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Antón Castro

LA NIÑEZ ENCANTADA DE LUIS FRANCO EN BERGE

LA NIÑEZ ENCANTADA DE LUIS FRANCO EN BERGE

Ese coleccionista de amigos memorables que es Félix Romeo, que frisa los 38 con extrema delgadez, convoca un encuentro nocturno urgente para celebrar que el jueves cumple años. Su casa, como la de Pepe Melero pero con otro orden, es como una gran biblioteca: libros por aquí y por allá, libros de todo, libros de lo inesperado, libros leídos y devorados, libros que definen al erudito que agigantó su curiosidad en Madrid, libros con las páginas dobladas, que es lo que más le gusta a Félix, arrugados en el lomo, con indicadores improvisados y máculas en las propias páginas. Había muchos, muchísimos amigos, al calor de los anfitriones Félix y Cristina, Cristina y Félix. Vino, licores, cafés, pastas, crema de garbanzos, quesos de todos los tipos. Ya en el rellano de la casa retumbaban las voces del segundo izquierda. No voy a hacer inventario de la gente que estaba –sobre todo ahora que uno descubre que hacer inventarios urgentes es lo más difícil del mundo, y lo que más excita algún enojo; por ejemplo, quizá fuese Ismael Grasa quien me recordó que entre la nuevas editoriales nos habíamos olvidado de Chorrito de Plata de Enrique Bunbury, donde han publicado Sergio Algora y Octavio Gómez-, pero sí me hizo mucha gracia algo que reveló el arquitecto Luis Franco, que es seguidor de este blog y en especial de algunas notas de fútbol, a él que no le gusta en exceso el fútbol: su padre era de Berge (al lado de Alcorisa, Molinos y Ejulve), y allí ha pasado imborrables momentos de su niñez, momentos que están inscritos en un aroma de leyenda.  Los montes y las pardinas, las parideras, las colinas a lo lejos, las montañas, y sobre todo el pantano de Gallipuén, todo eso llena aún ahora de fábulas su magín. Yo he escrito de gallinas fantásticas en Gallipuén y de una sirena que se asoma en algunas neblinosas noches cuando el cielo se enturbia y se atasca de luna. Le conté a Luis Franco que, durante los veranos que hemos pasado en Ejulve, donde se hicieron novios los padres de Carmen Gascón, vamos siempre a la piscina de Berge. A la piscina y al campo de fútbol sala y frontón, que está rodeado de campo y, sobre todo, de viñedos.  

 

Por cierto, Luis Franco y Mariano Pemán están haciendo el nuevo Centro de Salud de Calanda, que no está muy lejos de Berge. Y Calanda también tiene un pantano con sirenas.

1 comentario

LF -

Querido Antón, ¡vaya sorpresa! gracias de parte de los muchos que paseamos habitualmente y en silencio por tu siempre interesante blog. Un abrazo. Luis