UN POEMA DE AMOR DE CABALLERO BONALD
LLAMADA PERDIDA
Mujer de hermoso ornato, te persigo
en la noche, a duras penas te persigo
aunque en vano lo haga,
busco
tu miel, tu terciopelo, tus ingles tan convexas,
la encrucijada de tus pechos,
tu boca basculante,
todo lo que ya es sólo
la sombra de tu cuerpo en medio de la sombra.
¿Son tuyas esas huellas,
charquitos no de lágrimas,
de sudor, de saliva, de dulces secreciones,
son tuyos esos rastros,
savias irrestañables que transitan
al filo de tu cuerpo y aún perduran
después de tantos años
de haber sido sin más dilapidadas?
Si sabes que te busco, si finalmente
acudes, detente, no lo hagas.
Ninguno de los sabrá quién es el otro.
Hace algunos años, una mañana soleada, me encontré con José Manuel Caballero Bonald en el hotel Orús, con un amigo, con quien tanto quise, con quien tanto quiero, al que no veo desde hace varios meses: Fernando Sanmartín. Conversamos durante hora y media, y fue un placer para mí viajar con Caballero Bonald por las marismas de su emoción, de su memoria, con los jinetes del sueño en que sigue viajando con los ojos muy abiertos. Acaba de publicar “Manual de infractores” (Seix Barral), un espléndido poemario en el que se reinventa desde el goce y el dolor de ahondar en la memoria, desde la vieja e imperiosa atracción por el mar, desde el carnal enigma de la noche, desde la impresión de que el tiempo nos enseña los labios de la muerte o de que el sur es como un océano y un refugio para siempre, entre músicas. Transcribo aquí este poema, que me ha parecido ideal para mi noche solitaria de lunes, donde he tenido dos llamadas perdidas. O he llamado dos veces a Illueca y el teléfono se burló de mí…
*La foto es de Willy Ronis, uno de mis fotógrafos predilectos, y está tomada en Nazaré (Portugal).
2 comentarios
ana a. -
Magda -
Un poema ideal, sí, también para recordarnos que nada como dos que han sido hallados por el amor, y lo que trae consigo...
Hasta mañana.