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Antón Castro

PEPE ESCRICHE Y LA ETERNIDAD: ADIÓS DESDE SAN LORENZO

PEPE ESCRICHE Y LA ETERNIDAD: ADIÓS DESDE SAN LORENZO

He estado en Huesca, en la iglesia de San Lorenzo, que era la favorita de Pepe Escriche, querido por todos. Pepe, que no era antinada aunque debía ser más bien agnóstico, sentía un gran cariño por esa iglesia, bellamente restaurada. Poco antes de que su féretro entrase en la iglesia, asomó el manso llanto de la llovizna. Dentro, se mascaba la emoción, se percibía el dolor y bastantes lágrimas. El sacerdote Joaquín Zamora, muy amigo de Pepe, recordó que era el domingo de Pascua, aludió a la Resurrección y se aplicó en el elogio fúnebre del amigo, de la criatura necesaria, del incansable dinamizador de proyectos. Recordó que había estado trabajando en su amado Festival de Cine de Huesca hasta unas horas antes de su óbito; recordó que ayer mismo iba a comer con un puñado de amigos (algo que me había dicho mi amigo, Fernando, el médico y marido de la periodista Mercedes Pérez de Heraldo de Aragón), y que por la mañana se sintió mal. Le dijo a su hermana: “No me encuentro bien”. Y casi de inmediato, falleció.

Joaquín Zamora reveló que a Pepe le gustaba mucho ese espacio, que alguna vez, en la plaza de San Lorenzo, en los días de fiesta, había visto como se le caía alguna lágrima de emoción, y recordó el compromiso constante de Pepe Escriche con la ciudad. El sacerdote acudió a una bella imagen: evocó a ese pensador y escritor atormentado que fue Miguel de Unamuno, paseaba todos los días temprano, y en el trayecto se acercaba a un pozo artesiano, en cuyo brocal decía: “Eternidad. Eternidad”, y le gustaba escuchar el eco una y otra vez desde el fondo oscuro. Joaquín Zamora también deseaba que el amigo de todos hallase la eternidad. Y quizá también quiso decir que Pepe construyó en vida esa eternidad tras más de treinta años de entrega a su paraíso cotidiano: Huesca.
 Sonó el himno de San Lorenzo con gaitas a modo de despedida. Luego, el cuerpo de Escriche partió hacia Zaragoza, donde iba a ser incinerado. Un instante antes, Ricardo García Prats, en su propio y en el de muchos amigos, había leído un texto sentido, un gesto de justicia y cariño, una despedida civil. Una hora después, me diría a través del teléfono: “Menos mal que el texto fue corto, porque pensé que no iba a poder leerlo”. Se le había hecho eterno por el dolor, por la emoción, por la atmósfera tan especial y doliente que reinaba en San Lorenzo mientras, afuera, se enfurecía de dolor la lluvia. 

En la salida vi a muchos amigos. Muchísimos. Y no los voy a citar porque no quiero olvidar a nadie que sentía aprecio y respeto por el amigo que se ha ido. Sí querría hablar de alguien que es muy especial para mí, que es siempre muy afectuoso, elegante, todo un señor: Antonio Angulo, el director del Diario del Altoaragón, premiado con justicia esta semana. Luego, me ocurrió una cosa muy bonita. Fui a tomar un café con Gaizka Urresti, Rafael Bardají y Ramón Miranda al Café de las Artes. Hablamos de Pepe, de cine, de gestión cultural, de política, de arquitectura. En la mesa de al lado, estaban María Cuartero, compañera de Pepe y esposa de Marcelino Iglesias, Víctor Morlán, y Pilar, la mujer de Antonio Angulo, de Graus (como Rafael y Ramón, amigos de la infancia). Se me acercó, nos cruzamos un par de besos y me dijo que era una seguidora absoluta de Borradores.  

Viniendo hacia casa, bajo un temporal intenso y deslizante, recordé que Pepe Escriche me llamaba a menudo para decirme que, aunque se acostaba temprano, era seguidor de Borradores. Se lo pasó muy bien el año pasado cuando rodamos un monográfico dedicado al Festival con Carlos Saura, los hermanos Taviani, Juan Luis Buñuel… Y volví a pensar que habíamos sido todos un poco fúnebres: tendríamos que haberle dicho adiós al amigo inolvidable, tras la ceremonia religiosa, con una banda de mariachis. Ese habría sido un gran homenaje para un hombre vitalista, alegre, apasionado de la gastronomía, de los viajes y de la música.  

