EN MEQUINENZA, CON MONCADA Y SUS FANTASMAS
I.VIAJE A LA RAÍZ DE LA MEMORIA
Gilberto Obiol, concejal de Mequinenza -ostento muchas responsabilidades porque ya estoy jubilado, dijo con humor y bondad- nos enseñó lo que queda del pueblo viejo que inspiró a Jesús Moncada: el castillo con su muralla que es el auténtico centinela del cauce y de las huertas; el colegio María Quintana, donde impartió clases de francés y dibujo; el lugar donde estaba el campo de fútbol antes de que llegase la presa, llena hoy de cormoranes y de gaviotas de río, o las ruinas de la casa del autor, en la calle Zaragoza, donde se esparcieron sus cenizas. Aquí decía ante el beso del Ebro y el Segre- era donde transcurre el cuento Balompié fluvial. Nosotros aprendíamos a nadar en el propio río. Los que ya sabían hacían una especie de muro de protección a uno diez metros de la orilla. Así aprendíamos, y luego cruzábamos los 50 metros que tenía la corriente y asaltábamos las huertas de al lado, llenas de higos o de uvas. En casa no querían que nos bañásemos, y antes de regresar a casa nos embadurnábamos de tierra para que no se diesen cuenta. El río se cobraba una o dos personas al año.
Gilberto Obiol recordó que la casa familiar de los Moncada, ante sus ruinas, donde se han arrojado las cenizas de Moncada y donde hay un ramo de flores, era la tienda de ultramarinos del carrer Zaragoza, que se prolongaba hasta la Costereta del Forn. El río estaba a unos 100 metros, ahora a unos 100 o así. Y al lado mismo está el viejo cine Goya, cuya casa no ha sido derribada porque sus dueños se negaron a venderla a ENHER. En el colegio María Quintana, que fue una maestra de Mequinenza, responsable de Educación durante los tiempos de Primo de Rivera, Jesús dio clases de francés y dibujo, y tuvo de alumna a la actual alcaldesa Magdalena Godia. En el colegio iban chicos y chicas: las chicas tenían sus aulas en la planta baja y el patio a la derecha, los chicos arriba y el patio a la izquierda. Todos llevaban en invierno leña de su casa para calentarse. Carmen Alcocer, estudiosa de Jesús Moncada, nos contó que sus canciones favoritas eran La gavina y El canto dels ocells, y que un familiar le había revelado que el escritor había vivido una bella relación de amor con una mujer durante algunos años. La interrumpieron, pero nunca perdieron la amistad. De hecho, me dijeron, ella estuvo en su funeral.
II.EL PINTOR JESÚS MONCADA
El homenaje a Jesús Moncada se completa con una exposición bibliográfica y fotográfica, y con una sorprendente muestra de pintura en la que se percibe la mano maestra del escritor: pasa por momentos del surrealismo a la manera de Ernst, Lam o Matta, pero también del surrealismo metafísico de Giorgio De Chirico; frecuenta el expresionismo alemán, con ecos de Otto Dix, o el cubismo, un cubismo muy personal e intenso. Hubiera vivido del arte, sin duda: éste fue el comentario más oído en la sala Miguel Ibarz. Jesús Moncada era un buen dibujante, lo mejor que hacía, dijo alguien, y un cuidadoso pintor que llegó a exponer en varias ocasiones. Le gustaba mucho Antoni Tàpies. Pintó hasta principios de los 80. Rosa María, su hermana, nos dijo que había encontrado más de 50 nuevos dibujos, pero todos ellos sin fechar.
III. MEMORIA LITERARIA DE JESÚS MONCADA.
Ramón Acín ha sido el coordinador del volumen que se regaló ayer en el homenaje: Jesús Moncada. Su universo literario (DGA / Ayuntamiento de Mequinenza). El libro, de 200 páginas, consta de varios apartados: una sección de homenajes, firmados por el propio Acín, autor de una bibliografía final, Eva Almunia, Magdalena Godia, Lucinda Estruga y Ernest Folch; varias entrevistas con el escritor en castellano y catalán; una selección de crítica literaria, en la que se rescatan textos de Jaume Pont, Antonio Blanch, Joaquín Marco, Santos Alonso o Luis Carandell, entre otros.
Félix Romeo, Pepe Melero, Ramón y José Luis Acín y Ramón Barnils ofrecen opiniones desde la proximidad. En el capítulo de estudios hay páginas de Héctor Moret, Carmen Alcover (define bellamente al autor como lúltim llauter de lEbre), Mario Sasot y Emili Bayo i Mercè Biosca.
