ENRIQUE VILA-MATAS EN "ESTRAVAGARIO"
Cojo muy empezado “Estravagario” de mi leído y libertino amigo Javier Rioyo. Habla con Enrique Vila-Matas, que está sembrado. Divertido, audaz: de una sinceridad abrumadora. El tema de conversación es “Doctor Pasavento” (Anagrama), su última y compleja novela, que parece cerrar una trilogía con Bartleby y Montano. Enrique dice que en los últimos tiempos se le han impuesto esos personajes, a la manera de Pessoa, como heterónimos. Como gente que está dentro de él, pero que no son Enrique Vila-Matas en modo alguno. Hay un momento en que Rioyo le pregunta por la polémica Marsé-Planeta-Maria de la Pau Janer, y responde sin arrugarse. Dice que Janer ha confundido la literatura, sustentada en una tradición que abarca a Rimbaud o Baudelaire, entre otros, con la vida literaria, que es todo ese mundo de los premios... Disculpó a Marsé y dijo, con esa sutileza laberíntica propia de Enrique, más o menos, que a la Janer le había pasado lo de aquel tonto que no sabe que es tonto. (A mí la Janer, que es una pija sensual e hiperactiva, me cae bien: no puedo evitarlo. Soy insoportablemente blando y leí la novela finalista del Planeta hace dos o tres años atrás, donde había algunos coitos a hurtadillas, en un voragionso jardín, muy prometedores). Dicho así, pero como lo hace el autor de Suicidios ejemplares o París no se acaba nunca.
Y Rioyo también le preguntó acerca de su interés por Jean-Paul Sartre y Elias Canetti, al que cita varias veces. Le reconoce a éste un mérito literario, evoca de pasada su única novela, y dice que el homenaje desvaído que se le ha hecho en Francia a Sartre ha probado, o ratificado, que no tenía razón en nada de lo que había dicho o hecho. Dijo que no le interesaba nada, nada de nada de Sartre. Insistió Enrique con ese humor de chico listo y pícaro al que se le escapa una boutade aparente, pero que sabe que está diciendo la verdad. En Zaragoza se está recordando estos días a Sartre, pero este señor tan contradictorio no parece representar a nadie. Vila-Matas rememoró su pipa en el café de Fiore casi como un espectro o un fantasma que lo representaba a él.
Enrique Vila-Matas también habló del querer y ser querido. Y dijo que prefería querer a que le quieran, aunque a nadie le amarga un dulce. Durante años, Enrique Vila-Matas fue mi escritor favorito, el escritor que quise ser alguna vez. Y el escritor de "Lejos de Veracruz", "Historia abreviada de la literatura portátil", "El pasajero más lento" o "Cómo acabar con los números redondos", quizá aún lo sea. Y ahora, cuando he descubierto que he perdido el duende la ficción, sigue siendo un autor esencial, de cabecera, un maestro y un amigo al que no he vuelto a ver desde “El mal de Montano”. Él ha crecido como escritor; yo me he demediado como lector. Recuerdo sí algo que me resulta muy bonito y que me dará por un cuento: antes Enrique coleccionaba fotos de habitaciones de hotel donde dormía, y nos hicimos una en el Gran Hotel de Zaragoza, seguramente en la habitación donde durmió Ava Gardner. Con Enrique nunca se sabe. Dijo en una ocasión que sus padres lo habían concebido en el monasterio de Veruela. Lo dijo como una conjetura, pero acabará siendo verdad.
[Luego vi un poco a Eva Hache, que intenta levantar la noche, su noche de humor con el incuestionable encanto que tiene, pero aquí hay, en Cuatro. una enfermiza inclinación a la propaganda y a posicionarse deliberadamente ante la Iglesia o el PP, como si estuviese empeñado en dar razones viscerales al enemigo, porque al final el reportaje que se hizo, con toda la clave humorística que se quiera, sobre la manifestación de la LOE con el clero y sin el clero, tenía un curiosa mezcla de crítica, parodia y de propaganda del enemigo... Hasta, al hablar con Carrillo, se le invita a éste a que comente una frase de Federico Jiménez Losantos; y otra de César Vidal / Pío Moa. Además, se está dando como una imagen falsa al país: hay otras vías, se puede estar contra Carrillo o cuestionarlo, no hay más que leer algunas páginas de "El País", y estar muy lejos de Jiménez Losantos y de otros, revisionistas o salvapatrias, o lo que sea. De política sólo sé que dudo. Por eso no voy a decir ni una palabra del Estatut. Me siento del mundo ancho y ajeno desde Zaragoza. Vuelvo a Cuatro: cuando se hacen bien las cosas, se tienen tantos medios, tantos profesionales magníficos, no es necesario recordar tantas veces al enemigo, que, por lo demás, estará encantadísimo: le invitan a crecerse, a hacerse fuerte en la otra trinchera, se le otorga una y otra vez carta de naturaleza y se le hace la publicidad gratis. Bien es cierto que cada uno alimenta sus paranoias como quiere… Y uno siente que es más grande cuanto mayor es la grandeza, o la pugnacidad, o la cerrazón, del adversario. Rodríguez Zapatero no es nada del otro mundo todavía, y se merece un puñado de críticas o enredos, incluso de su lado aunque sólo sea para disimular, y no por eso llegará el fin del mundo para España. Cuatro, por ahora, tiene un aire de familia de secta progre. Volví a cambiar, como el día anterior, a Buenafuente y aún es otro mundo, otra estética, otro humor. Por cierto, el sketch de Benedicto XVI metrosexual fue gracioso y poco hiriente; y el reportaje gamberro de Keké también tenía un buen pasar y muchas risas...]
9 comentarios
Vila-Matas -
Desde aquí saludo a mi amigo Antón Castro en esta mañana otoñal barcelonesa en la que me dispongo a... mirar por la ventana, ver cómo está hoy mi pobre Barcelona.
Enrique VIla-Matas.
A. C. -
Jesús Jiménez Domínguez -
jöse -
Antonio PÉREZ MORTE -
Lástima que con la cura haya olvidado la existencia de esas pequeñas \"islas de cultura\" como Estravagario.
No veo la Cuatro como no veo la Cinco, ni la Tres, ni la Dos, ni la Uno. No me hace falta.
Sin encenderla, sé, de sobra, que estoy de acuerdo con cuanto dice Antón.
He vuelto a la radio tanto, que hasta Fernando Jaúregui cree que soy de la Cope.
No escucho jamás a Jiménez Losantos, sino a Fernando Argenta, Araceli Fernández Campa, Arrate y Juan Carlos Soriano, Iñaki Peña, Joaquín Luna, Juan Pablo Silvestre, Javier Lostalé, Ignacio Elguero y... ¡No hay color chicos! ¡No hay color...!
jÖse -
trémisis -
A.C. -
Chorche -
UN saludo somnoliento.