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Antón Castro

ROGER FEDERER GANA POR QUINTA VEZ EN WIMBLEDON

ROGER FEDERER GANA POR QUINTA VEZ EN WIMBLEDON

Roger Federer acaba de ganar, por quinta vez consecutiva, el torneo de Wimbledon: 7-6, 4-6, 7-6, 2-6 y 6-2. Federer iguala así el record de un moreno ayer Bjorn Borg que no le sacó ojo en todo el choque y había pronosticado, como Manolo Santana, el triunfo de Rafael Nadal. El tenista mallorquín realizó un soberbio partido: sustancialmente, cabría decir que perdió porque erró en momentos claves, que se obcecó en jugar (incluso cuando no era necesario) sobre el revés de Federer y sucumbió ante el variado, preciso y demoledor saque del suizo, que culminó un saco de aces.  

Nadal perdió en el tie break el primer y el tercer set. Ganó con claridad el segundo y el cuarto sets, y entró en el quinto con una cierta ventaja de moral, pero no resistió la fuerza, la calidad y la concentración de Federer; desbarató cuatro pelotas de “break”. No sabemos si le afectó o no un amago de lesión, ni la tensión y el cansancio de algunos partidos librados a cinco sets, pero le faltó el impulso definitivo, la determinación y el energía del cuarto set sobre todo. Nadal abusa del tiro al revés, como si desconfiase de su excelente drive, de su contundencia. El tenis es un deporte que exige no sólo calidad, fuerza, poderío mental, y a veces un poco de suerte. A Nadal le faltó en algunos momentos, y le sobró precipitación, le sobró vértigo por ganar, pero puede decirse que llevó la iniciativa y que mostró un intenso progreso sobre hierba. De cualquier modo, era la primera vez que Federer encontraba tanta oposición en Wimbledon. El pasado año, Nadal le ganó un set, perdió otro importantísimo en el tie break y cedió al final; este año, aguantó más, resistió y sembró el desconcierto en Federer, un jugador increíble, elegante, que domina todos los golpes, que juega con una facilidad casi glacial al tenis. No se puede predecir qué va a ocurrir en próximas ediciones, pero la actitud de Rafael Nadal, su madurez competitiva y su coraje invitan a presagiar que será él quien le gane a Federer en la descuidada hierba de Wimbledon más temprano o más tarde. 

Al final, Federer recordó que se había enfrentado a un fenómeno. Y así se lo dijo al público. Se le vio temblar, se le vio nervioso y enojado. Sin duda, aunque el gran fenómeno, el hombre que camina hacia la consideración unánime de que estamos ante el mejor tenista de todos los tiempos es él: Roger Federer, dueño ya de once Gran Slam. Ahí es nada. 

Mi hijo Jorge, que es seguidor acérrimo de Roger Federer, ha cantado y aplaudido sus tantos ganadores. Todos. Yo iba con Nadal. Hace años, cuando perdía ante Bjorn Borg, también iba con John McEnroe. Un día, como se sabe, el norteamericano le ganó en Wimbledon y el Open USA. Y el sueco decidió irse a casa casi a la edad de Federer. Al suizo, que hizo ayer sus pinitos de modelo de blanco, le quedan años para seguir acumulando títulos y para aspirar a su coto vedado: el torneo de Roland Garros. Ahí, por ahora, Nadal le saca de quicio y le vence.

 *Roger Federer rompe a llorar de emoción sobre la hierba de Wimbledon.

1 comentario

Diego de Rivas -

Antón, pues a mí me encantaba el tenis de Borg. ¡Qué frialdad, que dominio de uno mismo!

McEnroe, también, pero más su nervio y su aplomo por defender aquel punto que el árbitro veía que no era válido.

El otro que parecía muy curioso (aparte de Nastase que era puro nervio también), era el checoslovaco, Iván Lendl (no sé si se escribe así). Me encantaba, ya perdonarás por semejante tontada, cuando se iba quitando las pestañas de una en una. Ay, los nervios ...

Federer estuvo, por lo que cuentas y me contaron, muy bien por varios motivos:

1. Jugo de cine (como dice tu hijo).

2. Felicitó a Nadal al que tildó de 'fenómeno'.

3. La manera de vestir a la hora de recoger su trofeo: Como en los viejos tiempos. Pantalón largo.

Eso también es un ejemplo: La forma de vestir y sobre todo en Wimbledon.

Saludos