LAS ACUARELAS CON MÚSICA DE MAITE ROY.
Estuve ayer en la exposición de acuarelas de Maite Roy, la mujer que eligió a Ángel Artal Burriel como pasajero ideal de su corazón, que se exhibe en la Caja de Teruel. Ángel Artal, que tiene gestos románticos de hombre que se dedica al estudio de los volcanes del sentir, le ha regalado un paraíso de amor y delirio a Maite Roy, una casa con vistas hacia el cielo, las cañadas, los montes y las aves del Pirineo. La sala de Caja Teruel, tan acogedora, estaba llena de amigos que vivían la ansiedad producida por el gran Zaragoza-Barcelona, que merecerían ganar los visitantes, igual que hace 40 años. Maite Roy es discípula de la gran pintora Aurora Charlo, es compañera de expediciones al campo de Javier García-Valiño, entre otros muchos, y es una cuidadosa acuarelista que se mueve en la observación del natural con sensibilidad, sutileza, capacidad de mirada y soltura. Lo mismo es capaz de solventar los característicos paisajes de montaña y casa con cielo en lontananza o una estampa invernal de sotobosque, que se atreve a ir mucho más allá: logra hechizo y belleza concentrada en algunas piezas pequeñas, todo un arsenal de lirismo y de expresividad en miniatura.
Alcanza una fascinante maestría en una acuarela del río, el color se vuelve espejismo y magia, casi realismo fantástico en su justa medida, y alcanza otra cumbre pictórica en el género en un paisaje de parque o bosque con unos tonos de elevada expresividad, de energía y sueño. Y hay algo importante en su paleta de agua, emoción y dulzura: la limpieza, un apetito de perfección, una búsqueda de trascendencia más allá del tópico y del paisaje ya usado. Y lo logra en varias piezas pequeñas, y en esas dos admirables y casi etéreas obras citadas: la de río quizá no sea el Jiloca que atraviesa el Salobral- que nos espejea desde una superficie trabajada con los colores del alma, la del bosque o parque en un verde especial hace apología de una hermosura de la naturaleza ofrecida. Aunque no querría aquí rebajar en ningún instante el valor global de la muestra: Maite Roy trabaja, aprende, crece y se derrama con entusiasmo, oficio y pasión por la vida. Y lo hace estupendamente bien. Para sí ha sido una espléndida y agradable sorpresa.
P.D. Si alguien me puede mandar una foto de 20 K, es lo máximo que puedo colgar, la pondría encantado en el blog.
10 comentarios
Anónimo -
pm -
Anónimo -
Javier Barreiro, que ya ha iniciado la redacción de un Diccionario de escritores aragoneses, desde Gómez Uriel a nuestros días, se muere de envidia, aunque su texto -como era de esperar- no desmerece.
Felicidades Maite. Si tienes alguna imperfección, hija, revélala...
pm -
jh -
Vecino de Hernán Cortés -
se lo cree más todo
PM -
Rafa -
Viva mi madre
Maite -
Un besico Anton. Espero verte para dartelo personalmente.
NOTA.- Anoche disfruté en casa Emilio con ese torrente de amigos que nunca agradeceré bastante el haberlos conocidos.
Cardíaco -