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Antón Castro

UN POEMA DE MARTÍN LÓPEZ-VEGA*

UN POEMA DE MARTÍN LÓPEZ-VEGA*
COMO UNA PINTURA NOS IREMOS BORRANDO
Cuando nos asalte la lluvia
en un recodo del camino
y nos sorprenda un súbito silencio,
cuando la débil pintura de nuestros días
se diluya, cuando dejemos para siempre
esta tierra prestada,
cuando no seamos
sino una débil sombra del olvido,
cuando toda nuestra vida
se borre como un dibujo de arena,
entonces nuestros recuerdos
nos revelarán por fin su triste paradoja:
nacer inmortales para una muerte segura.
(Martín López Vega; de su poemario Objetos Robados)
*El poeta Antonio Pérez Morte -que forma parte del pelotón de artistas e intelectuales de Sabiñánigo: Severino Pallaruelo, Santiago Arranz, Ángel Orensanz, Javier Codesal, Julio Gavín...- había colgado esta poema en su blog, pero en cuanto leyó mi encuentro con el poeta asturiano de Llanes, me lo mandó. Martín es un gran aficionado a Franco Battiato, que suena ahora en mi casa.

4 comentarios

Magda -

Vaya, que poema tan hermoso...

A. C. -

Querido maestro del box, del fútbol y de la buena música, Juanjo Panamá, Panamá, el enamorado del viento: He perdido tus teléfonos. Llámame un día y tomamos café. Un abrazo. An

Juanjo Panama -

Querido rey celta en el exilio,estas páginas siguen siendo tan deliciosas como un baño de agua caliente.Me sirven para descubrir gente y sucesos apasionantes.Dios se lo pague a vuecencia.Me sorprende tu alusión a Battiato puesto que tambien suena en mi plato. Te recominedo una re-audición de esa perla llamada "Mondo Lontanissimi" lleno de joyas y hagamos una zapateta juntos para celebrar la edición en Hispania de su último trabajo "Dieci Stratagemi"(ultimamente sus trabajos salían con cuentagotas,si salían).Un abrazo que haga crujir las gradas de Pasarón.

Antonio Pérez Morte -

Martín, a quién sólo conozco a través de sus versos, que he leído con ansiedad y deleite, me parece uno de los grandes poetas españoles contemporáneos, una fuente de incontenible sensibilidad. No me extraña nada, que hayáis hecho tan buenas migas.
¡Abrazos gordos!

Antonio