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Antón Castro

EL ZARAGOZA HALLÓ LO QUE BUSCABA: EL PASE A LA FINAL

EL ZARAGOZA HALLÓ LO QUE BUSCABA: EL PASE A LA FINAL

El Real Madrid necesitaba una coartada para la noche de ayer. Sabía que estaba lamiendo el barranco como un moribundo. Y entonces, se le ocurrió inventar una quimera, una leyenda y hincharla en el viento y en las páginas de la prensa, en la radio, en la televisión, en los SMS. Primero, cuando ya nadie esperaba demasiado, puso en solfa a la afición: recordó las tardes heroicas de Camacho, Stielike y Juanito, recordó aquella teoría del “miedo escénico”, y de algún modo el Zaragoza fue víctima de esa grandeza. No dio teimpo a saber siquiera si había salido intimidado. Así se explica que un conjunto que no hizo buen fútbol en ningún momento, bombeando balones, en poco más de diez minutos ya llevase tres goles a favor.

En ese instante de ciego entusiasmo, Beckham era el mejor extremo de  los todos los tiempos, superior a Kopa y Amancio; Cicinho era la reencarnación de Ademir da Guía o de Carlos Alberto o del propio Jaizinho; Zidane recuperaba la juventud y adelgazaba desde la tonsura a los pies del prodigio. Todos parecían otros. Los espartanos de la gloria. El fútbol es el reino de la desmesura. Pero los zaragocistas enfriaron el partido, aguantaron, y el Madrid volvió a marcar tras casi 45 minutos de tensa calma. Roberto Carlos logró el mejor gol de la noche. Ewerthon también marcó, pero el árbitro, mal asistido o conjurado contra los blanquillos, anuló su precioso disparo. El Zaragoza con ese gol habría zanjado la pelea, pero aún quedaban veinte minutos. Se sufrió, se sufrió porque el partido de anoche estaba abonado a las gestas, a la angustia y al infarto de miocardio.

Seguramente, algunos zaragocistas no sufrieron nunca tanto, aunque el Real Madrid ni jugó bien ni estuvo a la  altura del espléndido fútbol de su adversario en la Romareda. No hubo noche mágica, sino una noche pasional, vibrante, en pos de lo improbable, una noche que había sido escrita previamente en los diarios. Conviene recordar que el Zaragoza había ganado por un resultado casi inverosímil: 6-1. Un 6-1  que nació del buen juego. El Real Madrid hizo lo que pudo, se desgañitó, puso más voluntad e ira que balompié de calidad. Estuvo cerca, si quiere verse así, de una relativa proeza: la proeza la realizó el Real Zaragoza unos cuantos días atrás. Los goles del Real Madrid entraban dentro de lo previsible, nada de hazaña, nada de nada, más allá de emoción, nervios, incertidumbre, delirio de felicidad. Remontar cuatro o cinco goles no debiera ser imposible, máxime si juega el equipo del siglo. Aunque el Zaragoza también es un equipo en su siglo.

El Real Zaragoza pasó. Nadie le dio nada; el árbitro le quitó un gol. Y eso es lo importante. Lo que diga López Caro carece de importancia. Sólo nos importa Víctor Muñoz. El que vuelve a jugar la Copa es el Real Zaragoza, y además la final. El triunfador es el Real Zaragoza, que ha jugado dos eliminatorias agoniosas más que los otros y ha tumbado al Atlético de Madrid, al Barcelona intratable y a este rabioso Madrid. Y dejemos ya de ensalzar lo que no hemos visto: los merengues tuvieron algo de suerte de cara, pero no jugaron un soberbio partido. Seguro. Ni maravilloso ni de película: empujaron con algo de garra y poca disposición, y revelaron si se quiere cierta inmadurez de los nuestros. Y nada más. Si ellos, multimillonarios, con varios de los jugadores más caros, no están en la obligación de marcar cuatro  goles, ¿quién lo estaría?

Disfrutemos. Seamos felices. Que vuelva a llorar al Madrid sus lágrimas de cocodrilo abatido. El Zaragoza irá con la testa bien alta a por la séptima. Salud, héroes.

3 comentarios

Cide -

qué mal lo he pasado. Pero qué mal. En fin, esto nos hará más fuertes en la final. Seguro

David -

Aupa Zaragoza!
La batalla mediática estaba perdida de antemano... pero sobre el campo ¡eso es otra cosa amigos del Marca, AS, SER, Cope, A3!...
Qué pena que un grande como el Real Madrid tenga que recurrir a los fantasmas y para más inri al fantasma de un tipo cuya gesta más reseñable fue pisarle la cabeza a un contrario...
(también es cierto que el tal Ferreras se ha ganado el sueldo, han estado muy cerquita...)
A por la séptima, chavales!

Rafa -

Goooooooooooooooooooooool
¿cómo que anulado?
Casi nos amargan la fiesta pero si se analiza tampoco era para tanto. Tras la \"suerte\" de los 10 primeros minutos, balones al área, mucho centro y pocas nueces.¡¡¡A la Final!!! Por favor, que sea cerquita.