CUATRO AUTORES DE ECLIPSADOS
Ese ciclón incansable de la edición que es Nacho Escuín, imagino que debe ser él, me deja en Heraldo sus nuevas publicaciones. Por cierto, todas ellas se presentan esta semana, desde el martes hasta el viernes en la FNAC, en el espacio cultural que coordina y programa el poeta, narrador y viajero Ángel Gracia. Esta es la semana de Eclipsados en la FNAC.
Papur de Francisco Ferrer Lerín. Uno de esos libros acaso inclasificables de un autor que lo es casi todo: narrador, poeta, naturalista y experto en bestiarios, narrador de textos apócrifos (o borgeanos) y, en estas páginas, dramaturgo y guionista de cine. Es un libro extraño, sugerente, de una belleza dispar, que posee ese talento indomable que le permite hablar de animales, recorrer fragmentos de su biografía, abordar libros más o menos raros e insólitos, componer poemas de verso blanco y largo. (Se presenta el martes, con la presencia de Julio José Ordovás y el editor Nacho Escuín).
Humus de Alfredo Saldaña. Un elaborado poemario de este poeta y estudioso de poetas y de las lenguas que construye metáforas e imágenes y habla del tiempo, de la memoria, de la mirada o de los lugares donde se hallan los límites. En el colofón puede leerse lo siguiente: “Berta y yo dimos por bueno este humus al anochecer del día 21 de febrero, y sobre él, contigo, descansamos”. (Se presenta el viernes con la presencia de Guillermo Urbizu y Nacho Escuín).
El error de las hormigas de Fernando Sarría. Por fin el poeta permanentemente inspirado, el poeta torrencial, el paseante de los blogs, publica su primer libro. Fernando ha hecho un ejercicio de contención y presenta un volumen sobre la pasión, el deseo, la confianza en el amor, resuelto con versos que a veces tienen una línea, dos, cuatro. El libro se cierra así: “Silencio. // En el viento, silencio y desierto”. Fernando está experimentado el placer de tener su propio libro entre las manos. Es el primero. ¿Cuántos más vendrán, Fernando? (Presentan Manuel Vilas y Nacho Escuín).
Cinco días en agosto de Carmen Ruiz Fleta. Un libro apasionado, con ese vértigo de la pasión y de los amores imposibles, que continúa el camino abierto por Música para perros (Chorrito de Plata, 2006). Casi diría, tras una lectura un tanto rápida que es, ante todo, un poemario del desamor, un único poema distribuido en fragmentos. Leo: “Ni mi piel era tan suave, // ni mis pechos tan perfectos, // ni mi lengua tan precisa, // ni tu amor tan cierto. // La única verdad murió ayer”. Aunque quizá la pieza más impresionante sea ésta, el poema XXIII: “Entró despacio // se quitó la ropa // -era agosto- // Yo, dormida. // Prendió su aliento a mi oreja. // Desperté. // Ya no había noche, // no había tiempo, // no había atmósfera. // Cuando abrí los ojos // la reconocí: // había venido la muerte, // y me miraba como tú lo hacías // antes de marcharte”. (Presentan Ángel Gracia, Nacho Escuín y Octavio Gómez Milián, antólogo de Parque de atracciones).
*Esta foto de París corresponde a Aaron Hawks.
4 comentarios
May -
May -
Lector desvelado -
Frecuento este blog y me parece que días atrás publicaban dos o tres poemas suyos. ¿No estaré delirando por la hora, verdad?
Miguel Ángel Y. -