autores como Alejandro Dumas, Martin Du Gard, literatura policíaca o galante, era un escritor parsimonioso y divertido, con huellas de maestros clásicos del XIX, dueño de un catalán espléndido y rico, el catalán de Aragón desparramado en casi una veintena de lenguas del planeta. Jesús Moncada entendía y entiende que el oficio de escribir es una ocupación dolorosa y placentera donde uno reinventa el mundo a su antojo, donde uno ama, y ríe, y se identifica con la música de un lenguaje concreto, con los seres que nos precedieron y nos sucederán, con esa alquimia de libertad y viaje que propone la literatura.
En la segunda parte, intervendrán Carmen Alcover (estudiosa de la obra de Moncada y experta en lenguas), José Luis Acín (que leerá un texto suyo y de su hermano Ramón, escrito a cuatro manos), Antonio Pérez Lasheras, que intentará contextualizarlo en el panorama de la narrativa aragonesa, y el dúo musical Recapte, formado por Mario Sasot y Antoni Bengoechea. Se proyectarán algunas imágenes de vídeo y un pequeño reportaje visual realizado por Alberto Gámez.
RETRATO DE JESÚS MONCADA
Jesús Moncada fue, es un escritor de espíritu europeo, de alcance universal. Un fabulador prodigioso su literatura está llena de embrujo, de ironía: renueva a diario el olvidado arte de contar- que ha convertido a la Mequinenza de su infancia y de su adolescencia, e incluso a la Mequinenza histórica, en su territorio de ficción y en un condado imprescindible de la literatura, como hicieron Joyce con Dublín, García Márquez con Macondo, Juan Carlos Onetti con Santa María o su admirado Honorato de Balzac con París.
Jesús Moncada (Mequinenza, 1941- Barcelona, 2005) estudió en el colegio Santo Tomás, a la sombra de Miguel Labordeta y de Rosendo Tello, que e le descubrieron la literatura, igual que le sucedió con Manuel Berdún Torres y Edmón Vallès. Más tarde, cuando parecía que iba a inclinarse por la pintura (Moncada es un excelente dibujante: dedicaba sus libros con un cocodrilo o con autorretratos, y pintaba como nadie con las palabras), conoció a Pere Calders, fotógrafo casi secreto y admirable narrador en corto, e inició su carrera literaria, cuajada de éxitos. Así nacieron sus libros: los relatos de Histories de la mà esquerra, El café de la granota, Calaveras atónitas, o novelas como Camí de sirga (1988), la obra maestra de la narrativa catalana del último cuarto de siglo, una fascinante narración sobre los navegantes por el Ebro y el Segre, las tabernas, los narradores orales; La galeria de les estàtues (1992), que sucede en una ciudad imaginaria, Torrelloba, que es y no es Zaragoza, y propone el encuentro entre Mequinenza y la Zaragoza de Dalmau campeéis i Vilamajor; y Estremida memoria (1997), inspirada en un suceso real y trágico emparentado con el bandolerismo.
Creador de un tiempo idílico de la vida en un espacio que aspira a ser el espejo del mundo. Traductor con un sinfín de seudónimos de autores como Alejandro Dumas, Martin Du Gard, literatura policíaca o galante, era un escritor parsimonioso y divertido, con huellas de maestros clásicos del XIX, dueño de un catalán espléndido y rico, el catalán de Aragón desparramado en casi una veintena de lenguas del planeta. Jesús Moncada entendía y entiende que el oficio de escribir es una ocupación dolorosa y placentera donde uno reinventa el mundo a su antojo, donde uno ama, y ríe, y se identifica con la música de un lenguaje concreto, con los seres que nos precedieron y nos sucederán, con esa alquimia de libertad y viaje que propone la literatura.
4 comentarios
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