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Antón Castro

JAVIER RUIBAL CANTA HOY Y MAÑANA EN EL TEATRO DEL MERCADO

JAVIER RUIBAL CANTA HOY Y MAÑANA EN EL TEATRO DEL MERCADO

EL ARREBATADO AMOR, SEGÚN JAVIER RUIBAL*

El cantante gaditano, actúa esta noche y mañana, a las nueve, en el Teatro del Mercado, donde presentará su disco “Lo que me dice tu boca” y una selección de sus canciones.

Javier Ruibal (Puerto de Santa María, Cádiz, 1954) es uno de los cantantes y compositores más elogiados por sus compañeros. Es, en cierto modo, el “cantautor de los cantautores” por su personal música que abraza ritmos andaluces, todos los palos del flamenco, y árabes, sonidos del jazz y de Brasil, ecos africanos, sefardíes y latinoamericanos, caribeños (él habla de “la furia del dios Caribe”) y cubanos. Su forma de interpretar ha sido calificada como “apasionada y exuberante”, tan exuberante como la magia erótica de sus textos, tan apasionada como ciertas música de baile. Javier Ruibal acaba de publicar su octavo disco: “Lo que me dice tu boca” (18 Chulos Records), que grabó en dos días de septiembre de 2005 en la sala Galileo Galilei y que incluye también un DVD. La producción es de Javier López de Guereña.

Javier Ruibal (Puerto de Santa María, Cádiz, 1954) es uno de los cantantes y compositores más elogiados por sus compañeros. Es, en cierto modo, el “cantautor de los cantautores” por su personal música que abraza ritmos andaluces, todos los palos del flamenco, y árabes, sonidos del jazz y de Brasil, ecos africanos, sefardíes y latinoamericanos, caribeños (él habla de “la furia del dios Caribe”) y cubanos. Su forma de interpretar ha sido calificada como “apasionada y exuberante”, tan exuberante como la magia erótica de sus textos, tan apasionada como ciertas música de baile. Javier Ruibal acaba de publicar su octavo disco: “Lo que me dice tu boca” (18 Chulos Records), que grabó en dos días de septiembre de 2005 en la sala Galileo Galilei y que incluye también un DVD. La producción es de Javier López de Guereña.

“Con este disco he querido romper una especie de maleficio: la gente piensa que los discos se hacen un laboratorio de sonido. Quería recuperar la esencia de nuestro oficio: hacemos canciones y subimos a un escenario, y es ahí donde convocamos al público, donde ponemos el apasionamiento, la intensidad, donde nos desnudamos por entero. No es lo mismo estar oyendo por un auricular lo que estás cantando, con el retorno y todo eso, que esto. Y yo me alegro mucho de haber vuelto a grabar en directo. No lo había hecho desde 1994 con ‘Pasión Triana”, dice Javier Ruibal. Y explica que muchas de estas canciones no las había grabado nunca en un disco, apenas las cantaba, aunque hay otras muy famosas como “Habana mía” o “Bendito veneno”, escrita al alimón con Joaquín Sabana. Algunas fueron concebidas para programas de televisión, como “Los ratones coloraos” de Jesús Quintero; otras para documentales y espectáculos de flamenco como “Contrabandista” (que canta en la peligrosa noche: “Me llevo tu nombre escrito // por los montes de la luna // cómo puede ser delito // en este mundo maldito // quererte como a ninguna”); otras como “Atunes en el paraíso” para la película “Atún y chocolate”de Pablo Carbonell.

El tema general del disco, como casi siempre en la obra de Ruibal, es el amor, salvo la graciosa canción “Fugitivos del Hamelin. Los ratones coloraos”. El amor complejo y plural, encerrado en un puñado de variaciones, donde hay tiempo para contar historias trágicas, para la confidencia, para elogiar una ciudad o varias, para narrar los amores de Picasso (“el divino impertinente”, al cual también le dedica otra pieza muy juguetona) y Françoise Gilot, o para armar atmósferas que parecen cocinadas en la imaginación de García Lorca, el poeta que más admira el gaditano. Más que del amor mismo, habla de la fascinación que ejerce el cuerpo de la mujer, de su belleza cimbreante y de su gracia, siempre con un trasfondo muy narrativo e irónico. “Existe esa fascinación desde luego, ese cántico. Hablo de mujeres que pasan por la vida de uno, a las que a veces puedes alcanzar, con las que a menudo sólo sueñas una aproximación. Escribo de emociones y sueños, aunque no llegues a las caricias ni al contacto real, pero me contento con haber vivido esa sensación. Por eso, las mías son más bien canciones arrebatadas, canciones para eternos amantes o no tan eternos que aspiran a algo más definitivo”. Canciones que dicen, por ejemplo: “A favor de tu piel // que aprendí mejor que la mía, // llené mi cuerpo // con tu geografía”. Los 16 temas del álbum son de Javier Ruibal, salvo uno que escribió con Joaquín Sabina, un confeso admirador de su trayectoria.