Gilberto Obiol, concejal de Mequinenza -ostento muchas responsabilidades porque ya estoy jubilado, dijo con humor y bondad- nos enseñó lo que queda del pueblo viejo que inspiró a Jesús Moncada: el castillo con su muralla que es el auténtico centinela del cauce y de las huertas; el colegio María Quintana, donde impartió clases de francés y dibujo; el lugar donde estaba el campo de fútbol antes de que llegase la presa, llena hoy de cormoranes y de gaviotas de río, o las ruinas de la casa del autor, en la calle Zaragoza, donde se esparcieron sus cenizas. Aquí decía ante el beso del Ebro y el Segre- era donde transcurre el cuento Balompié fluvial. Nosotros aprendíamos a nadar en el propio río. Los que ya sabían hacían una especie de muro de protección a uno diez metros de la orilla. Así aprendíamos, y luego cruzábamos los 50 metros que tenía la corriente y asaltábamos las huertas de al lado, llenas de higos o de uvas. En casa no querían que nos bañásemos, y antes de regresar a casa nos embadurnábamos de tierra para que no se diesen cuenta. El río se cobraba una o dos personas al año.
Gilberto Obiol recordó que la casa familiar de los Moncada, ante sus ruinas, donde se han arrojado las cenizas de Moncada y donde hay un ramo de flores, era la tienda de ultramarinos del carrer Zaragoza, que se prolongaba hasta la Costereta del Forn. El río estaba a unos 100 metros, ahora a unos 100 o así. Y al lado mismo está el viejo cine Goya, cuya casa no ha sido derribada porque sus dueños se negaron a venderla a ENHER. En el colegio María Quintana, que fue una maestra de Mequinenza, responsable de Educación durante los tiempos de Primo de Rivera, Jesús dio clases de francés y dibujo, y tuvo de alumna a la actual alcaldesa Magdalena Godia. En el colegio iban chicos y chicas: las chicas tenían sus aulas en la planta baja y el patio a la derecha, los chicos arriba y el patio a la izquierda. Todos llevaban en invierno leña de su casa para calentarse. Carmen Alcocer, estudiosa de Jesús Moncada, nos contó que sus canciones favoritas eran La gavina y El canto dels ocells, y que un familiar le había revelado que el escritor había vivido una bella relación de amor con una mujer durante algunos años. La interrumpieron, pero nunca perdieron la amistad. De hecho, me dijeron, ella estuvo en su funeral.
II.EL PINTOR JESÚS MONCADA
El homenaje a Jesús Moncada se completa con una exposición bibliográfica y fotográfica, y con una sorprendente muestra de pintura en la que se percibe la mano maestra del escritor: pasa por momentos del surrealismo a la manera de Ernst, Lam o Matta, pero también del surrealismo metafísico de Giorgio De Chirico; frecuenta el expresionismo alemán, con ecos de Otto Dix, o el cubismo, un cubismo muy personal e intenso. Hubiera vivido del arte, sin duda: éste fue el comentario más oído en la sala Miguel Ibarz. Jesús Moncada era un buen dibujante, lo mejor que hacía, dijo alguien, y un cuidadoso pintor que llegó a exponer en varias ocasiones. Le gustaba mucho Antoni Tàpies. Pintó hasta principios de los 80. Rosa María, su hermana, nos dijo que había encontrado más de 50 nuevos dibujos, pero todos ellos sin fechar.
III. MEMORIA LITERARIA DE JESÚS MONCADA.
Ramón Acín ha sido el coordinador del volumen que se regaló ayer en el homenaje: Jesús Moncada. Su universo literario (DGA / Ayuntamiento de Mequinenza). El libro, de 200 páginas, consta de varios apartados: una sección de homenajes, firmados por el propio Acín, autor de una bibliografía final, Eva Almunia, Magdalena Godia, Lucinda Estruga y Ernest Folch; varias entrevistas con el escritor en castellano y catalán; una selección de crítica literaria, en la que se rescatan textos de Jaume Pont, Antonio Blanch, Joaquín Marco, Santos Alonso o Luis Carandell, entre otros.
Félix Romeo, Pepe Melero, Ramón y José Luis Acín y Ramón Barnils ofrecen opiniones desde la proximidad. En el capítulo de estudios hay páginas de Héctor Moret, Carmen Alcover (define bellamente al autor como lúltim llauter de lEbre), Mario Sasot y Emili Bayo i Mercè Biosca.
11 comentarios
Desencanto -
Saludos
carlos cubero agudo -
Mi e-mail es cubero_48@hotmail.com
después de cubero viene guión bajo. Hay gente que no se fija y no me llegan los mensajes.
Tengo muchos contactos con gente de Mequinenza a través de internet.
He hecho un libro sobre recuerdos del pòble vell de Mequinenza, que consta de 445 páginas y mas de 900 fotos, todo ello sólo del pòble vell.
