Blogia
Antón Castro

RETRATO DE JOSÉ LUIS BORAU

RETRATO DE JOSÉ LUIS BORAU

José Luis Borau, primo hermano de José Ruiz Borau, más conocido como José Ramón Arana, es una de las personalidades más ricas del cine y de la cultura españoles. A nada le ha hecho ascos y de sus múltiples quehaceres, del torbellino de curiosidades donde se ha zambullido, ha salido con nota elevada. Cinéfilo desde muy pronto, cuando escribía cartas a Deana Durbin, niño solitario que oía las bombas y el aullido de las sirenas, zagal sigiloso que hallaba la felicidad en una sala oscura como la del Monumental o en su propia casa, pronto se convertiría en un punto de referencia para sus compañeros. El coleccionista Román Escolano, el traductor y poeta Francisco Uriz, el joven crítico de cine y futuro editor Joaquín Aranda, el dramaturgo y realizador de televisión Alfredo Castellón, todos le admiraban porque no sólo iba a Venecia y traía bonitos y cuidados “press books”, sino porque hablaba de Hemingway, de Vasco Pratolini, de Alberto Moravia, de John Doss Passos y de otros muchos. Ejerció de crítico de cine de “Heraldo de Aragón”, de vez en cuando le sustituía Antonio Artero (que ha glosado con fervorosa emoción la generosidad y elegancia de Borau en la Escuela de Cine, ya en Madrid), pero de inmediato, como un hombre múltiple, haría de productor y realizador, guionista y actor, e incluso llegó a actuar como director de fotografía en una película: “Lección de Toledo”, rodada en 1966.         Su trayectoria es densa, libre, de ilusiones constantes. Como un niño que se anima a sí mismo y se atreve a todo. Y él a casi todo se ha atrevido: ha sido uno de los renovadores del cine español, y a la vez un cineasta solitario, capaz de hacer cine negro o western, pero también cine social como “Furtivos” (1975), durante años la película que obtuvo la mayor recaudación y que suscitó los mayores escándalos, por el desnudo frontal de Alicia Sánchez y por la inquietante historia edípica de Ovidi Montllor y Lola Gaos, entre otros temas. Y a la vez fue capaz de internarse en una narración mítica, de amor y turbulento deseo en el corazón del sur en “La sabina” (con una imponente Ángela Molina), o rodar una historia de espaldas mojadas más que correcta como era “Río abajo”. Además Borau se arruinó siempre con el cine y ha resurgido de sus cenizas. Nunca ha dejado de hacer películas, ahí están títulos como “Celia” para TVE, “Niño Nadie” y “Leo”, película sobre una historia de suburbio por la que recibió el Goya al mejor director. En 1998 había sido distinguido con el Premio Aragón de las Artes y también se hizo acreedor al Premio Nacional de Cinematografía. Pero su trayectoria no se agota ahí: ha coordinado para Alfaguara dos volúmenes de “Cuentos de cine”, un “Diccionario del cine español” para Alianza, ha escrito ensayos, en concreto uno sobre el cineasta Henry D’Abbadie D’Arrast, y además ha fundado la productora cinematográfica El Imán y una editorial del mismo nombre, en la que ha publicado títulos de mérito como la “Obra completa” de Andrés Carranque de Ríos. Y ha publicado varios libros de ficción, destapando su ya conocida faceta de narrador dotado de inteligencia y sensibilidad. 

         Este señor aragonés acaba de ser elegido director  de la Sociedad General de Autores y prepara la creación de una Fundación para jóvenes realizadores.

*En la foto, José Luis  Borau con Luis Antonio Alarcón.  

4 comentarios

Luisa -

Admirable y admirado Borau. "Furtivos" fue como entrar en un nuevo mundo. Y luego vinieron todas sus películas, tan personales, tan lúcidas, tan metáforicas también.

Diego de Rivas -

A José Luis le admiro por sus trabajos, su independencia de criterio, su socarronería, su sabiduria y su tesón.

Recuerdo hace años que estuve con él tomando el aperitivo en el hotel Eurobuilding, cerca de su casa.

Lo pasamos muy bien y me contaba lo difícil que era financiar sus películas. Por eso se las financiaba él mismo.

Estuvimos hablando de sus tiempos de estudiante de Derecho, de Zaragoza ... En fin de lo divino y humano.

Saludos



orensano -

Borau, Spanish Gentleman

Sonia -

Yo comencé a admirar a Borau, después de admirar su cálida y deliciosa "Tata mía". Después le "conocí" mejor a través de la gran Carmen Martín Gaite.
Es Borau uno de esos hombres cabales que nos va entregando frase geniales a través de sus personajes que tanto se parecen a nosotros.

Un abrazo.

Sonia