“En lo estrictamente musical, ha habido algunos cambios. Hay bulerías de Cádiz, pasodobles, el mundo sonoro de Andalucía, pero no sé por qué razón veo que me he inclinado más por el universo latinoamericano. Siempre me gusta experimentar, juntar sonoridades, abrirme a nuevas sensibilidades. Utilizo mucho más la mandolina y la guitarra española, y también las guitarras eléctricas, pero no ha sido preconcebido, ha salido así. Yo compongo, busco un paisaje sonoro, fabrico mi propio reino de la imaginación y también de la musicalidad”. Javier Ruibal va a grabar con un cantante senegalés un disco con canciones de aquí y de allá, fábulas infantiles, y hace poco iniciaba la gira que lo trae a Zaragoza, al Teatro del Mercado, el siete, hoy y ocho de enero de 2006. Admira a Paco de Lucía, a Carmen París, que ha grabado una de sus mejores canciones, “Ave del paraíso”, a Dulce Pontes y a Pat Metheny, el autor de “American Garage”. Entre los artistas, destaca la trayectoria de Santiago Calatrava. Sueña con escribir una novela.

*Esta noche y mañana, a las nueve de la noche, Javier Ruibal ofrece dos conciertos en el Teatro del Mercado, donde presentará su disco “Lo que queda de tu boca”, que también tiene un estupendo DVD. A Javier Ruibal, que ha pasado estos días en Irún con Pilar, su mujer, lo acompañarán el guitarrista Tito Alcedo (guitarra española, laúd árabe y mandola) y su hijo Javi Ruibal (percusión). Acabo de comprar dos entradas, a las doce, para esta noche, a quince euros la localidad, y quedaban 43 para la sesión de esta noche. Y algunas más para mañana. Los directos de Javier son espléndidos. Quienes lo hayan visto en Sos del Rey Católico sabrán que no miento. [Este texto apareció en “Heraldo” y en el blog el pasado mes de diciembre. La foto, con Jorge Drexler, es de Sito Ortega].

 

5 comentarios

Juan Andrés (uno de los webmasters) -

Hola: ponle un "añico" más al maestro. Nació en 1955.

Cide -

No creas, en realidad no me gusta mucho Drexler. También yo lo encuentro un poquito "pastelón". Pero esa canción, por alguna extraña razón se ha clavado en mí.

Aún no he extrenado los zapatos. No encuentro el momento adecuado. Al menos que deje de llover, no quiero mancharlos el primer día que pise la calle con ellos.

MAY -

Preciosa redondilla, sí señor...Odio los sábados, pero más los domingos a las seis de la tarde, como Blaisten, qué le vamos a hecer, ya somos muchos. Me dide Javier Delgado que le animemos. Pues claro que sí: mandadle correos de apoyo.
Cada uno debemos aportar nuestro pequeño grano de arena para que todo esto no se vaya la traste (O , quizás, para que se vaya de una vez...)
Me voy a ver a Ruibal.

A.C. -

Gracias Cide por esta visita en un sábado triste. Me encanta que te guste Drexler, que a mí me suena un poco blandito, pero este texto es muy bonito:lo suscribo. Gracias. ¿Ya Has estrenado los zapatos?

Cide -

Si algún día Ruibal llenara estadios y apareciera dando charlas a los chavales de Operación Triunfo pensaríamos que ha perdido el norte. Tiene razón en lo que dice cuando habla de que "el éxito es lo que él tiene" no le falta nada de lo necesario y los músicos serios de este país lo respetan y admiran. Probablemente los que no son músicos serios ni sepan quien es ni falta que le hace a Javier que lo sepan.

Viendo a Drexler en la foto me viene a la cabeza una canción que me está absorbiendo los pensamientos estos días. Se trata de la Milonga del moro judío. No paro de escucharla y no deja de fascinarme.

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"Perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera.
Vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste"