EL QUIJOTE DE AVELLANEDA, POLIEDRO Y JOSÉ ANTONIO MILLÁN
El enigmático Alonso Fernández de Avellaneda, natural según él de Tordesillas, tal vez sea el mayor admirador de Cervantes. Lo fue hasta tal punto que le rindió, incluso a su pesar, un inmenso homenaje literario con “El Quijote apócrifo”, una novela de 32 capítulos que apareció en 1614 .Fue impresa en Barcelona por Sebastián Cormellas y no en Tarragona, como escribe Avellaneda. Con ese libro, “bien escrito”, y de inclinaciones lascivas –especialmente en los capítulos de “Los felices amantes”-, Avellaneda obligó a Cervantes a alejarse de Zaragoza, porque él interna a sus criaturas por el Coso, los hace acudir a célebres justas y don Quijote es “blanco de desdichas en Zaragoza”. Poliedro –la editorial de Julieta Leonetti que ha publicado estos días los cuentos de ese formidable ser humano y escritor que es Félix Teira Cubil- reedita esta novela, con prólogo de José Antonio Millán, el cual califica la obra de “divertida, desvergonzada… y asombrosamente respetuosa con la de Cervantes” y recomienda leerla sin prejuicios. José Antonio Millán, experto en puntuación y amante de los diccionarios, estupendo escritor, recoge el prólogo en su envidiable página web, de las mejores que he visto nunca. (Figura entre los links de gistain.net).
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Cide -
A cambio, Cervantes nombró la Aljafería y escribió un fabuloso relato con la fortaleza zaragozana como escenario. Seguramente a Cervantes le fascinó esta ciudad como nos fascina a tantos otros.