Este libro se lo he mandado a mucha gente de Mequinenza a través del correo electrónico.
MÁNDAME TU CORREO y te lo iré enviando para que recuerdes como era nuestro Mequinenza.
Saludos desde ZARAGOZA
CARLOS
Enrique -
Aunque no te acordarás de mí, puesto que soy algo más joven que tú, nacido en el 53. Soy Enrique Sanjuan hijo de Paco Moño. Vivíamos en la calle del medio, me acuerdo perfectamente de ti y de tus amigos. He ido viendo con gran interés las fotografías que has subido, aparte de agradecértelo me pongo en contacto contigo con la esperanza de que me pudieras mandar relación de páginas con información de gente, que así como nosotros vivió en Mequinenza, o conoces la forma de contactar con la gente de mi edad. Vivo en Zaragoza desde los 14 años y como nos ha pasado a todos ya no guardo contacto con ninguno de mis amigos de la infancia, te agradecería si tuvieras información o la forma de contactar con alguno mi edad.
P.D. me acuerdo perfectamente de tu padre, lo recuerdo como una gran persona.
Un saludo
Enrique Sanjuan Godia.
CARMEN -
Yo no nací en Mequinenza, pero mis padres ya vivían ahí, así que mi madre me trajo al mundo en su pueblo ,Pont de Suert (Lleida). Con esto quiero decir que aunque no naciera ahí, soy de ahí.
Mi padre trabajaba en Enher, vivimos en el poble vell una temporada, hasta que costruyeron las casa de la empresa. Mis recuerdos del Poble Vell son pocos, lo que más recuerdo es la calle Mayor y la plaza de la Iglesia.
Mis recuerdos del Poble Nou son muchos y muy buenos. Viví en Mequinenza hasta los 18 años. Tengo tantas historias que recordar.... Volví este años para les Festes y volví a ser la adolescente que en otro tiempo fui.
Toni -
Abrazos
Carlos Cubero Agudo -
Hoy he entrado en esta página, ya que de vez en cuando leo algo sobre Mequinenza.
No veas la alegría que me ha dado saber que has recibido mi saludo.
Amigo Sebas, no dudes que me pondré en contacto contigo.
No manejo muy bien este chisme de ordenador, ahora estoy en el trabajo y cuando tengo un rato me meto en Internet y voy aprendiendo sobre la marcha.
En casa tengo ordenador y más rato para poder contarte cosas de mi vida y saber de la tuya.
Ojala te haya ido todo muy bien, aunque la vida se nos va pasando y los años se nos echan encima.
De verdad, no sabes la alegría que me ha dado encontrame con tu saludo, después de casi 40 años (casi nada).
Me fui de Mequinenza con 19 años y voy a hacer los 60, te diré que tengo una nieta y dos hijos y que en breve me jubilo para disfrutar lo que se pueda de esta vida.
Estuve en Mequinenza el año en junio, pero no era por ningún motivo de alegría. Mi hermano Angel falleció y llevamos sus cenizas a dejarlas en el castillo de Mequinenza.
Ya me dirás si sigues en Mequinenza, aunque la vida nos habrá ido llevando a cada cúal por distintos derroteros.
En fin de verdad, una alegría tener noticias tuyas.
En breve te escribiré a tu dirección y nos iremos contando nuestra vida, que como dicen mis hijos son batallitas del abuelo.
Un saludo para tu familia y recibe un muy fuerte abrazo.
Sebastian Arroyo Arias -
CARLOS CUBERO -
Si recuerdo que al cumplir los 15 años, otro maestro D. Juan que era falangista, nos recogió a unos quince chicos que no habíamos aprendido nada y nos dió durante dos años, clases nocturnas de 9 a 12 de la noche. Las clases eran gratuitas para nosotros (no sé si él cobraba de alguién). Gracias a aquellas clases algunos conseguimos desaznarnos, como se decía entonces.
Un recuerdo para mi gran amigo de entonces Pepe Muriel.
Saludos por si alguién lo lee para, Javier "Batalló" del café Royal. Pepe "curalotodo"
Joaquín Febas, Sebastián Arroyo Arias. jOSE Mª "Canero"
CARLOS CUBERO -
Es lo primero que leo sobre Moncada, en que aprecian su pintuta y dibujos. No he encontrado a nadie aún que haga un comentario sobre sus grabados, que los hacía y muy buenos.
Los grababa sobre linolium y se los imprimiamos en Gráficas SAMA de Mequinenza, Santiago Murciano y yo mismo que estaba de aprendiz adelantado Carlos cubero Agudo, hijo de Nicolás Cubero (alguacil de Mequinenza en esos años.
miguel veraguas esteve -
miguel veraguas.
Mequinenzano -
Aquí serías muy bien acogido.