TEXTO DEL FUNERAL

Ricardo García Prats, por esas cosas del azar, me envía el texto que leyó en la iglesia de San Lorenzo. 

[En primer lugar queremos transmitir a la familia, especialmente a la madre, hermanos y sobrinos, nuestro pesar y dolor por la pérdida de Pepe Escriche y agradecerle que nos permita decir estas palabras, agradecimiento que es extensivo a la Basílica y Parroquia de San Lorenzo. 

Ayer definitivamente nuestro amigo Pepe inició un viaje sin retorno. Muchas ideas se nos acumulan en estos momentos. Pero lo mejor que podemos y debemos hacer es recordarle por lo que nos ha dejado: su sentido de la vida, su bonhomía y su buen hacer como hombre con responsabilidades públicas y como amigo. 

La creación del Festival de Cine de Huesca ha supuesto también ganar amigos para su ciudad. Desde América, Asia y Europa Pepe Escriche ha cosechado un prestigio relevante, no sólo como gestor de una actividad cultural, sino sobre todo lo que él más valoraba: trabajar haciendo amigos. En sus 12 años de concejal, creó el Patronato Municipal de Deportes y fue impulsor de los pabellones escolares. Instauró novedades incuestionables en Fiestas, en Cultura y en sus últimos años de concejal, como responsable de Parques y Jardines.

Y en definitiva, en cualquier responsabilidad que se le asignara Pepe daba el ciento por ciento por su carácter trabajador, creador e innovador, valiente, de ideas audaces y de mentalidad abierta y universal.
 

Como amigo, Pepe era, sobre todo, amigo de sus amigos, pero siempre iba mucho más allá sabiendo transmitir muchos valores, sobre todo el de vivir intensamente lo que nos ofrecía este mundo real. Pepe era un hombre bueno y un gran hombre, de un gran corazón. Siempre estuvo abriendo caminos, sin importarle creencias ni fronteras ni condiciones sociales.

Adelantado a su tiempo, autodidacta, culto, integrador, divertido, de ruda sensibilidad, tímido y original interpretando la realidad.
 Como amigo fue una persona generosa que nos catapultó a su afición máxima que era el viajar. Viajar para conocer nuevos territorios, pero sobre todo para conocer nuevas personas y ganar amigos. 

En estos momentos nos faltan palabras para expresar la profunda tristeza que sentimos porque ya no podemos acompañarte en este viaje. 

Tus amigos y amigas vamos a tener un vacío muy grande que será muy difícil de llenar. Tu vitalidad, tu sentido del humor, tu carácter alegre y siempre joven, tus interpretaciones y versiones jocosas de los acontecimientos, de los viajes, de su trabajo y de sus aficiones: cine, cultura, viajes, amigos y amistad... ...

Hay algo aquí que no empieza a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
Pero que de repente se fue, e insistentemente no está...  

Huesca, 30 de marzo de 2008

       

*Texto escrito por Domingo Malo, con algunas aportaciones de Ricardo García Prats y leído por el último en la misa funeral de José María Escriche Otal, tras la Comunión, en la Basílica de San Lorenzo, en nombre de sus numerosos amigos.]

 http://mancodelepanto.blogspot.com/2008. En este dominio puede verse la entrevista que le hice, para Borradores, el pasado verano.    

*Ellos son el grupo Mariachi Tequila, en una de sus noches oscenses.   

2 comentarios

Daniel Henríquez -

Me sumo a toda esta emoción con mucha tristeza, pero también con el ánimo a la altura de esa forma de vivir que Pepe nos compartió. Concuerdo en lo de los Mariachis. Puedo decir que si algo hicimos con Pepe aquí en Latinoamerica, en Huesca o donde estuviéramos, fue comer, beber, charlar y reir. Ejercer la humanidad y la vida como pocos hacen. Tenía la ilusión de haberle mostrado mi primer largo, que está por terminarse y cuya gestación pasa inevitablemente por Huesca. Estará presente, de todos modos. Ahora y siempre.

Magda -

Tu entrevista entra directamente desde este enlace, querido Antón:
http://mancodelepanto.blogspot.com/2008/03/ha-muerto-pepe-escriche.html