JOAN MARGARIT, PREMIO NACIONAL DE POESÍA
LUZ DE MI VIDA
Yo era un chico que oía por la radio
las canciones de amor, y nada me gustaba
tanto como mirar a las mujeres.
Cuánta felicidad
la niebla de sus cuerpos por las calles
y tantos sueños donde desnudarlas.
Recuerdo todavía la brutal erección
de un chico abandonado entre la lluvia,
una premonición del viejo que ahora soy.
Me gusta recordar el cuerpo de la chica
que se quedó a mi lado. Todavía
creo escuchar su voz en el teléfono:
Da la cena a los niños. Regresaré más tarde...
Probablemente, nunca regresó,
pero ahora, ya viejos, nos da igual.
[El poeta Joan Margarit acaba de ganar el Premio Nacional de Poesía con un libro lleno de evocación, de emoción y de belleza: Casa de misericordia, publicado por Chus García en su editorial Visor. Copio aquí, de nuevo, uno de los poemas con los que más me he identificado. Cuando era niño conocí a Raúl, el hombre que vendía radios por Lañas (Arteixo, A Coruña) y una de ellas, quizá una Vanguard, se quedó en mi casa, y yo la oía a todas las horas, por la mañana, al mediodía, de noche, cuando leíamos las cartas de amor y de saudade de mi padre, en la cocina, cerca del fuego y bajo el rugido del vendaval. Raúl tenía una hija guapísima, me pareció una distante reina de la belleza en la adolescencia. Jamás la he visto a ver, y me quedo con aquella imagen y con este delicioso poema de amor y de despertar.]
3 comentarios
Enrique -
Luisa -
Merecido premio, sí señor.
may -